jueves, 8 de enero de 2009

John Dos Passos: Manhattan Transfer (la técnica del collage)

"... John Dos Passos, novelista y periodista estadounidense, alcanzó relieve internacional con su novela “Manhattan Transfer” (1925), en la que utiliza la técnica de secuencias breves, en las que yuxtapone las historias de decenas de personajes. Es un mosaico de las gentes del New York de la época en que escribe. Es un claro testimonio de la influencia de la narración disociativa, recombinatoria, fragmentaria, que define la técnica cinematográfica de aquellos años.
Manhattan Transfer narra fragmentos de la vida de una amplísima galería de personajes que tienen como denominador común el espacio y el tiempo en el que se mueven, el Nueva York de los años veinte. El hecho de que los personajes representen las más diversas capas sociales (trabajadores portuarios, camareros de grandes hoteles, prostitutas, traficantes de alcohol, abogados, sindicalistas...) y las más alejadas procedencias (franceses, irlandeses, caribeños, etc.) confieren a esta obra el carácter monumental retrato de una ciudad. La técnica literaria de collage, que en su momento fue un auténtico hallazgo, sigue funcionando a la perfección y es una de las causas principales de que se considere ésta como la mejor de las novelas de Dos Passos.
Al igual que La Colmena (1951) de Camilo José Cela, la obra de Dos Passos destaca por yuxtaponer las historias de decenas de personajes y por ser la primera novela en sustituir la duración lineal clásica por la duración múltiple con lo que consigue así dar cuenta del mencionado efecto de simultaneidad. En esta línea, Darío Villanueva ha señalado la novedad que supone la distribución del relato en secuencias. De tal forma, «mediante una meticulosa labor de montaje que nos recuerda la técnica fílmica, al intercalar breves narraciones de lo que va sucediendo al mismo tiempo a personajes diversos en lugares diferentes, se nos sugiere con eficacia que lo que leemos obligadamente en progresión corresponde en realidad a un mismo instante. Entre las distintas manifestaciones artísticas que permiten dar respuesta a esa simultaneidad aparece el Expresionismo, uno de los hallazgos más importantes de toda la estética moderna . Los nuevos movimientos de vanguardia surgen precisamente para dar respuesta formal al cambio de actitud que vive el primer cuarto de siglo. Así, como la experiencia artística es compartida, es posible encontrar indudables elementos en común entre las literaturas que encarnan autores como Valle-Inclán y Dos Passos. En este sentido, obras tan afines a Manhattan Transfer como The Waste Land de Eliot19, los Cantos de Pound o Tirano Banderas de Valle-Inclán, también dan testimonio de la señalada influencia de la narración disociativa y recombinatoria que define la técnica cinematográfica de aquellos años. Paralelamente, este cambio estético plantea a su vez la necesidad de romper con las unidades tradicionales para dejar -avant la lettre- la obra abierta, de tal modo que al escritor que siente el fluir de esa nueva sensibilidad ya no le importa que las historias tengan principio ni final, pues ello significaría falsificar la realidad. Ahora bien, esta «profunda modificación en la óptica del escritor de nuestro siglo»20 que señala Umbral muestra distintas realizaciones formales. Valle-Inclán opta por la creación de un recurso que le permita dar cuenta del período que le ha tocado vivir, esto es, el Esperpento. Dos Passos prefiere, en cambio, la creación de un espacio único como escenario que muestre el mencionado signo de los tiempos, o dicho en otras palabras, la novela sin protagonista único. No obstante, ambas comparten por entero dos de sus características fundamentales como son, por un lado, el Expresionismo (esperpento o visión deformada y caricaturizada del mundo vista desde un plano superior); y por otro, la técnica cinematográfica (simultaneidad, descripciones y punto de vista fílmicos). A su vez, se observa cómo impregnan sus obras con la voz del pueblo, de tal forma que se hace imposible no hablar del profundo coloquialismo de su lenguaje. Valle-Inclán, sentado en una de las plazoletas del Retiro donde escribía sus esperpentos, encontró las expresiones que le han caracterizado. Dos Passos opta por el ambiente y jerga portuarios que adopta en la creación de Manhattan Transfer. En este sentido, su importancia es fundamental; muestra de ello es la reflexión de Cesare Pavese, traductor de Dos Passos al italiano, donde apunta que «para escribir la verdadera historia de la lengua norteamericana vulgar hay que detenerse en nombres como los de Walt Whitman, Mark Twain, O. Henry, Sherwood Anderson y John Dos Passos». " Es extracto y compendio de otras reseñas:

1 comentario:

  1. He ido alguna vez por allí, la última para saber sí podía participar en estas tertulias, pero me dijeron que para participar antes tenía que hacer un curso de escritura.

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