jueves, 19 de noviembre de 2009

Samuel Taylor Coleridge: Kubla Khan" o "La Visión de un sueño, fragmento"


En Xanadú se hizo construir
Kubla Khan un fastuoso palacio:
Allí donde el sagrado río Alfa discurría
a través de grutas inconmensurables para el hombre
hasta precipitarse en un mar sin sol.
Así pues, diez millas de terreno fértil
fueron cercadas de muros y torres:
y surgieron jardines en los que brillaban sinuosos arroyos
y donde crecían abundantes árboles del incienso;
y había bosques tan viejos como las colinas
rodeando los prados iluminados por el sol.
¡Mas, ved aquel romántico y profundo abismo abierto
en el costado de la verde colina, bajo la sombra de los cedros!
¡Qué lugar tan agreste! ¡El más sagrado y lleno de encantamientos
que jamás fue visitado bajo la luna menguante
por la mujer que clama por su demonio amante!
Y de este abismo, bullendo en incesante remolino,
como si la tierra respirara con ansioso jadeo,
brotó al instante un poderoso manantial;
y en medio de su repentino e intermitente impulso
enormes fragmentos de roca saltaban como el granizo
o como el trigo que se separa de la paja bajo los golpes del trillador;
y en medio del incesante resonar de las rocas que danzaban en el aire,
surgió a borbotones el sagrado río.
Trazando laberínticos meandros, a lo largo de cinco millas
discurría el sagrado río a través de bosques y valles,
hasta llegar a las cavernas inconmensurables para el hombre
y hundirse con estruendo en un océano sin vida:
y, en medio de este estruendo, oyó Kubla a lo lejos
las voces de sus antepasados que profetizaban la guerra.
La sombra del palacio deleitoso
se reflejaba en medio de las olas,
allí donde se oían los ritmos mezclados
del manantial y los abismos.
Era una maravilla de peculiar diseño
este palacio de deleites bañado por el sol sobre cavernas de hielo.
De una jovencilla que llevaba un dulcémele
tuve una vez una visión:
era una doncella abisinia,
y tocaba su dulcémele
mientras cantaba del monte Abora.
Si fuera capaz de revivir en mí
la música y la letra de su canción
me sentiría penetrado de tan profunda delicia,
que, con música aguda y prolongada,
sería capaz de construir en los aires el palacio,
¡ese palacio soleado! ¡esas grutas de hielo!
Y todos los que oyeran mi música los verían,
y gritarían todos: ¡Cuidado, cuidado!
¡Mirad sus ojos centelleantes, su cabello desmelenado!
Tejed tres veces en torno a él un círculo,
y cerrad los ojos con terror sagrado,
pues él se ha alimentado de ambrosía
y ha bebido la leche del Paraíso.

Kubla khan
Samuel Taylor Coleridge

Introductor del romanticismo en la literatura inglesa junto con William Wordsworth, Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) es autor de algunas de las composiciones más bellas, musicales e imaginativas de la rica poesía en este idioma, como son «La rima del anciano marinero», «Cristabel» o «Kubla Khan»,
El "Kubla Khan" o "La Visión de un sueño, fragmento" es un poema que toma su nombre del emperador mongol y chino, Kublai Khan de la dinastía Yuan. La primera línea del poema menciona el nombre de Xanadu, palacio construído por el mencionado emperador.
El poema fue escrito por Coleridge en 1798. Según parece, por la trayectoria del poeta y por las notas encontradas sobre el mismo, los hechos que se encuentran en este poema no son más que un sueño de Coleridge puesto sobre el papel después de una ingesta de láudano. El mismo Coleridge aseguró que lo escribió para preservar su sueño y evitar que se perdiera. El poema esta escrito en forma de canto, las inclinaciones musicales de este poema son el resultado del uso del tetrámetro yámbico de Coleridge y las alternancias rítmicas. Si observamos el poema en su totalidad, por la forma que Coleridge utilizó para escribirlo deducimos que el poema tiene una composición clara y simétrica. Podemos dividir el poema en dos partes. La primera parte se corresponde con una narración descripción escrita en tercera persona, la descripción del majestuoso palacio y de los jardines que Kubla Khan posee para su propio deleite. La segunda parte del poema es lírica y está escrita en primera persona utilizando versos cortos, nos describe las experiencias del propio poeta.
El poema Kubla Khan, es un complejo laberinto de imágenes y símbolos que representan el estado inconsciente y oculto de la mente humana, trata de mostrarnos la dura batalla entre la conciencia y la inconciencia que existe dentro de cada ser humano, un poema donde predomina un mosaico de pensamientos y temas incompletos. Después de muchos estudios realizados sobre el poema de Kubra Khan numerosos críticos han llegado a la conclusión de que conocemos todos los datos relacionados con el poema: su fecha de composición, el estado en que se encontraba Coleridge en el momento de su composición, las razones por las cuales el poema fue escrito; todo esto lo sabemos menos de lo que trata el poema en sí. Algunos autores, entre ellos una crítica llamada Alethea Hayter, han llegado a la conclusión de que los efectos que el opio producía sobre la mente eran devastadores y que muchos poetas del siglo XIX lo tomaban porque afirmaban que les ayuda a despertar su mente y a conocer mejor su “yo” inconsciente.
Borges nos cuenta en su texto El sueño de Coleridge que "El poeta soñó en 1797 (otros entienden que en 1798) y publicó su relación del sueño en 1816, a manera de glosa o justificación del poema inconcluso. Veinte años después, apareció en París, fragmentariamente, la primera versión occidental de una de esas historias universales en que la literatura persa es tan rica, el Compendio de Historias de Rashid ed Din, que data del siglo XIV. En una página se lee: “Al este de Shang tu, Kubla Khan erigió un palacio, según un plano que había visto en un sueño y que guardaba en la memoria”. Quien esto escribió era visir de Ghazan Mahmud, que descendía de Kubla." "Un emperador mogol, en el siglo XIII, sueña un palacio y lo edifica conforme a la visión; en el siglo XVIII, un poeta inglés que no pudo saber que esa fábrica se derivó de un sueño, sueña un poema sobre el palacio. Confrontadas con esta simetría, que trabaja con almas de hombres que duermen y abarca continentes y siglos, nada o muy poco son, me parece, las levitaciones, resurrecciones y apariciones de los libros piadosos." "¿Qué explicación preferiremos? Quienes de antemano rechazan lo sobrenatural (yo trato, siempre, de pertenecer, a ese gremio) juzgarán que la historia de los dos sueños es una coincidencia, un dibujo trazado por el azar, como las formas de leones o de caballos que a veces configuran las nubes. Otros argüirán que el poeta supo de algún modo que el emperador había soñado el palacio y dijo haber soñado el poema para crear una espléndida ficción que asimismo paliara o justificara lo truncado y rapsódico de los versos. Esta conjetura es verosímil, pero nos obliga a postular, arbitrariamente, un texto no identificado por los sinólogos en el que Coleridge pudo leer, antes de 1816, el sueño de Kubla. Más encantadoras son las hipótesis que trascienden lo racional. Por ejemplo, cabe suponer que el alma del emperador, destruido el palacio, penetró en el alma de Coleridge, para que éste lo reconstruyera en palabras, más duraderas que los mármoles y metales." "El primer sueño agregó a la realidad un palacio; el segundo, que se produjo cinco siglos después, un poema (o principio de poema) sugerido por el palacio; la similitud de los sueños deja entrever un plan; el período enorme revela un ejecutor sobrehumano. Indagar el propósito de ese inmortal o de ese longevo sería, tal vez, no menos atrevido que inútil, pero es lícito sospechar que no lo ha logrado. En 1691, el P. Gerbillon, de la Compañía de Jesús, comprobó que del palacio de Kublai Khan sólo quedaban ruinas; del poema nos consta que apenas se rescataron cincuenta versos. Tales hechos permiten conjeturar que la serie de sueños y de trabajos no ha tocado a su fin. Al primer soñador le fue deparada en la noche la visión del palacio y lo construyó; al segundo, que no supo del sueño del anterior, el poema sobre el palacio. Si no marra el esquema, alguien, en una noche de la que nos apartan los siglos, soñará el mismo sueño y no sospechará que otros lo soñaron y le dará la forma de un mármol o de una música. Quizá la serie de los sueños no tenga fin, quizá la clave esté en el último."
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:
http://litart.mforos.com/1082649/7355845-samuel-taylor-coleridge/http://www.caressa.it/testi/borges01.html
http://www.taringa.net/posts/arte/2281158/Kubla-Khan,-un-poema-soñado-y-el-eterno-retorno.html
http://www.epdlp.com/texto.php?id2=1413
http://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Taylor_Coleridge
http://sendas-celacanto.blogspot.com/2009/01/el-palacio-sonado-de-kublai-khan.html
http://nasdat.com/index.php?topic=1487.0;wap2

No hay comentarios:

Publicar un comentario