martes, 14 de abril de 2009

Milan Kundera: La insoportable levedad del ser

"...En 1984 veía la luz una de las obras de más alcance del autor checo Milan Kundera, ‘La insoportable levedad del ser‘, durante su exilio en París (ciudad donde aún reside). Kundera (1929), comunista en su juventud, no tardó en criticar duramente la política socialista de su país y de toda Europa del Este donde obviamente esta obra sufrió la censura esperada, a pesar de que el autor siempre rehuyó de admitir el contenido político de la misma. Ambientada en Praga en 1968, trata de un hombre y sus dudas existenciales en cuanto a las situaciones de pareja, tanto sexuales como amorosas. El libro relata escenas de la vida cotidiana, pero trazadas con un hondo sentido trascendental. Sobre un tema abstracto y milenario, el de la inutilidad de la existencia, la necesidad o no del eterno retorno de los momentos para dotar a la vida de sentido, el autor desarrolla una desgarrada historia de amor entre Tomas y Teresa. Además, está considerada una de las mejores obras representativas de la crítica comunista en Europa del Este. De acuerdo a Kundera, “el ser” está lleno de una “insoportable levedad” porque cada uno de nosotros tiene sólo una vida por vivir: “Einmal ist Keinmal” (”una vez es nunca”, esto es, “lo que sucedió una vez pudo no haber sucedido nunca”). Por lo tanto, cada vida es esencialmente insignificante, cada decisión esencialmente irrelevante. Luego, ya que las decisiones no importan, ellas son leves (ligeras, livianas): no nos atan. Pero al mismo tiempo, la insignificancia de nuestras decisiones (nuestras vidas o nuestro ser) es insoportable. De ahí la insoportable levedad del ser. Además de aspectos sentimentales y políticos en La insoportable levedad del ser se desarrollan algunas cuestiones filosóficas sobre la vida y el paso del tiempo que tiñen la obra de un existencialismo con cierta carga de esperanza. Durante toda la novela, en diversos momentos, se desarrolla la contradicción entre peso y levedad, sin que llegue a quedar claro cuál de los dos términos es el positivo y cuál el negativo. Al mismo tiempo se producen trasvases que dificultan aún más la interpretación: Tomás dice disfrutar de «la dulce levedad del ser» cuando Teresa le abandona en Zurich, pero en pocos días esa levedad pasa a convertirse en el peso del arrepentimiento y de la compasión, lo que le obliga a regresar a Praga junto a Teresa. Y aunque las muertes de los personajes son muy simbólicas al respecto ─Tomás y Teresa aplastados por el peso y Sabina queriendo ser incinerada para ser más leve que el aire─, finalmente parece que los polos se invierten y la levedad se llena de una angustia que remite de forma directa al existencialismo: «la vida es leve, insoportablemente leve, porque no se repite, porque sólo ocurre una vez». En cambio, es bajo el peso de la repetición donde reside la felicidad. La circularidad del tiempo, su peso, es fundamental dentro del contenido del libro y de su construcción. Al principio se alude a Nietzsche y a su teoría del eterno retorno planteando su inoperancia en una vida única, que es sólo un esbozo irrepetible, condenada a una levedad que planteada de forma consciente se hace insoportable. Pero la estructura es al mismo tiempo circular y al final de la novela se vuelve a Nietzsche, una vez más a la misma desoladora idea: «El tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Este es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir». En cuanto a la técnica narrativa de Kundera habría que señalar la extrañeza que causa en el lector, ya que el narrador se introduce dentro de la historia a la manera de la novela decimonónica pero dando un paso más. El narrador no tiene ningún inconveniente en mostrar el entramado de artificios que compone la obra, desvelando los motivos y orígenes de algunos de los personajes. Llega a decir de sus propios personajes: «los personajes no nacen como los seres humanos, del cuerpo de su madre, sino de una situación, una frase, una metáfora en la que está depositada, como dentro de una nuez, una posibilidad humana fundamental que el autor cree que nadie ha descubierto aún o sobre la que nadie ha dicho aún nada esencial». Estos comentarios metanarrativos permiten descubrir algunos aspectos del concepto de novela de Kundera al mismo tiempo que crean un nuevo nivel ficcional. El narrador, parcialmente omnisciente, juega con los puntos de vista: narra ya desde la perspectiva de un personaje ya desde la de otro, dando incluso varias versiones de un mismo acontecimiento ─la primera parte corresponde a Tomás y la segunda a Teresa." Esta recensión es extracto y compendio de otra reseñas que se relacionan:

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