domingo, 19 de diciembre de 2010

Margaret Atwood: EL AÑO DEL DILUVIO” (THE YEAR OF THE FLOOD)


"... Margaret Atwood, (Ottawa, Canadá, 1939), es una de las novelistas mas prestigiosa de la narrativa actual. Fue Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2008 y candidata al Premio Nobel de Literatura. Narradora, ensayista, poeta, conferenciante y activista cultural, ha publicado numerosos títulos. En narrativa sobresalen: El cuento de la criada, AliasGrace , La mujer comestible, Ojo de gato, La novia ladrona, El asesino ciego (Premio Broker 2000), Oryx y Crake (todas ellas publicadas en Ediciones B) y Desorden moral (Bruguera, 2008). Considerada como una de los poetas mayores de la actual poesía anglosajona, ha publicado una veintena de poemarios, entre ellos La puerta (Bruguera, 2009) e Historias reales (Bruguera, 2010).
En El Año del Diluvio, su última novela, recrea una anticipación especulativa, la catástrofe planetaria resultante del descontrolado abuso de las industrias farmacéuticas y de los poderes políticos y económicos que desoyen los alegatos de las ciencias ecológicas. Narrada desde el punto de vista de dos mujeres, La joven Ren y Toby, El año del Diluvio cuenta la epopeya de quienes sobreviven al desastre y, superada la decadencia moral en que la lucha de sectas y religiones había sumido a la humanidad, emprenden una nueva vida.
Al leer El año del diluvio es imposible no pensar en otras profecías literarias apocalípticas: La carretera, de McCarthy; Un mundo feliz, de Huxley; 1984, de Orwell; Fahrenheit 451, de Bradbury, y por supuesto, el Apocalipsis. Cada una de estas obras aporta una visión única sobre el fin del mundo: nihilista y cruel, la de McCarthy; hedonista, la de Huxley, totalitaria, las de Orwell y Bradbury. La gran aportación de Margaret Atwood en El año del diluvio es su teología del futuro, una ecoteología extrema y extravagante, rica en símbolos, que ha convertido la defensa de la naturaleza en la única vía posible para evitar la destrucción del ser humano. Los Jardineros de Dios, dibujados con burla y afecto, son una invención memorable.
El año del diluvio empieza en el año 25, tras el estallido de una epidemia que casi aniquila a la humanidad. Entre los escasos supervivientes hay dos mujeres, Toby y Ren, antiguos miembros de una secta religiosa llamada Los Jardineros de Dios. La novela intercala el presente de ambas mujeres, extremadamente vulnerables en un mundo de depredadores desconocidos y genéticamente manipulados, con flashbacks de sus vidas durante los 20 años que precedieron al desastre y con los asombrosos sermones de los Jardineros de Dios. Los ricos viven en lujosas urbanizaciones cerradas y protegidas, mientras que las ciudades se han convertido en una sucesión de guetos habitados por mafias, bandas y extremistas religiosos. El hombre destruye el planeta al mismo tiempo que crea nuevas especies, como ovejas con pelo humano de colores, cerdos con tejido cerebral humano e híbridos como el leonero, que con sus ojos de cordero y sus afilados colmillos de león, simboliza el mundo diseñado por las Corporaciones. En vísperas de los cataclismos proliferan las religiones que anuncian el Fin del Mundo. Entre ellas destaca la de Los Jardineros de Dios, una especie de secta cristiano-ecologista-hippy con una filosofía pacifista de la vida que intenta reconciliar el desarrollo científico con la sostenibilidad y la religión arguyendo que no son en absoluto incompatibles. Cada uno de las 14 secciones en que está dividido el libro, cada una con diverso número de capítulos, se abre con una sermón de Adán Uno, el «líder» de los Jardineros y con un himno de su particular cancionero ―cuyas canciones, explica la propia Atwood, tienen su música y pueden ser escuchadas en su propio CD o visitando la página www.yearoftheflood.com―, permitiéndole así mostrar al lector de forma directa, y no exenta de cierta ironía, el espíritu de las enseñanzas de la secta. A pesar del carácter pacifista de los Jardineros lo cierto es que esta es una historia llena de violencia física y psicológica, de esa violencia que va erosionando el alma hasta que parece que la insensibilidad es el único sentimiento que le queda a uno, salvo, quizá, la lealtad entre los desesperanzados...."
Es extracto y compendio de otra reseñas:

viernes, 26 de noviembre de 2010

Richard Ford: Acción de Gracias. El realismo exhaustivo.

  "... Richard Ford (Jackson, Misisipi, 1944), autor de seis novelas y tres libros de relatos, ha concluido con Acción de Gracias la trilogía que comenzó con El periodista deportivo (1986) y siguió con El día de la independencia (1995). En tres entregas, una cada diez años, tres episodios de unos pocos días de duración cada uno, Ford ha contado la vida adulta de Frank Bascombe, un varón americano corriente cuya vida se ha convertido en una de las obras de la narrativa norteamericana más importantes de este cambio de siglo. Muchos críticos afirmaron que la trilogía de Ford era la última versión de la gran novela americana que ha consagrado a Richard Ford como uno de los escritores más importantes de su generación.
   En los veinte años que van de la publicación de El periodista deportivo a Acción de Gracias, Bascombe deja atrás la crisis de la edad madura y se asoma a los sobresaltos de la vejez temprana; se ha vuelto a casar, ha renunciado a su querido trabajo de periodista deportivo y se convertido en agente inmobiliario, tiene problemas con uno de sus hijos adolescentes, una enfermedad le ha hecho descubrir que es mortal. Acción de Gracias relata los días previos a este día festivo del año 2000 (en plena disputa electoral entre Bush y Gore), en los que los acontecimientos se precipitan y devienen en un importante punto de inflexión en la vida del ex periodista deportivo. «No hay escape de la vida, hay que afrontarla en su totalidad», concluye Frank Bascombe: ante la cercanía y la toma de conciencia del propio final intentará aceptarse a sí mismo y a los que le rodean, un catártico proceso nada sencillo para alguien tan desligado de sus sentimientos y emociones como este meditabundo y solipsista agente. Ahora, Frank Bascombe, el prometedor escritor metido a periodista deportivo y luego a agente inmobiliario, tiene 55 años, una preciosa casa acristalada en la costa de Nueva Jersey, una pequeña inmobiliaria, dos ex mujeres, un cáncer de próstata detectado hace unos meses y dos hijos vivos de su primer matrimonio (tuvo otro que está muerto desde la primera página de El periodista deportivo). Quedan dos días para el Día de Acción de Gracias del año 2000, en el que Frank invita a comer a sus dos hijos.
   Richard Ford es lo que podríamos llamar un "realista exhaustivo, un minucioso acumulador de detalles que recuerda el uso de la descripción de los novelistas del siglo XIX, pero la abrumadora exhibición documental y cartográfica de la cotidianidad de Bascombe es una igualación de todos los pequeños sucesos de su existencia por lo que ofrece menos contrastes que la de aquellos antiguos personajes. El correr de la historia sin altibajos es reflejo de la mediocridad de esa clase media americana y el retrato de Ford responde fielmente a ella. Es un modo de contar bien distinto del "realismo selectivo" de un Bellow, al "realismo imaginativo" de un Salinger o al "realismo económico" de un Carver.
   Richard Ford es, asimismo, un escritor propio y diferente. Su atención por el detalle y sus maneras de prolijo cronista consiguen mostrarnos las cosas aparentemente sin intervención. Ford es a menudo el escritor invisible y su mundo parece forjado por quien ve lo que ve, en lugar de imponer la memoria y el acento de quien ya lo ha visto. Lo que Carver reduce, y Wolff observa con gracia y cautela, Ford lo expande hasta conseguir crear un universo de lo inmediato. Conseguir que lo inventado sea, o parezca, el mundo real, con su exacta cadencia y sus paisajes reconocibles, extraer de su propia experiencia el reconocimiento de la nuestra como lectores, es una tarea nada sencilla y al alcance de pocos y elegidos escritores...."
Es extracto y compendio de otras reseñas:


domingo, 31 de octubre de 2010

Ramón Gómez de la Serna: Nuevas Greguerías.

Ramón Gómez de la Serna ( Madrid 1888 – Buenos Aires 1963) creador de una nueva prosa, inventa las greguerías, construcción breve y ocurrente que practica ya hacia 1910 y que define como humorismo más metáfora. Se trata de un escritor de ingenio que no sigue un razonamiento lógico en el discurso. Sus frases se presentan inconexas haciendo que el lector no esté interesado en los personajes sino en su audacia mental, sumamente original y absurda. Este estilo quedará perfectamente plasmado en la greguería, que en realidad es un juego de conceptos. Sus grandes dotes de observador y sus originales recursos de expresión se convertirán en una constante a lo largo de toda su obra, centrada principalmente en el desarrollo de la greguería.
 Gómez de la Serna defiende la importancia del inconsciente a la hora de elaborar una Greguería: una Greguería no se busca, sino que surge espontáneamente en la mente del poeta, es la impresión del inconsciente de un objeto en la mente del poeta.Gómez de la Serna dedicó, a lo largo de su vida numerosos libros a este nuevo género, que cultivaba asiduamente en secciones fijas de los periódicos y lo consagraría como uno de los escritores más conocidos de las letras españolas: Greguerías (1917), Flor de greguerías (1933), Total de greguerías (1955,. Este género, de hecho, sirvió para renovar la anquilosada idea de la metáfora y de la imagen poética que poseía la estética literaria española y anticipó el Surrealismo.
  En 1970, la Universidad norteamericana de Pittsburgh adquirió de Luisa Sofovich, la viuda de Ramón Gómez de la Serna, los últimos libros y manuscritos sobre los cuales trabajaba el escritor en el momento de su muerte, en 1963. El prolífico creador de vanguardia dejó una ingente cantidad de material, un riquísimo fondo en buena parte aún inédito. Entre otros tesoros, se conserva un importante corpus de apuntes de greguerías, con numerosas correcciones en tinta roja, para un proyecto que no llegó a ver la luz editorial. La investigadora Laurie-Anne Laget ha rastreado a fondo el archivo para recopilar las 400 greguerías inéditas que recien se editaron bajo la denominación de Nuevas Greguerías,
 Las greguerías consisten en frases breves, de tipo aforístico, que no pretenden expresar ninguna máxima o verdad, sino que que retratan desde un ángulo insólito realidades cotidianas con ironía y humor, a base de expresiones ingeniosas, alteraciones de frases hechas o juegos conceptuales o fonéticos. El efecto sorpresivo se obtiene a través de:
La asociación visual de dos imágenes: «La luna es el ojo de buey del barco de la noche».
La inversión de una relación lógica: «El polvo está lleno de viejos y olvidados estornudos».
La asociación libre de conceptos ligados: «El par de huevos que nos tomamos parece que son gemelos, y no son ni primos terceros».
La asociación libre de conceptos contrapuestos: «Lo más importante de la vida es no haber muerto».
  Entre la diferente morfología de la Greguería destacan, además de la asociación metafórica inconsciente de significados vista, la creación a partir de los significantes: la liebre es libre (aliteración), la asociación metonímica que surge de la observación de los detalles más insignificantes de la vida cotidiana: Bar pobre: una aceituna y muchos palillos, y las observaciones filosóficas:Si el hombre tiene tanto miedo a la muerte, ¿por qué se mata? –Porque al quitarse la vida se quita el miedo. Vemos también una evolución cronológica en las Greguerías: la morfología varía desde las más extensas de los primeros tiempos, que consisten en una serie de observaciones vitales (sobre la muerte, el amor...) o puramente anecdóticas (el retraso ante una cita...) con la extensión de un relato breve, hasta las últimas de su producción, de apenas una línea, que son las más conocidas. En todas ellas como punto en común tenemos la yuxtaposición de dos elementos relacionados entre sí por el inconsciente, lo que provoca el efecto humorístico. Sin embargo, no todas las Greguerías responden a este esquema, como afirma el crítico Rodolfo Cardona: Una metáfora surge de la relación lógica entre los dos elementos de la comparación, y sin embargo muchas de las asociaciones en las Greguerías son de tipo ilógico, emanan directamente del inconsciente, y son estas asociaciones ilógicas las que precisamente provocan el efecto humorístico: Los acordeones tienen el pelo ondulado. Este irracionalismo es propio del lenguaje vanguardista: provocar el extrañamiento en el espectador favorece la idea del Arte por el Arte.
 La Greguería, sin embargo, no debe considerarse como un género puramente español, ya que responde a los impulsos estéticos de vanguardia que se desarrollaron en Europa y América a principios de siglo XX, impulsos que toma la filosofía del británico Bergson y que se basa en el poder de la intuición a la hora de crear una obra de arte. Se trata, pues, de jugar con la cotidianidad (lo dado por la costumbre) para zarandearla. Uniendo objetos o ideas que aparentemente nada tienen que ver, se descubren otras perspectivas que nos hacen sonreír pero que, a la vez, nos obligan a preguntarnos por nuestros convencionalismos. Al igual modo que el Conde de Lautréamont muestra el “encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una y máquina de coser y un paraguas”, Gómez de la Serna nos dice que la “prisa: se había puesto la sombra del revés”, que “la lluvia cree que el paraguas es su máquina de escribir” o que Venecia es el sitio en que navegan los violines”.

Esta recensión es extracto y compendio de otras mucho mejores que se relacionan:

viernes, 15 de octubre de 2010

Robert Lee Frost. Poemas.

   Robert Lee Frost (San Francisco, 26 de marzo de 1874 - Boston, 29 de enero de 1963) Poeta estadounidense considerado uno de los fundadores de la poesía moderna en su país, por expresar, con sencillez filosófica y profundidad sentimental, la vida y emociones del hombre rural de Nueva Inglaterra. Su poesía refleja los más profundos impulsos del hombre norteamericano: su sencillez y amor por la naturaleza y lo rural, su individualismo, su ironía y humor revuelto con una gran soledad y tragedia. Entre sus volúmenes de poesía cabe destacar Intervalos en la montaña (1916), El arroyo que fluye al oeste (1928), Una cordillera de más allá (1936), Máscara de la razón (1945) y En el calvero (1962). Frost recibió en cuatro ocasiones el Premio Pulitzer (1924, 1931, 1937, 1943); en 1961, fue invitado a leer un poema en el acto oficial de la toma de posesión de John F. Kennedy como presidente de Estados Unidos. La poesía de Frost se basa principalmente en la vida y el entorno rural de Nueva Inglaterra, y refleja el lenguaje compacto de esta región. A pesar de su sencillez temática, su obra alcanza una gran hondura emocional, y Frost demuestra una extraordinaria capacidad para pasar en un mismo poema de la burla a la expresión apasionada de experiencias trágicas. La filosofía de su obra poética se inscribe en la tradición individualista de Nueva Inglaterra, y a través de ella el autor manifiesta su honda simpatía hacia los valores de la primitiva sociedad estadounidense.
 Detrás de sus ríos, árboles, senderos y paisajes se esconde la inminencia de algún peligro, los peligros potenciales de la naturaleza y el misterio esencial de las cosas a los que sus personajes sencillos, casi primitivos, se ven confrontados. La belleza, por ejemplo, puede surgir de una tempestad de hielo, más allá de su inclemencia y poder destructor, elevando la poesía a un misterio que la rebasa. Sus criaturas se cruzan de pasada con los elementos, y en ese fugaz encuentro es donde se produce la poesía, agigantando el encuentro en un símbolo mayor que expresa metáforas de la condición humana en general.
Otra parte de su poesía es más personal e introspectiva, y en ella su mente se convierte en escenario de grandes batallas psicológicas, como si sus demonios lucharan contra el caos. También innovó en la métrica y los recursos prosódicos y melódicos, encontrando rimas tan sencillas como vigorosas: con un metro sencillo podía realizar variaciones infinitas.
En este sentido se distinguió de muchos de sus contemporáneos de principios del siglo XX, que utilizaban la experimentación indiscriminadamente. Innovó, además, en los diálogos dramáticos, unificando las formas poéticas con el habla coloquial. Recibió cuatro veces el premio Pulitzer y ha sido reconocido como uno de los poetas nacionales, además de gozar de una amplia popularidad en varias generaciones de lectores. Junto con W. Whitman y E. Dickinson, está considerado el mayor poeta de Estados Unidos.

Algunos de sus poemas.

Fuego y hielo

El mundo acabará, dicen, presa del fuego;
otros afirman que vencerá el hielo.
Por lo que yo sé acerca del deseo,
doy la razón a los que hablan de fuego.
Mas si el mundo tuviera que sucumbir dos veces,
pienso que sé bastante sobre el odio
para afirmar que la ruina sería
quizás tan grande,
y bastaría.

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Alto en el bosque en una noche de invierno

Me imagino de quién son estos bosques.
Pero en el pueblo su casa se encuentra;
no me verá parada en este sitio,
ante sus bosques cubiertos de nieve.
Mi pequeño caballo encuentra insólito
parar aquí, sin ninguna alquería
entre el helado lago y estos bosques,
en la noche más lóbrega del año.


Las campanillas del arnés sacude

Como si presintiera que ocurre algo...
Sólo se oye otro son: el sigiloso
paso del viento entre los copos blandos.
¡Qué bellos son los bosques, y sombríos!
Pero tengo promesas que cumplir,
y andar mucho camino sin dormir,
y andar mucho camino sin dormir.

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El camino no elegido


Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.

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El peligro de la esperanza

Es justo allí
a mitad de camino entre
el huerto desnudo
y el huerto verde,
cuando las ramas están a punto
de estallar en flor,
en rosa y blanco,
que tememos lo peor.
Pues no hay región
que a cualquier precio
no elija ese tiempo
para una noche de escarcha.

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Una vez, junto al pacífico

Las aguas agitadas con gran fragor rompían.
Y las olas cimeras, al ver las que venían,
hacer algo querían a la costa cercana
que el mar jamás ha hecho a la tierra su hermana.
Bajas e hirsutas eran las nubes en el cielo,
como guedejas sobre unos ojos de anhelo.
Diríase, en verdad, sin poder dar razones,
que agradaba a la costa tener sus farallones,
y a éstos ser sostenidos por todo un continente.
Se acercaba una noche de tiniebla evidente,
y no sólo una noche, sino una época horrible.
Habría que aprestarse contra un furor posible,
pues vendría algo más que olas en algazara
cuando su último ¡Apáguese la luz! Dios decretara

Es extracto y compendio de:
http://amediavoz.com/frost.htm
http://culpinak.blogspot.com/2009/02/el-mundo-sucumbira-por-el-hielo-augura.html
http://www.invasor.cu/foros/viewtopic.php?f=49&t=15617
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1732
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/frost.htm

jueves, 23 de septiembre de 2010

Miguel de Cervantes: El celoso extremeño (una novela ejemplar)

"... Entre 1590 y 1612 Cervantes fue escribiendo una serie de novelas cortas que, después del reconocimiento obtenido con la primera parte del Quijote en 1605, acabaría reuniendo en 1613 en la colección de las Novelas ejemplares (en un principio se titulaban Novelas ejemplares de honestísimo entretenimiento ). Teniendo en cuenta las dos versiones conservadas de Rinconete y Cortadillo y de El celoso extremeño, se cree que Cervantes introdujo en ellas algunas variaciones encaminadas a la ejemplaridad social, moral y estética de estas novelas o narraciones cortas. En la literatura española no había entonces tradición de novela corta: las que circulaban eran adaptaciones o traducciones de los novellieri italianos. Cervantes españolizó el género y lo ennobleció, creando la novela corta en la literatura castellana, y en el elenco de estas doce novelas ejemplares merece ser destacada El celoso extremeño.
      Considerada por la crítica como una de las Novelas ejemplares más logradas, El celoso extremeño es una historia del viejo Carrizales que después de volver de América se casa con Leonora, una doncella de apenas quince años. Para numerosos cervantistas, la novela es claramente de inspiración italiana (las obras de Boccaccio, Bandello y Straparola sobre todo), tanto desde el punto de vista genérico como temático. Es interesante notar que existen dos versiones de la novela que son completamente distintas: la del manuscrito de Porras de la Cámara presentado al arzobispo de Sevilla en 1606 (transcrita en la segunda mitad del siglo XVIII por Isidoro Bosarte) y la incluída en la colección de Novelas ejemplares de Cervantes de 1613. La versión manuscrita ha sido considerada primitivo borrador de Cervantes para la refundición definitiva de 1613. La versión del Manuscrito de Porras de la Cámara es más directa y menos ambigua por cuanto termina con el adulterio mientras que la la versión impresa de Miguel de Cervantes es mucho más pulida, y deja lugar a sugerentes interpretaciones en tanto contiene importantes modificaciones no sólo de los nombres de los personajes sino también por cuanto modifica el desenlace de la novela, sustituyendo el adulterio de Leonora por la muerte del arrepentido Carrizales.
 El el entramado mítico que subyace en El celoso extremeño apuntala su interpretación como un laberinto de referencias mitológicas: el laberinto de Creta, el caballo de Troya, la música amansadora de Orfeo, el centinela de cien ojos Argos, las manzanas doradas de las Hespérides y el adulterio de Marte y Venus, sorprendido por la astucia de Vulcano.
Carrizales reconoce  haber sido arquitecto de su desventura y, como el Anselmo de El curioso impertinente,  toma sobre sí la responsabilidad del presunto adulterio de su mujer y, paga su error contra la naturaleza con la muerte. Ante los padres de Leonora, la esposa y la dueña, declara que toma venganza de sí mismo “como del más culpado en este delito” por no considerar que mal podían compaginarse los “quince años desta muchacha con los casi ochenta” suyos. Es la admisión de que ha ido en contra de la naturaleza y en contra de “la voluntad divina” por no poner en ella “sus deseos y esperanzas. El “misterio escondido” que encierra y “levanta” la novela, como nos advierte Cervantes en el prólogo a sus Novelas ejemplares, nos lleva a meditar sobre la impredecible naturaleza humana: cada ser humano tiene la capacidad de escoger entre los dilemas que le presenta la vida y de redefinirse a cada paso mediante la acción redentora o condenatoria así como la de reconocer el error moral.
  El personaje de Leonora según nos dice Alfredo J. Sosa-Velasco consigue ejemplificar algo tan universal como el proceso de conocimiento de uno mismo y la transformación del sujeto, resultado de las relaciones que se establece entre éste y el mundo que le rodea. Al principio, salta a la vista cómo Leonora es objetificada y cosificada por quien será su futuro esposo desde el momento en que la conoce. El narrador cuenta así cómo es el primer vistazo que le da el viejo a Leonora cuando ésta tenía unos trece o catorce años, quedando él perdidamente enamorado del rostro y la hermosura de la doncella. Después de pedir la mano de la joven a sus padres, que aunque pobres eran nobles, el viejo consigue victoriosamente a la niña por esposa, tras dotarla de veinte mil ducados, el precio que paga por su compra a los padres de la joven: “Leonora quedó por esposa de Carrizales, habiéndola dotado primero en veinte mil ducados: tal estaba de abrasado el pecho del celoso viejo”. Sin embargo, hasta ahora no se sabe nada más de Leonora. No se tiene noticias de la comunicación de tan importante anuncio a la muchacha ni de su primera respuesta al matrimonio con el viejo. Se conoce únicamente que está dispuesta a casarse, y que despierta en Carrizales sus primeros ataques de celos cuando decide que sus vestidos serán medidos a través del cuerpo de otra mujer para que el sastre no la toque, y que construirá una fortaleza sin ventanas y con rejas en la que habiten después de las nupcias. La relación de Leonora con sus padres y su futuro esposo desde el punto de vista de ella no se presenta. Tampoco se dicen las motivaciones que la llevan a contraer matrimonio, aunque éstas serían previsiblemente económicas, si se toma en consideración lo comunes que eran estos matrimonios arreglados entre los padres de una joven y un viejo decrépito durante la época de Cervantes. A partir de aquí se comienzan a perfilar algunos de los aspectos que definirán las relaciones entre Leonora y su esposo, y que explican precisamente esta cosificación a la que está sujeta la joven por su celoso marido. Desde el principio, Leonora representa para Carrizales una adquisición. Al observarla en el balcón, dice el narrador que el viejo pensó: “Casarse he con ella; encerraréla y haréla a mis mañas, y con esto no tendrá otra condición que aquella que yo le enseñaré. Y no soy tan viejo que pueda perder la esperanza de tener hijos que me hereden”.Después de construir la casa, poblarla con criadas y esclavas y un negro eunuco, Carrizales va a buscarla para llevársela. Los padres de Leonora “se la entregaron no con pocas lágrimas, porque les pareció que la llevaban a la sepultura” , porque eran conscientes en parte del futuro que le podía esperar a su hija con el viejo. A su llegada a la casa, Leonora conoce a las criadas, esclavas y a su aya Marialonso, todas ellas puestas al servicio de la joven con el propósito de mantenerla entretenida, “sin tener lugar donde ponerse a pensar en su encerramiento”.
    Para Alfredo J. Sosa-Velasco Leonora es también un objeto que junto a otros conforman las posesiones del viejo celoso, quien busca mantenerla encerrada en todo momento. Leonora no tiene ningún referente y no conoce el papel de la mujer casada dentro del mundo que le rodea, a no ser el ejemplo que le pueda brindar su madre. Con la aparición del mozo soltero Loaysa, Leonora comienza a fijarse con más atención en el mundo que le rodea, más allá de la compañía de su esposo y de las criadas a la que estaba acostumbrada. Después de ser la joven convencida por las doncellas y, especialmente por la dueña, Leonora acude a ver al  Loaysa cantar. Planean todos juntos buscar la llave maestra que abra todas las puertas de la casa, ofreciéndose activamente Leonora a hacerlo bajo la condición de que Loaysa jurara “cantar y tañer cuando se lo mandaren”, haciendo todo lo que ellas le pidieran. Así, Leonora le unta al viejo los polvos para mantenerlo dormido y coge la llave de debajo del colchón en el que su esposo dormía, consiguiendo meter finalmente a Loaysa dentro de la casa. Hasta aquí parece claro que el comportamiento de Leonora empieza a cambiar. La chica sumisa y obediente de la que se hablaba en un primer momento se convierte en sujeto activo al permitirle la entrada del joven a la casa. Ahora bien, esta transformación, que va experimentando Leonora al dejar de ser objeto para convertirse en sujeto, se traduce en una toma de conciencia de su papel como mujer dueña de sus acciones, y del descubrimiento de la sexualidad femenina. Cuando Carrizales descubre la supuesta verdad a los padres de Leonora, sobre la infidelidad de su esposa, pone de manifiesto lo inevitable que es frenar el proceso de (re)conocimiento de uno mismo. Así, por ejemplo, ninguna de las acciones del viejo (murallas alzadas, cerraduras dobladas, varones desterrados) le sirve para impedir que Leonora alcance su verdad. Además, si bien Loaysa puede ofrecerle a Leonora ese camino para descubrir su sexualidad mediante la seducción directa a la que le somete, es la joven quien decide finalmente repudiarla para recluirse al convento como monja de clausura. Leonora, según Alfredo J. Sosa-Velasco, se libera de la cosificación a la que estaba sujeta por Carrizales y Loaysa como simple objeto, y no insiste en su defensa de cuán limpia y honrada era simplemente porque para entonces ya había entendido que no necesitaba demostrárselo a nadie, ya que no había ofendido a Carrizales más que con el pensamiento. Su verdad le había restituido su identidad y su propia vida. Su capacidad para tomar decisiones le había proporcionado la conversión y la ascesis de sí misma...."
Es extracto y compendio de otras reseñas:

sábado, 4 de septiembre de 2010

Epicteto: Manual o Enchyridion. La idea del mundo como teatro. La influencia en Quevedo y Calderón.

"Acuérdate que eres actor en una obra teatral, larga o corta, en que el autor ha querido hacerte entrar. Si él quiere que juegues el papel de un mendicante, es preciso que lo juegues tan bien como te sea posible. Igual, que si quiere que juegues el papel de un cojo, un príncipe, un hombre del pueblo. Pues eres tú quien debe representar el personaje que te ha sido dado, pero es otro a quien le corresponde elegírtelo"
El  filósofo griego Epicteto (Hierápolis, 55 – Nicópolis, 135) aunque era de origen esclavo, de joven estudió los escritos de los estoicos y después de conseguir su libertad fue a enseñar filosofía a Roma hasta el año 90 d.C. En esta fecha el emperador romano Tito Flavio Domiciano, temeroso de los peligros que a su parecer entrañaban las enseñanzas de los estoicos, envió a Epicteto y a otros filósofos al exilio. Epicteto se instaló en Nicópolis, al sur de Epiro, donde murió. Las enseñanzas de Epicteto se han conservado en dos obras compiladas por su alumno, el historiador y filósofo griego Flavio Arriano: Manual o Enchyridion de Epicteto, que se conserva completo, y las Disertaciones o Diatribas, de las que se guardan cuatro de los ocho libros que las componían. Sus enseñanzas, una vez liberadas de sus antiguos atavíos culturales, tienen una misteriosa y absoluta vigencia. En algunos momentos su filosofía se asemeja a lo mejor de la psicología contemporánea. Una cosa como la Plegaria de la Serenidad, la cual compendia el movimiento de la recuperación: "Concededme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"
 Para Epicteto una vida feliz y una vida virtuosa son lo mismo. La felicidad y la plenitud personal son las consecuencias naturales de hacer lo que es correcto. Al igual que Sócrates, Epicteto fue un conferenciante, no dejó escritos filosóficos. Pero por fortuna su discípulo Flavio Arriano preservó los principales aspectos de su filosofía para las generaciones futuras. Discípulo suyo fue el emperador Marco Aurelio, que en sus Meditaciones plasmó las enseñanzas recibidas.
La imagen de la vida humana como un teatro puede rastrearse desde la Antigüedad en los filósofos pitagóricos y en el Filebo de Platón. Se divulga sobre todo en la obra de los estoicos, en particular en las Epístolas morales a Lucilio de Séneca y el Enquiridion de Epícteto. En particular este último texto fue clave para la difusión de la imagen del theatrum mundi en el Renacimiento europeo. Ángel Valbuena Prat propuso como fuente directa del tema del teatro del mundo en Calderón un fragmento de una obra de Quevedo, el Epicteto y Phocílides en español con consonantes (Madrid, 1635).
" No olvides que es comedia nuestra vida
y teatro de farsa el mundo todo
que muda el aparato por instantes
y que todos en él somos farsantes;
acuérdate que Dios, de esta comedia
de argumento tan grande y tan difuso,
es autor que la hizo y la compuso.
al que dio papel breve,
solo le tocó hacerle como debe;
y al que se le dio largo,
solo el hacerle bien dejó a su cargo.
Si te mandó que hicieses
la persona de un pobre o un esclavo,
de un rey o de un tullido,
haz el papel que Dios te ha repartido;
pues solo está a tu cuenta
hacer con perfección el personaje,
en obras, en acciones, en lenguaje;
que al repartir los dichos y papeles,
la representación o mucha o poca
solo al autor de la comedia toca..".
En términos semejantes hace Calderón hablar a Segismundo, en el acto III, cuando éste dice:
¿Otra vez — ¡qué es esto, cielos!—
queréis que sueñe grandezas,
que ha de deshacer el tiempo?
¿Otra vez queréis que vea
entre sombras y bosquejos
la majestad y la pompa
desvanecida del viento?
¿Otra vez queréis que toque
el desengaño o el riesgo
a que el humano poder
nace humilde y vive atento?
Pues ¡no ha de ser, no ha de ser!
Miradme otra vez sujeto
a mi fortuna. Y pues sé
que toda esta vida es sueño,
idos, sombras, que fingís
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad,
que ni tenéis voz ni cuerpo;
que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero,
fantásticas, ilusiones
que al soplo menos ligero
del aura han de deshacerse,
bien como el florido almendro,
que por madrugar sus flores,
sin aviso y sin consejo,
al primer soplo se apagan,
marchitando y desluciendo
de sus rosados capillos
belleza, luz y ornamento.
Ya os conozco, ya os conozco,
y sé que os pasa lo mesmo
con cualquiera que se duerme.
Para mí no hay fingimientos,
que, desengañado ya,
sé bien que la vida es sueño.
".."
Es compendio y extracto de otras reseñas.
http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:ydKXZWIoHckJ:cvc.cervantes.es/literatura/calderon_europa/schwartz.htm+epicteto+literatura+influencia+teatro+calderon&cd=2&hl=es&ct=clnk&gl=es
http://www.upasika.com/docs/helenistica/Epicteto%20-%20Manual.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/El_gran_teatro_del_mundo
http://worcel.com/archivos/6/epicteto.htm
http://www.personal.able.es/cm.perez/epicteto.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Epicteto
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=4546

martes, 13 de julio de 2010

Kirmen Uribe: Bilbao-New York-Bilbao.

"... Cuando Liborio Uribe supo que iba a morir, quiso ver por última vez un cuadro de Aurelio Arteta. Toda su vida transcurrió en alta mar, surcó sus aguas a bordo del Dos amigos y, al igual que su hijo José, patrón del Toki Argia, protagonizó historias inolvidables caídas para siempre en el olvido. Años después y frente a ese mismo cuadro, el nieto Kirmen, narrador y poeta, rastrea esos relatos familiares para escribir una novela. Bilbao-New York-Bilbao, ganadora del Premio Nacional de Narrativa 2009, que transcurre durante un vuelo entre el eropuerto de Bilbao y el JFK de Nueva York, y que desgrana la historia de tres generaciones de una misma familia. A través de cartas, diarios, e-mails, poemas y diccionarios, crea un mosaico de recuerdos y narraciones que conforman un homenaje a un mundo prácticamente extinguido, a la vez que un canto a la continuidad de la vida. Con esta novela, Kirmen Uribe debuta de manera deslumbrante en el panorama literario español. Considerado uno de los máximos renovadores de la literatura en lengua vasca, se adentra en las aguas de la autoficción con una escritura rica, compleja y sugerente realmente.
Kirmen Uribe, hasta ahora conocido por su poemario ‘Bitartean heldu eskutik’ (‘Mientras tanto dame la mano’, Visor, 2003), posiblemente la recopilación de poemas en lengua vasca más importante, y tranquila, de los últimos años, se propone contar la historia de dos generaciones de su familia y lo hace a modo de novela en marcha, enseñando al lector los mecanismos de la ficción, exponiendo al aire cómo se construye la novela que tiene entre las manos. Así, notas, e-mails, cartas y entrevistas se entrecruzan en un texto que una y otra vez alude al arte de escribir, a la futura novela que nunca llegaremos a leer.En realidad lo que le interesa a Uribe es prorrogar el ambiente nostálgico de su serie de poemas tejiendo una tela inacabable de anécdotas de tono barojiano que nos llevan a seguir las aventuras pesqueras y vitales de buena parte de su familia, entreveradas con la amistad de los pintores Aurelio Arteta y el arquitecto bilbaíno Ricardo Bastida. El objetivo no es tanto escribir una novela dotada de un argumento fuerte, recrear la vida, como exigía Henry James a la misma, sino reunir fragmentos deshilachados de realidad, darles un barniz de poesía, de realismo-mágico al más puro estilo vasco bebiendo de alguien como Ramiro Pinilla, y echar a andar su artefacto camino de Nueva York bajo el manto del escritor que trata de ordenar su pasado para recrear su presente. ‘Bilbao.-New York-Bilbao’ es una epifanía, un acto de fundación de una narrativa nueva y peculiar, la de Kirmen Uribe.
Se ha descrito la obra en torno a tres elementos técnicos: la autoficción, la historia de la familia, y la pequeña trama de cómo se construye una novela. Desde luego, hay que hablar de la importancia del influjo de Internet en la construcción de la novela: Los fragmentos son los que caben en una pantalla de ordenador, los saltos entre los distintos fragmentos se realizan como si un clic de ratón nos llevara de uno a otro, en un viaje interminable, se cita a menudo wikipedia, como si el narrador estuviera en ese momento de la escritura consultando la web. Ciertamente no hay una intriga central en el texto, porque su eje central reside precisamente en la ausencia de eje. Es una novela sin intriga, sin forma lineal, porque ¿qué existe menos intrigante que la narración de un viaje en avión, donde uno va sentado? Pero la ausencia de movimiento que se cuenta en el nivel de la narración del viaje en avión, se equilibra con el movimiento continuo en el paso de una tesela a otra.
La novela Bilbao-New York-Bilbao comienza con un precioso poema, y se cierra también con un poema lírico; es un magma de voces, cada uno con su entonación distinta, un juego de escrituras diferentes; un fresco donde se reúnen mil pequeñas historias. Pero el ir y venir de historias realiza un conjunto donde el detalle se convierte, por medio del apólogo y de la parábola, en una visión del mundo. De esta forma la autoficción en un viaje de avión a Nueva York de un personaje llamado Kirmen Uribe escrito por Kirmen Uribe, quien realiza un viaje narrativo, para darse cuenta de que alguien de Ondárroa, el arquitecto Bastida, ya estuvo antes ahí; para percatarse de que su abuelo Liborio conoció el infierno en su viaje a la cárcel, para saber que su padre vio en la isla Rockall verdades que la ciencia negaba. Puede que ese viaje en avión cuente cómo se construye una novela, pero es sólo un primer nivel para narrar lo que de verdad importa: el juego entre la técnica y el mensaje en la construcción del misterio de la creación artística en el pasaje sobre el arquitecto Bastida y el pintor Arteta, para dejar claro que lo que de verdad importa es contar historias, en una narración que mezcla de forma admirable ficción y realidad..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:

lunes, 5 de julio de 2010

Agustín Fernández Mallo: Nocilla dream. (La docuficción).

                                                          "..Frente al término novela, Agustín Fernández Mallo (1967) prefiere, para calificar a "Nocilla dream", el de "docuficción": imágenes documentales de un mundo en mutación que ilustran relatos mínimos extraídos de la vida real, "que tienen interés por sí mismos", pero que "al relacionarlos entre sí cobran un nuevo interés". Y, en efecto, cuando la red queda tejida, después de leer y reflexionar los 113 párrafos del libro, nace para el lector una visión de conjunto atractiva y valiosa.
Literatura de vanguardia, que engarza con las nuevas y las viejas vanguardias. Pero que, a diferencia de éstas (dice Fernández Mallo) se ha despojado de las utopías. Ya no aspira a cambiar el mundo, sólo a desentrañarlo con una mirada "menos afectada y más desengañada
Nocilla dream", cabeza de una trilogía a la que se conoce como "proyecto Nocilla" (y que incluye otros dos libros, ya editados: "Nocilla Experience" y "Nocilla Lab"), es la expresión narrativa de esa "otra" literatura que se niega a seguir los derroteros tradicionales e intenta mostrar otro camino, otra vía, otra forma de construir el discurso literario: otros personajes, otros temas, otra praxis narrativa.
En la obra abundan las referencias al cine independiente norteamericano, a la historia del collage, al arte conceptual, a la arquitectura pragmática, a la evolución de los PCs y a la decadencia de la novela. Agustín Fernández Mallo se fija en los outsiders del siglo XXI y sobre todo en la misteriosa conexión entre algunas vidas alternativas y globalizadas que transitan por escenarios de Serie B: rubias de burdel que sueñan con que algún cliente las lleve hacia el Este, ácratas que habitan en extrañas micronaciones, ancianos chinos adictos al surf, un argentino que vive en un apartahotel de Las Vegas y construye un singular monumento a Jorge Luis Borges.
En "Nocilla dream" no hay acción propiamente dicha (nada que tenga que ver con aquello de planteamiento, nudo y desenlace), quizá propiamente no hay origen ni principio (ni por tanto final). Tampoco hay exactamente personajes, o al menos "protagonistas", que sufran una evolución o un cambio (psicológico, moral o vital). No hay un discurrir temporal, al menos tal y como lo entiende la novela tradicional. "Nocilla dream" está formado por 113 fragmentos, la mayoría breves o aun muy breves, en los que se suceden historias mínimas levemente articuladas, microrrelatos sin ninguna continuidad, citas científicas o tecnológicas relevantes, parodias breves y bocetos narrativos, a veces de índole poético, a veces pictórico, a veces típicamente cinematográficos.
 Fernández Mallo ha pretendido romper con las convenciones que priman en la narrativa actual, apostando por una ficticia realidad norteamericana, traspasada por las paradojas de internet y la globalización. Mallo sugiere así que la vida española no puede generar literatura de vanguardia. Ya el título del libro da fe de esa inmersión en el mundo de lengua inglesa. No, no es posible escribir hoy como se escribía hace cuarenta o doscientos años. Para Fernández Mallo: “antes creábamos desde el conocimiento, ahora desde la información”; hemos pasado “de una metafísica del pincel a una metafísica del pixel”
 No se le puede negar a Fernández Mallo su esfuerzo por crear un universo propio y singular, enmarcado por visiones científicas de la realidad, que delimitan este mundo. El propio autor se dedica profesionalmente a la ciencia, siendo especialista en el estudio de las radiaciones nucleares aplicadas al ámbito de la medicina..."
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:

viernes, 25 de junio de 2010

William Burroughs: El almuerzo desnudo ( la escritura automática y la técnica del cut-up )

"...La experimentación literaria está presente en todas las novelas de Burroughs, donde la fuerza visionaria se combina con la sátira social y el uso del montaje, el collage y la improvisación. Entre sus novelas destacan Yonqui (1953), El almuerzo desnudo (1959), El aparato blando (1961), El billete que explotó (1962), Nova Express (1964), Los chicos salvajes (1971), Exterminador (1973), Port of Saints (1975), Ciudades de la noche roja (1981), El lugar de los caminos muertos (1984), Queer (1985) y Tierras del occidente (1987).
“El almuerzo desnudo” es considerada por muchos como la obra maestra de BURROUGHS y como una novela paradigmática en la historia de la literatura norteamericana. Publicada tras muchos problemas legales en 1959, generó un auténtico escándalo en el mundo editorial estadounidense y tuvo que afrontar diversos procesos legales por obscenidad. La novela comienza con un prólogo-ensayo en el que BURROUGHS reflexiona sobre la adicción a los opiáceos como enfermedad metabólica, los distintos métodos de desintoxicación y las abismales diferencias que existen entre las diversas sustancias ilegales. Tras el prólogo, la novela profundiza en un universo onírico, obsesivo, donde la alucinación se entremezcla con la realidad (es probable que el frecuente consumo de mayún, una forma de hachís comestible, influyera notablemente en la construcción de la atmósfera del libro).
En ocasiones se ha considerado “El almuerzo desnudo” como una novela excesivamente densa e incoherente y es cierto que para el lector que desconozca por completo la biografía del autor o que no se haya iniciado con obras más accesibles como Yonqui o Marica, puede resultar insufrible (por incomprensible). La historia que subyace tras el marasmo onírico de la novela es la misma (o muy similar) que la narrada de forma más clara en las dos novelas antes mencionadas. Son distintas caras de la misma moneda. Las tres novelas se corresponden con el período 1945-1953, los años de más intensa adicción de BURROUGHS. El almuerzo desnudo expresa las sensaciones intangibles que acompañaron a los hechos concretos narrados en las otras dos obras, por lo que lo más adecuado puede ser leerla en último lugar, cuando ya se poseen unas coordenadas espacio-temporales, dadas en las obras precedentes.
La prosa de Burroughs es extrañamente sugestiva, casi hipnótica, e increíblemente poderosa. "El almuerzo desnudo" es un registro descarnado de la manera en que funciona (o no) la mente de un adicto. Burroughs usa técnicas de escritura no convencionales para pintar la historia (hasta donde hay una historia) de un mundo subterráneo enfrentado a una sociedad tecnológica autodestructiva. A la vez fue saludado como prueba de un genio literario y desechado como basura indescifrable, porque la novela fue escrita fuera de todo estándar de la prosa narrativa, con abruptas transiciones de sentido, capítulos en orden aleatorio, largas digresiones guiadas por el libre flujo de la conciencia, extrañas construcciones gramaticales y palabras inventadas pero de poderosa sonoridad. En 1959, el artista plástico Brion Gysin le comentó a Burroughs que "la literatura estaba cincuenta años atrasada con respecto a la pintura". Le sugirió, siguiendo el ejemplo de movimientos de vanguardia como los dadaístas y los surrealistas, que usara técnicas de collage en su escritura. Burroughs y Gysin experimentaron con montajes de texto e imágenes, por ejemplo, superponiendo discursos presidenciales y fragmentos de Rimbaud o Shakespeare. Burroughs había utilizado sin saberlo la técnica del cut-up en "El almuerzo desnudo", pero el comentario de Gysin lo liberó de sus prejuicios y lo invitó a continuar experimentando.
El lenguaje que utiliza está tan alejado de la norma académica como de las distintas jergas y dialectos marginales norteamericanos. Con frecuencia sazona su prosa con términos de invención propia, construcciones gramaticales imposibles o palabras desprovistas de significado pero cargadas de sonoridad. Por todo ello, puede considerarse la mayor parte de su obra como poesía en prosa, ya que su intención no está tanto en la narración como en la evocación de determinadas atmósferas y ambientes, así como estados psicológicos extremos (casi nunca sentimientos). Para este fin utiliza el lenguaje, destruyéndolo y recomponiéndolo a su gusto, siempre consciente de que se trata de un código rígido y obtuso que debe ser dinamitado y reprogramado, intentando utilizarlo como fin más que como medio de expresión, ya que esto último supondría dejarlo en el lugar que siempre ha ocupado y que le ha servido para llegar a un estado de momificación absoluta. En este sentido, BURROUGHS, como Joyce , decide replantearse la base misma de la creación literaria, que no es otra que el propio código de comunicación. Es consciente de que un nuevo código transmite siempre nuevas ideas, y lo que es más importante: nuevas sensaciones. Para él, escribir es un acto físico de coordinación motora. Su meta es escribir más rápido de lo que se piensa, tal y como lo pretendieron los surrealistas por medio de la escritura automática. Este fin, aunque imposible, se vuelve deseable y útil como método de creación, o incluso de meditación. De la misma forma que la repetición de los “mantras” en el budismo zen es una forma de desproveer al lenguaje de su significado y limpiar la mente de todo pensamiento, ayudada por el ritmo respiratorio que dichos “mantras” imprimen al cuerpo; la escritura automática es una forma de liberarse de esa corriente de parloteo interno, encerrando los pensamientos en una hoja de papel en blanco y dejándolos fluír sin reflexionar sobre ellos. Es el monólogo interior de John Dos Passos llevado a su última consecuencia.
Esta forma de trabajo fue una de las principales aportaciones que BURROUGHS transmitió a los escritores de la generación BEAT , de la que fue maestro y antecesor directo. No resulta casual que muchos de sus integrantes mostraran interés por la meditación y las tradiciones místicas orientales (zen, taoísmo, vedanta, sufismo...)y desarrollaran un estilo hipnótico y sincopado muy influenciado por estas filosofías, así como por movimientos musicales como el jazz y el be-bop. Tanto Allen Ginsberg como Gregory Corso y, sobretodo Jack Kerouac, reflejan en sus páginas esta clase de flujo obsesivo y automático de palabras, que guarda mucha relación con el beat (golpe) que les sirvió de seña de identidad generacional. Golpes a las teclas de la máquina de escribir, golpes a la batería de jazz que confieren un ritmo diabólico y espiral a las improvisaciones, golpes de las máquinas que trabajan en lugar del hombre a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial y sobretodo, golpes que les da la vida y la sociedad a todos aquellos que pretenden guiarse por su conciencia individual más que por la luz que irradia la locomotora del stablishment..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:

jueves, 24 de junio de 2010

Vicente Aleixandre: Espadas como labios.

"Poema de amor
Te amo, sueño del viento;
confluyes con mis dedos olvidado del norte
en las dulces mañanas del mundo cabeza abajo
cuando es fácil sonreír porque la lluvia es blanda.
En el seno de un río viajar es delicia;
oh peces amigos decidme el secreto de los ojos abiertos,
de las miradas mías que van a dar en la mar,
                            sosteniendo la quilla de los barcos lejanos.
                            Yo os amo, viajadores del mundo, los que dormís sobre el agua
                            hombres que van a América en busca de sus vestidos,
                            los que dejan en la playa su desnudez dolida
                            y sobre las cubiertas del barco atraen el rayo de la luna.
                           Caminar esperando es risueño, es hermoso,
                            la plata y el oro no han cambiado de fondo,
                            botan sobre las ondas sobre el lomo escamado
                            y hacen música o sueño para los pelos más rubios.
                            Por el fondo de un río mi deseo se marcha
                            de los pueblos innúmeros que he tenido en las yemas,
                            esas oscuridades que vestido de negro
                            he dejado ya lejos dibujadas en espalda.
                            La esperanza es la tierra, es la mejilla,
                            es un inmenso párpado donde yo sé que existo.
                            ¿Te acuerdas? Para el mundo he nacido una noche
                            en que era suma y resta la clave de los sueños.
                            Peces árboles piedras corazones medallas
                            sobre vuestras concéntricas ondas, sí, detenidas
                            yo me muevo y, si giro, me busco, oh centro, oh centro,
                            camino, viajadores del mundo, del futuro existente
                            más allá de los mares, en mis pulsos que laten."
                            (Espadas como labios)
"...El sevillano Vicente Aleixandre (1898-1984), Premio Nacional de Literatura en 1934 y Premio Nobel de Literatura en 1977 es uno de los más reconocidos integrantes de la llamada Generación del 27. Su libro "Espadas como labios" (1932) está influenciado por el surrealismo y constituye su obra mas detacada en las letras castellanas. En él puede rastrearse la dificultad de la poesía para dar con la palabra capaz de transmitir la experiencia, pero al mismo tiempo el oficio del vate que no ceja en su intento de lograrlo. La publicación de Espadas como labios supuso para la lírica vanguardista hispánica el alcance de una de sus experimentaciones más radicales y una verdadera ruptura con los modelos de construcción de la subjetividad de la tradición poética española.
Espadas como labios, tercer libro de Aleixandre, aúna en sus páginas los temas eternos de la poesía: la vida, el amor, la muerte. Compuesto por 41 poemas en verso libre, exentos de cualquier regularidad formal (únicamente en el poema "Salón" recurre Aleixandre a cuartetas de heptasílabos con rima asonante en los versos pares). El carácter profundamente humano del libro no es incompatible con su tono surrealista -la lógica intelectual cede ante la expresión irracionalista, que incluso prescinde de la puntuación-, lo que ha llevado a Dámaso Alonso a calificar esta poesía de neorromántica. En Espadas como labios confluyen los rasgos más detacados que van a configurar el inconfundible estilo poético de Aleixandre; entre otros, los siguientes: el uso de la conjunción o con valor identificativo y no disyuntivo; el uso de reiteraciones -que, desde el punto de vista expresivo, intensifican las realidades evocadas-; la continua presencia de imágenes "visionarias" que escapan a la lógica de la conciencia y alcanzan un elevado sentido poético -y que son propias de la técnica surrealista-; "dinamismo expresivo"-según la terminología de Bousoño, autor del libro La poesía de Vicente Aleixandre.
La existencia, con su ir y venir entre la vida, la muerte y el sueño, aparece en este poemario desgajada en cuatro partes que dedica a sendos poetas: Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Luis Cernuda. En cada uno de estos apartados la palabra desatada por Aleixandre encuentra la expresión del mundo interior en lucha por su unificación con el mundo. El hombre cósmico, el ser humano como reunión de fuerzas antagónicas que lo limitan y que a su vez lo conducen a desatarse, resulta en este poemario una expresión totalizante de la realidad. En sí condensa un universo; agua, mar, cielo, montañas sólo cobran sentido en la medida en que éstas resultan expresión de lo humano. Para el poeta el amor resulta una suerte de arjè, un principio que en su caso restaura la perdida unidad del universo: “Por debajo de todas las apariencias sensibles una sola substancia existía, y a esa sustancia unificadora el poeta la llamaba amor”.
El mundo oscuro de Lautréamont y la búsqueda de los recovecos de la personalidad a través del psicoanálisis son factores comunes a los surrealistas y a Aleixandre. Las formas poéticas tradicionales se abandonan en favor de una escritura más libre, que genere un discurso más verdadero, más personal. El poema en prosa permite la yuxtaposición de frases sin necesidad de organización sintáctica; de este modo se consigue evitar la intromisión de la lógica, del racionalismo, en la fluencia poética. Liberada la construcción estrófica y la pauta de la rima asonante, Aleixandre deja en libertad sus fantasmas personales y dialoga con ellos. Se trata de una indagación hacia adentro, de una aventura ontológica..."
Es extracto y compendio de otras reseñas.

miércoles, 23 de junio de 2010

Zadie Smith: Dientes blancos.

"... Con la influencia reconocida de Foster, Carver, Makepeace, Thakeray y Nabokov la británica Zadie Smith (1975) ha sabida traspasar las fronteras con sus galordanas historias de interaccion multicultural. Smith no es una escritora de larga trayectoria, pero no necesita sumar experiencia para ganar reconocimiento porque, a fuerza de talento y brillo literario, ya ha logrado imponerse como una de las novelistas más talentosas del panorama literario que se puede apreciar hoy en día en su país. “Dientes blancos”,“El cazador de autógrafos” y “Sobre la belleza” (obra distinguida con el V Premio Novela Europea Casino de Santiago y el Premio Orange 2006) son, hasta el momento, los títulos que conforman la exitosa y prometedora carrera literaria de esta joven mujer que supo desempeñarse como escritora residente en el Instituto de Artes Contemporáneas de Londres. Sin duda uno de los autores jóvenes más importantes que han surgido en la literatura anglosajona de los últimos años, la británica Zadie Smith asombró a la crítica y al público lector cuando, con apenas veintidós años, reveló con Dientes Blancos, su primera y excepcional novela, una inaudita capacidad para registrar las grandezas y miserias humanas con un ojo observador y distante, pleno de humor y sabia ironía. Galardonada con los premios Whitbread y Guardian, además de quedar finalista en todos los demás concursos literarios importantes de Gran Bretaña.
El libro relata las aventuras y desventuras de una familia musulmana de la India y otra anglojamaicana en un barrio multicultural londinense desde los setenta hasta la actualidad en una sucesión de enredos étnicos y generacionales. La narrativa de Smith destila ritmo, frescura, grandes dosis de humor y fina ecuanimidad a la hora de tratar a sus personajes y las situaciones en que se ven envueltos. Un fantástico retrato del Londres multirracial de fin de siglo y la preocupación de sus habitantes por la idea de ser británicos. Entre la resistencia de sus mujeres y la rebelión de sus hijos se van desgranando innumerables historias que giran en torno a la identidad, los orígenes, y el desasosiego de enfrentarse a un pasado insulso y un futuro incierto.En definitiva, Dientes Blancos es un recorrido esperanzador sobre las relaciones entre generaciones, culturas, credos y razas en el que las palabras huecas, los estereotipos y las utopías no tienen cabida. Y es que, para Zadie Smith, los ingleses «nuevos» y los de toda la vida sufren por igual miserias, preocupaciones y prejuicios. Situado en un barrio londinense de inmigrantes, el inmenso fresco humano que dibuja la autora tiene como epicentro las familias de Archie Jones y Samad Iqbal, dos ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial que vuelven a encontrarse después de treinta años sin verse. Archie está casado con una jamaicana exuberante que ha perdido los dientes frontales, y Samad con Alsana, bengalí como él, y con las ideas muy claras. Uno trabaja en un taller de manipulados de papel y el otro se gana el sustento de camarero en un restaurante, pero su mayor problema no ha sido la guerra, ni la falta de dinero, ni el hecho de estar casados con mujeres jóvenes de carácter endemoniado. No, la prueba más dura que les ha deparado la vida es la relación con sus hijos. Éstos, que deberían llevar a cabo los proyectos fracasados de sus padres, se rebelan. Se rebelan contra el racismo británico, contra su propia clase social, incluso contra sus orígenes, su historia y su barrio. Así, cada uno a su manera, son la prueba viviente de lo difícil que resulta escapar del propio destino.
Con una acertada mezcla de sátira extravagante y humor corrosivo, y una profusión de personajes y situaciones que mantienen en vilo al lector, Zadie Smith exhibe una consumada habilidad de novelista, como si tuviera años de experiencia en el oficio. La extraordinaria energía que desprende la narración hace que la lectura de Dientes blancos perdure en la memoria de quienes entienden que una novela puede ser tan entretenida como fiel testigo de la realidad de su tiempo. Zadie Smith toma a un puñado de personas inolvidables y cruza sus vidas en un barrio londinense donde se mezclan las culturas, los acentos, las religiones. La vida de inmigrantes bengalíes y jamaicanos, cómo llegan hasta Inglaterra, su forma de sobrevivir, de acomodarse a su nuevo país y sus costumbres, las raíces y el pasado, las leyendas e historias familiares, todo un pasado que arrastran con ellos, que confrontan con su vida actual fuera de su tierra natal..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:.

domingo, 20 de junio de 2010

José Saramago: O ano da morte de Ricardo Reis ( “ Y me dieron el premio nobel….¿y qué? ”) .


“… El año de la muerte de Ricardo Reis es una de las novelas más famosas y mejor consideradas del Nobel portugués José Saramago (1922-2010), una obra al mismo tiempo tierna y estremecedora, que inmortaliza la ciudad de Lisboa y pone en pie la figura de uno de los grandes poetas portugueses: Fernando Pessoa, también conocido como Ricardo Reis o Bernardo Soares, que murió a causa de problemas hepáticos el 30 de noviembre de 1935. Ademas de la natural intertextualidad con la obra pessoana, ya sugerida en el titulo del libro, que anuncia que la historia versara sobre uno de los heteronimos de Fernando Pessoa, en la novela de Jose Saramago tenemos el dialogo explicito, no solo con importantes escritores de la lengua portuguesa, sino tambien con diversos nombres de la literatura universal, como el intertexto de la Biblia y de la Historia y los cuentos de Ficciones de Borges, en especial el "Examen de la obra de Herbert Quain", con su recurrente laberinto
Saramago recoge uno de los cabos sueltos que dejó Pessoa con su muerte y lo pone en movimiento. Podría parecer una osadía por su parte atreverse a encarnar a un ser inventado por otro artista. Sin embargo, Saramago consigue tender un puente invisible entre el poeta soñado por Pessoa y el personaje que recorre, bajo la lluvia, las calles lisboetas de la novela. Saca a Ricardo Reis de su estado de heteronimia latente, le da vida corno personaje en una continuidad sin fisuras y cierra el ciclo con su muerte, permitiendo que descanse, al fin, en paz.
Lisboa es una ciudad en la que todo se distancia, incluso ella misma. Quizá por ese distanciamiento, capaz de articular en torno a ella una sugestión de misterio, la Lisboa de Saramago, reinventando la de Pessoa, nos parece más real que la misma ciudad vivida, habitada. En esta novela se enlazan, con asombrosa habilidad, la sombra de un heterónimo, una "persona" cuya esencia misma es ser precisamente una sombra, y el fondo irreal de un mundo agitado por sacudidas brutales de autoritarismo y crueldad. El amor a la palabra, y el afán de trabajarla en el límite extremo de su expresividad, aproxima la narrativa de Saramago a la poesía. Una búsqueda que despliega ante el lector múltiples posibilidades de interpretación y que da a la prosa un encanto que linda con el misterio de la palabra creadora."
Ricardo Reis, médico de profesión, regresa a Lisboa tras dieciséis años de ausencia. Se ha enterado de la muerte de Fernando Pessoa. Se instala en el hotel Bragança durante aproximadamente tres meses y allí concoce a Lidia, una camarera con la que sostendrá una relación íntima. En el mismo lugar se encuentra Marcenda, una aristócrata que llega, junto con su padre, mensualmente a Lisboa para seguir un tratamiento médico debido a que su brazo izquierdo se encuentra paralizado. Entre estas dos mujeres se mueve Ricardo Reis. Esta novela tiene una característica especial frente a muchas otras de su tiempo: está narrada en todo momento utilizando el presente, salvo quizás en alguna pequeña alusión al pasado histórico. Cuenta también con la ambientación, aunque más bien indirecta, en la Guerra Civil española, pero no es la historia del mundo lo que a José Saramago le interesa plasmar en una novela que está dedicada exclusivamente a dos asuntos: la inmortalidad y descripción mágica de Lisboa, y la inmortalidad de Fernando Pessoa.
 El personaje de Saramago desamarra Lisboa, la sufre húmeda, la recorre inundada, la pasea entumecido para comprobar si sus recuerdos se corresponden con la realidad, y no como "un grabado a buril reconstruido por la imaginación". Reis va y viene, de un recuerdo a un olvido, de una añoranza a una constatación, para acudir a la cita que un destino común le había deparado con el fantasma de su álter ego Fernando Pessoa. Anduvo calles medievales que no han perdido su encanto, puentes nuevos y viejos, contemplando como siempre y como nunca el castillo de San Jorge, el monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, la Casa de los Picos, las iglesias de la Concepción Vieja y la de Santa Catalina, el hospital de San Luis, donde falleció el poeta, y el cementerio de Prazeres, donde reposan sus restos. Encuentros de vivos y muertos en una ciudad "donde se pierde el Sur y el Norte, el Este y el Oeste, donde el único camino abierto es hacia abajo". Y es justamente hacia allí hacia abajo, fue donde se dirigió Ricardo Reis comprometiendo su vida en amoríos incomprensibles: uno, lujurioso, con una camarera del hotel; otro, platónico, con una doncella lisiada. Pero si la soledad es triste e inevitable, mucho más lo es el olvido. Con esa sabiduría despojada de intereses y prejuicios, que se adquiere cuando ya la experiencia y la madurez no importa porque la muerte se adueñó de todo, Pessoa le comenta a Reis que sabe a ciencia cierta cuanto es el tiempo requerido para que los muertos pasen al olvido: "Son nueve meses, los mismos que pasamos en la barriga de nuestras madres; cada día que pasa nos van olvidando un poco más, y salvo casos excepcionales nueve meses bastan para el olvido total". ..”
Es extracto y compendio de otras reseñas:
 

viernes, 11 de junio de 2010

Amin Maalouf: León el Africano. ( Premio Príncipe de Asturias)

" A mí, Hasan, hijo de Mohamed el alamín, a mí, Juan León de Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el Granadino, el Fesí, el Zayyati, pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía. Mis muñecas han sabido a veces de las caricias de la seda y a veces de las injurias de la lana, del oro de los príncipes y de las cadenas de los esclavos. Mis dedos han levantado mil velos, mis labios han sonrojado a mil vírgenes, mis ojos han visto agonizar ciudades y caer imperios. Por boca mía oirás el árabe, el turco, el castellano, el beréber, el hebreo, el latín y el italiano vulgar, pues todas las lenguas, todas las plegarias me pertenecen. Mas yo no pertenezco a ninguna. No soy sino de Dios y de la tierra, y a ellos retornaré un día no lejano. Y tú permanecerás después de mí, hijo mío. Y guardarás mi recuerdo. Y leerás mis libros. Y entonces volverás a ver esta escena: tu padre, ataviado a la napolitana, en esta galera que lo devuelve a la costa africana, garrapateando como mercader que hace balance al final de un largo periplo. Pero no es esto, en cierto modo, lo que estoy haciendo: qué he ganado, qué he perdido, qué he de decirle al supremo Acreedor? Me ha prestado cuarenta años que he ido dispersando a merced de los viajes: mi sabiduría ha vivido en Roma, mi pasión en el Cairo, mi angustia en Fez, y en Granada vive aún mi inocencia. "
(León el Africano fragmento)
"... De esta sugerente manera comienza el periodista y escritor libanés Amin Maalouf su novela “León el Africano”, en la que relata la vida de ese misterioso personaje de origen andaluz que en la primera mitad del siglo XVI viajó por buena parte del Sahara, llegando incluso hasta la ciudad de Tombuctú, capital del reino de los negros, y que fue capturado por un pirata siciliano y ofrecido como regalo al papa León X. Durante su estancia en Roma, Hasan bin Muhammed al-Wazzan al-Fasi, que es como se llamaba en realidad, demostró con creces su sabiduría, lo que le valió ser pronto liberado y bautizado como Giovanni Leone di Medici, aunque pronto todos comenzaron a llamarle León el Africano. Poco después, el propio Papa le encargaría la redacción de una obra en la que volcara todo su conocimiento y experiencias sobre África, que tituló “Descripción de África y de las cosas notables que en ella se encuentran”. Precisamente fue entre las líneas de este libro donde, 450 años después, hurgaría Amin Maalouf para dar cuerpo a su novela. Y es que, salvo las notas autobiográficas de la “Descripción de África”, poco más se sabe de León el Africano, de quien se cree que tras residir unos años en Bolonia, Nápoles y Florencia, volvió a Túnez donde se convirtió de nuevo al Islam.
Maalouf, él mismo a caballo entre lo occidental y lo oriental, conocedor del árabe pero que escribe en francés, era la persona más indicada para escribir este libro en 1986, en cuya introducción hay toda una declaración de intenciones: “Por boca mía oirás el árabe, el turco, el castellano, el beréber, el hebreo, el latín y el italiano vulgar, pues todas las lenguas, todas las plegarias me pertenecen. Mas yo no pertenezco a ninguna. No soy sino de Dios y de la tierra, y a ellos retornaré un día no lejano”. El novelista y ensayista libanés afincado en Francia Amin Maalouf, una de las voces más importantes de la literatura árabe, que antes que escritor fue periodista, es autor de obras como "León el africano", "Samarkanda" o "Los jardines de luz" y está en posesión de numerosos premios, entre ellos el Goncourt o el Maison de Presse y el reciente premio Príncipe de Asturias. Es uno de los escritores que más atención ha prestado a la cultura mediterránea. Entre sus últimos trabajos figura "El desajuste del mundo. Cuando nuestras civilizaciones se agotan", un ensayo en el que aboga por la universalidad de los valores y el respeto a la diversidad de las culturas.
Amin Amin Maalouf (Beirut, 1949), nos presenta a León el Africano como el símbolo de una etapa de coexistencia y como arquetipo de identidad heterogénea "por la forma serena de vivir sus diferentes vínculos, de navegar sin odio entre los distintos países, religiones y lenguas, así como por su voluntad de servir de lazo de unión entre el norte y el sur del Mediterráneo, de ser un "traductor" en el sentido más completo del término, es decir: un transmisor de conocimientos". Durante la época de crisis en que dos grandes imperios pugnan por la supremacía en el Mediterráneo, un hombre nacido en Granada poco antes de la caída de la ciudad en manos cristianas vive una aventura extraordinaria, uniendo en su experiencia Oriente y Occidente, el mundo cristiano y el islam. La fecunda imaginación de Amin Maalouf nos guía a través del portentoso periplo que entonces inicia quien acabará siendo conocido como "León elAfricano": exiliado en Fez, como tantos árabes andaluces, Hasan, hijo de Mohamed el alamín, conocerá la misteriosa ciudad de Tombuctú y los quince reinos negros que separan el Níger y el Nilo, El Cairo y Constantinopla, y, finalmente, la fascinante Roma del Renacimiento,antes de encontrar sosiego, después de numerosos avatares, de regreso en su continente natal...".

Es extracto y compendio de otras reseñas:
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