lunes, 29 de junio de 2009

T. S. Eliot: Tierra baldía

"... En La tierra baldía (1922) de T. S. Eliot (1888-1965) aparece en su totalidad —como diría el ensayista y traductor español, José María Valverde— "un vasto collage de referencias culturales, poéticas o artísticas, a menudo en lenguas exóticas, mientras que en las imágenes se alternan los recortes fotográficos, realistas, con las imágenes subconscientes, las metáforas y los símbolos de oscuro origen". Ese vasto collage se transformó en el espejo y resumen del mundo contemporáneo. Para Eliot no fue fácil esa época. Gran parte de los poemas que formaron parte de su obra capital, fueron escritos después de la Primera Guerra Mundial. Época de estrecheces económicas y de conflictos personales. T.S. Eliot estructuró su poema The Wast Land (La Tierra Baldía) en cinco partes: El entierro de los muertos. Una partida de ajedrez, Sermón dei fuego, Muerte por agua, y, Lo que dijo el trueno. La publicación en 1922 de «La tierra baldía» marcó un hito en la tradición poética anglonorteamericana. El poema se reveló como el documento revolucionario del experimentalismo de las vanguardias. Texto extraño y enigmático, colección de fragmentos de diversa índole, escritos en siete lenguas, que se extiende a lo largo de distintas épocas y culturas, cuyas imágenes recurrentes articularon un nuevo lenguaje poético. El ensamblaje en distintos estilos lírico, romance, elegía y épica, novela policíaca y gótica—, de distintos metros y rimas, sus discontinuidades y yuxtaposiciones rompían los moldes y las formas tradicionales. El poema de Eliot traza el viaje del alma a través del desierto de la ignorancia, del sufrimiento y de la sed de aspiraciones terrenales. A comienzos del otoño de 1922, la fatigada escena literaria británica, nos dice Alejandro Oliveros, se estimuló con la aparición de una nueva revista. The Criterion se llamaba. Y como único responsable aparecía el norteamericano, residenciado en Inglaterra, T.S. Eliot. The Criterion, en cierta medida, serviría de órgano de expresión del que más tarde se conoció como el "grupo de Bloomsbury" y en una de las revistas más influyentes de su tiempo. En su primera entrega de The Criterion sorprendió a los lectores con un largo poema de su director. Un texto desconcertante desde su primer verso: "Abril es el mes más cruel". El título no era menos inquietante: The Waste Land ("La tierra estéril, o La tierra baldía", como se dio a conocer en castellano desde la primera traducción, realizada por Angel Flores en 1930). El poema de Eliot era, en realidad, un compendio de todos los atributos de la poesía moderna. Su impersonalidad parecía a toda prueba. Las dificultades, ese criterio de la modernidad que fue sinónimo de novedad y calidad, no eran ciertamente menores. Las citas abundaban y no menos el uso de extranjerismos. Se cuentan expresiones en francés, alemán, italiano, latín y sanscrito. La sintaxis no podía ser más irregular. El verso libre alternaba con pentámetros y otras formas clásicas del verso anglosajón. El tono del lenguaje, casi siempre demótico, era un agresivo cuestionamiento de las cuidadas y discretas cadencias de la poesía posvictoriana. Las referencias mitológicas no siempre se podían reconocer. Con Tiresias y Filomela, encontramos otros mitomas menos frecuentados. Como la leyenda del Rey Pescador de procedencia celta. Las interrupciones de la cronología permitían que el adivino tebano residiera en el Londres del novecientos. Y que los empleados de la "City" fueran los mismos muertos que llamaron la atención de Dante en el Infierno.". Antes de La tierra baldía, T. S. Eliot había publicado en 1917, el libro La canción de amor de J.Alfred Prufrock y otras observaciones, menuda plaquette cuyo contenido poético ya sorprendía a los lectores atentos de su época. Tres años más tarde aparece otro opúsculo de poemas, titulado AraVus Prec (Ahora os ruego), cita tomada de la frase que exclama Arnaut Daniel, en el «Purgatorio» de Dante Alighieri. Durante el transcurso de estas publicaciones, Eliot preparaba los fragmentos que pasarían a ser parte de La tierra baldía. Estos fragmentos datan de 1914 en adelante, pasando por su etapa de estudiante en Harvard, su matrimonio conVivienne como también el tiempo en que comenzó la carrera de cajero de banco en la ciudad de Londres, e incluso su paso por el sanatorio de Lausana como consecuencia de una crisis nerviosa, en noviembre de 1921, donde prácticamente da conclusión a su libro. En 1914 se encuentran T. S. Eliot y Ezra Pound, ocasión en que le mostró el original de su poema «Prufrock». Según Pound era el mejor poema que había leído de un norteamericano. Ezra Pound, il miglior fabbro ("el mejor artesano") como le llamara Eliot, en la dedicatoria de La tierra baldía fue la pieza clave en la factura del texto final. Recordemos que Pound revisó y tarjó parte del manuscrito entregado por Eliot, dejándolo en sólo 19 páginas que pasaron a ser las más notables que se escribieran en lengua inglesa en lo que a poesía se refiere. Esta obra fue suficiente mérito para que recibiera, en 1948, el Premio Nobel de Literatura. También cabe destacar la aparición de Cuatro cuartetos, publicado por primera vez en 1943, como asimismo su libro Ensayos selectos (1917-1932), donde nos introduce en la obra de autores como Séneca, Shakespeare y John Ford, entre otros. La tierra baldía puede ser leída de muchas formas, como la autobiografía espiritual de un aspirante a santo en una época materialista; como una crítica satírica de la postguerra europea; como el desengaño de una generación perdida o, según confesión del mismo Eliot, como “el desahogo de un rencor personal contra la vida”. En todo caso, la urbe yerma de emociones religiosas del poeta neoinglés se inscribe en forma originaria en el registro de ciudades horrorosas e irreales que condenan la vida contemporánea. El Londres de 1915-1916, abandonado por la juventud inglesa que participa en la guerra, es retratado como un infierno poblado de ancianos e inválidos, mujeres frívolas y mediocres, hombrecitos rutinarios que marchan al trabajo tocados con sombreros de hongo. La ciudad histórica y secular es descrita como un foco de corrupción y abulia que es preciso abandonar por el desafío intemporal del desierto. El horror de la civilización, según Eliot, sólo puede ser superado de manera individual mediante una vida ejemplar que culmine en la conversión mística y el encuentro con el silencio..." Es extracto y compendio de otras reseñas: http://www.ucm.es/info/especulo/numero20/eliot.html http://www.letras.s5.com/fv081104.htm http://www.eluniversal.com/verbigracia/memoria/N208/apertura.shtml http://www.taringa.net/posts/ebooks-tutoriales/1757193/T_S_-Elliot,-Tierra-baldia.html http://es.wikipedia.org/wiki/T._S._Eliot http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/eliot/bio.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario