lunes, 1 de febrero de 2010

Kenzaburo Oe: Renacimiento (literatura watashi o la autoficción))

" … Seix Barral ha decidido editar la trilogía inédita en castellano del autor japonés Kenzaburo Oe, que se inicia con Renacimiento y continuará con ¡Adiós a mis libros! y El chico de la cara melancólica. todos ellos protagonizados por Kogito, álter ego de Oé, con un fuerte trasfondo autobiográfico, y que se encuadra dentro de lo que se ha llamado literatura watashi o literatura del yo.
 Renacimiento está basado en un hecho real: el suicidio del cineasta Juzo Itami, cuñado de Kenzaburo Oé, que conmocionó a la sociedad japonesa y en el que muchos siguen viendo la mano de la yakuza. Oé relata sus encuentros y los de Itami con el violento mundo de esta banda criminal, a la que ambos se enfrentaron en sus creaciones, y, entrelazando la crudeza de la realidad con la fuerza de la ficción. Renacimiento fue todo un acontecimiento en Japón y la crítica no dudó en definirla como una de las novelas más especiales del Premio Nobel.
 En Renacimiento, Kogito es un escritor que empezó a cultivar el género novelístico a los veinte años recién cumplidos. Después de escribir durante veinticinco más, se percató de que había llegado «a un punto de inflexión» en su carrera. Es en esos momentos cuando recibe la fatal noticia de que su cuñado, su mejor amigo e interlocutor desde la infancia, acaba de fallecer. Algo que sucedió en la realidad, ya que Juzo Itami, famoso cineasta y cuñado de Kenzaburo Oé, se quitaría la vida, conmocionando a la sociedad japonesa: muchos vieron en ello la mano de la banda criminal yakuza. El cineasta Juzo Itami se convierte en Goro y mantiene su presencia en el relato por medio de unas cintas grabadas antes de arrojarse al vacío desde una azotea. Goro es el cuñado de Kogito y, desde la adolescencia, su amigo más cercano. No son simétricos, pues Goro es apasionado, narcisista, apuesto, mujeriego, aficionado a la polémica y sin miedo al escándalo. Kogito es racional, autocrítico, reservado y amante de la soledad. Nada de esto les distanciará y cuando la muerte les separe, Kogito intentará contrarrestar la ausencia de Goro, escuchando obsesivamente su voz.
Goro le animará a presentarse a un conocido premio. A él y a otros amigos también muertos, Kenzaburo Oé les dedica su trilogía; como él mismo dijo, «para poder dialogar con ellos» mediante un procedimiento de su invención: conversar, alternando perfectamente las voces, como si estuviera aún vivo, con una treintena de cintas grabadas que el muerto le ha legado, junto al poema preferido de los dos en su juventud: Adieu, de Arthur Rimbaud.
El Nobel Kenzaburo Oé (Ose, Japón, 1935) nunca ha ocultado la profunda conmoción que experimentó al convertirse en padre de un hijo discapacitado. Sin excluir este hecho, Oé aborda en Renacimiento el suicidio del cineasta Juzo Itami, al que le unió una estrecha amistad, donde lo personal se mezcló con una visión afín de la sociedad japonesa de la postguerra. Con un humor cervantino, ambos creadores ofrecieron una perspectiva nada complaciente de la corrupción política, el nacionalismo radical y la yakuza (la conocida mafia local). Anteriores a Haruki Murakami, sus referencias no hay que buscarlas en la cultura pop, sino en los intelectuales occidentales que intentaban vislumbrar un futuro más allá de Auschwitz e Hiroshima. Oé nos habla de la relación con su hijo y de la trágica muerte del amigo por medio de Kogito, un personaje que le acompañará en otras novelas y que no esconde su pretensión de ser la objetivación literaria de su propio yo. Renacimiento mantiene el suspense con la habilidad de un Alfred Hitchcock que se entretuviera leyendo a Fiódor Dostoievski entre escena y escena. Kenzaburo Oé muestra que la amistad, el amor filial y la pasión erótica rompen la distancia que hay entre cada ser humano, hasta lograr que las experiencias se fundan y rebasen los límites temporales. Kogito afirma que gracias a su hijo y a su amigo ha vivido más de cien años o, mejor dicho, ha vivido más de una vida. Renacimiento es una forma de resucitar al malogrado Goro (Itami), pero también un réquiem cuyas notas no parecen de este mundo.
 Renacimiento sirve además para perfilar la figura -poco conocida en el mundo hispanoparlante- de Juzo Itami, imprescindible cineasta cuya mirada humorística y emotiva desgranó como pocas han sabido los vicios y costumbres de Japón. Oé desgrana en Renacimiento la historia que los une a ambos y el desgarro provocado por la súbita y poco aclarada de su desaparición.
El autor nos dice que la idea central de la novela parte de la idea de la seudopareja, un concepto que tomó prestado de un párrafo de El innombrable de Samuel Beckett. Itami y yo, refiere Oé, siempre hemos sido una pareja. Hasta que él se suicidó. Hasta entonces él vivía haciendo películas y yo publicando libros. Mi trabajo siempre ha tenido una faceta política y él nunca quiso saber nada de eso, así que llegó un momento en que ya no nos veíamos tan a menudo. Por eso cuando falleció empecé a recordar la juventud que vivimos juntos y a pensar en mi propia vida. Y aunque mi amigo no puede resucitar, lo que yo intenté es su nuevo nacimiento. Y también el mío propio. Ése es el tema principal de esta obra. De ahí que me guste tanto el título en castellano…”

Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas:
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/26467/Renacimiento
http://www.elpais.com/articulo/Babelia/gesto/hidalgo/elppor/20100123elpbab_3/Tes
http://algundiaenalgunaparte.wordpress.com/2010/01/22/renacimiento-kenzaburo-oe/
http://www.esliteratura.com/noticias/oe-resenado.html

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