miércoles, 1 de julio de 2009

José Ortega y Gasset: La rebelión de las masas

"... La rebelión de las masas (1930) es el libro más importante y conocido de José Ortega y Gasset (1883-1955), así como un clásico del pensamiento en lengua castellana. En él, aspectos filosóficos, sociales, políticos y morales se vinculan de tal modo que es difícil, aun hoy, permanecer indiferente. Masas, fascismo, técnica, liberalismo, unidad europea o pacifismo son algunos de los temas que recorren la obra y, en su análisis, pasado, presente y futuro se confunden. La obra disecciona su tiempo, y, con ello, nos permite entender el nuestro. Se comenzó a publicar en forma de artículos en 1929 en el diario El Sol y apareció en forma de libro en 1930. En ella, Ortega nos llama la atención sobre un acontecimiento terrible que comienza a asolar Europa: la aparición del hombre masa y el pleno dominio de éste sobre la esfera pública. Esta es la cuestión: “ Europa se ha quedado sin moral. No es que el hombre masa menosprecie una anticuada en beneficio de otra emergente, sino que el centro de su régimen vital consiste precisamente en la aspiración a vivir sin supeditarse a moral alguna ”. “ El inmoralismo ha llegado a ser de una baratura extrema y cualquiera alardea de ejercitarlo ”. Si la obra fue cierta en su tiempo, hoy, tres cuartos de siglo después, podemos decir que lo es aún más. Las tesis de Ortega no han hecho sino cumplirse, y en su caracterización del hombre masa no podemos ver sino al hombre actual, dominando plenamente todas las esferas de la vida. Además, en esta misma obra se adelanta varios años al futuro y, basándose en las circunstancias de la Europa de su tiempo y en la trayectoria de los acontecimientos, vaticina la explosión de la Segunda Guerra Mundial así como que Europa estaba condenada a entenderse y unirse formando una unidad mayor en el futuro o no ser. Ortega nos habla de la época del “ señorito satisfecho” , la época del “ niño mimado de la historia ”. “ Tenderíamos ilusoriamente a creer que una vida nacida en un mundo sobrado sería mejor, más vida y de superior calidad a la que consiste, precisamente, en luchar contra la escasez. Pero no hay tal ”. El hombre que nace en el mundo actual lo hace con la impresión de que el mundo es fácil, sobrado, sin limitaciones trágicas, y concibe en sí mismo una sensación de dominio tal que le lleva inexorablemente a afirmarse a sí mismo tal cual es, por mediocre que sea su haber moral e intelectual. Es la época donde la opinión ( doxa ) toma un papel relevante. Cualquiera impone su vulgar veredicto sobre cualquier tema, aunque no se conozca nada del mismo, y se cree que esta opinión tiene el mismo grado de valía que la del que se ha tomado la molestia de pensar con detenimiento sobre el asunto. El hombre masa se caracteriza por su narcisismo, que le impide ver más allá de sus propias narices, creyendo que todo el mundo es como él, piensa y siente como él, y que el mundo es como él cree que es. Un natural prejuicio nos pudiera tratar de confundir haciéndonos creer que lo que Ortega y Gasset propone es una línea de explicación social clasista, en donde se presenta a una masa de obreros ignorantes y una elite cultivada y sabia. Pero no, el autor nos aclara de inmediato que el fenómeno del hombre-masa es un hecho transversal, se encuentra en los estratos sociales altos como en los bajos, tiene que ver con la calidad de ser humano que se es, y no a una condición económica. Se sostiene la tesis que mediante la ciencia experimental – que desde Galileo subió como la espuma -, sumado al capitalismo de primer origen, crearon el caldo de cultivo perfecto para que las masas pudieran crecer y crecer hasta convertirse en una pasta humana que lo satura todo con su “lleno” en cada espacio de la ciudad y sus transportes, y que de paso impone sus modos que nos son otra cosa que vacíos éticos y culturales. Así, la potente visión intelectual del autor logra penetrar en las oscuras prisiones donde se mantiene cautiva a la verdad, y descubre otra de las sorpresas que aguarda al lector, y no es otra que cuando Ortega y Gasset trata de identificar al hombre- masa en su más evidente prototipo, señala segura y enérgicamente al hombre de ciencia y sus dependientes, es decir los técnicos. Gran parte de la culpa de este ascenso del hombre masa lo tiene la ciencia, que en su proceso de avance ha hecho necesaria la progresiva especialización, la parcelación del saber en unidades cada vez más pequeñas y desconectadas de las demás, perdiendo con ello una visión global del saber humano. Y se llama diletantismo a la curiosidad por el conjunto del saber. Ortega nos dice que el prototipo del hombre masa se encuentra en el especialista, en el “experto”, que constituye algo así como un sabio-ignorante, figura desconocida anteriormente en la historia, al cual no se le puede llamar ignorante, pues conoce estrechamente una porción del universo, pero tampoco puede llamársele sabio, pues desconoce todo lo que cae fuera de su especialidad, dando por resultado a “ un señor el cual se comportará en todas las cuestiones que ignora, no como un ignorante, sino con toda la petulancia de quien en su cuestión especial es un sabio”. Asegura que la necesidad de la ciencia por seguir avanzando ha creado la paranoia de la “especialización”, que genera sujetos encerrados en su pequeña parcela de conocimiento efectivo, pero que desconoce la virtud de la totalidad del saber y su sublime poder creativo. ¿Y qué cabe decir del desprecio de la ciencia, o del cientifismo sería más correcto decir, hacia otras disciplinas como las artes, la política o la religión? Al minusvalorar estas ramas del conocimiento humano, nuestra cultura se pone en peligro a sí misma, al ignorar las reglas y peculiaridades de muy importantes parcelas del ser humano, más importantes que la misma ciencia, pues ¿ De qué sirve vivir cien años si no se sabe el por qué y para qué se vive? ¿Es eso un avance realmente?¿No sería más avance vivir en una sociedad en la que el robo moral fuese mal visto y no precisamente premiado? ¿No se vivirá más felizmente entonces? . La lectura de “La Rebelión de las Masas” constituye toda una aventura intelectual, que nos proporciona un panorama claro y asertivo de lo que es ya una realidad patética, y que eran los peores temores de Ortega y Gasset, que el pandemonium de la masa informe y sus individuos, sin individualidad, sometan a todos los estratos sociales y culturales a sus antojos viscerales de ciega, baja y estéril ambición. La rebelión de las masas caracteriza en sus hojas al hombre del siglo XX. En sus páginas se advierte a un Ortega alarmado y sorprendido por lo que ve. Como un hombre que se hubiera ido en un largo viaje por lejanas tierras y al volver lo encontrara todo patas arriba, todo desordenado e invertido. Ortega con una amplia formación universalista y una vocación europeísta denunció los excesos del racionalismo europeo y reflexionó sobre el escenario de la sociedad de masas con gran impacto internacional. Sin duda, a pesar de la muy extensa obra de Ortega, La rebelión de las masas se ha convertido en la más traducida y citada del pensamiento socio-filosófico español. Ortega advierte en el prólogo para franceses “ Ni este volumen ni yo somos políticos. El asunto de que aquí se habla es previo a la política y pertenece a su subsuelo. Mi trabajo es oscura labor subterránea de minero. La misión del llamado intelectual es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, confundirlas más de lo que estaban. Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral ”. Es extracto y compendio de otras reseñas: http://www.criteriaclub.com/la-rebelion-de-las-masas-jose-ortega-y-gasset.cr.html http://es.shvoong.com/books/793832-la-rebelión-las-masas/

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