domingo, 12 de julio de 2009

Luis Cernuda Bidón: La realidad y el deseo.

"… Así, frente a la turbamulta que se precipita a recoger los dones del mundo, ventajas, fortuna, posición, me quedé siempre a un lado, no para esperar (...) porque sé que nunca acaban o, si acaban, que nada dejan, sino por respeto a la dignidad del hombre y por necesidad de mantenerla", estas palabras, incluidas en el párrafo final del prólogo a 'La realidad y el deseo' -Historial de un libro- título bajo el que Luis Cernuda Bidón (1902-1963) reuniera todos sus versos, definen, nos dice Javier Memba, a la perfección al marginado -muy probablemente por decisión propia, pero marginado al cabo- de todas las capillas de escritores que dio la mejor generación de poetas españoles del siglo XX. El poeta prefirió el olvido a la grey. 'Donde habite el olvido', tituló una de sus más bellas colecciones de poemas. Donde habita el olvido languidecería Luis Cernuda de no haber sido porque el grupo poético de 1950, por mor de Jaime Gil de Biedma le reivindicó como la primera de sus lecturas. En 1936, se publica en la revista "Cruz y Raya" todos los libros escritos por Cernuda hasta entonces, bajo el conocido título de La Realidad y el Deseo. Lorca nos dijo: "La Realidad y el Deseo me ha vencido con su perfección sin mácula, con su amorosa agonía encadenada, con su ira y sus piedras de sobra. Libro delicado y terrible al mismo tiempo como un clave pálido que manara hilos de sangre por el temblor de cada cuerda. No habría escritor en España, de la clase que sea, si es realmente escritor, manejador de palabras, que no quede admirado del encanto y refinamiento con que Luis Cernuda une los vocablos para crear un mundo poético propio". Muy influido por autores europeos como Eluard o Leopardi, a quienes lee y traduce con devoción en los momentos de desoladora soledad, en guerra o paz, Cernuda se vuelca en la literatura a través de una labor poética incesante combinada con la enseñanza de la literatura española en el extranjero. Su éxodo, unas veces voluntario y otras forzoso, le lleva de lector y profesor de español a diversas universidades: en 1928 Toulouse, desde 1939 Inglaterra (Cranleigh School, Universidad de Glasgow, Enmanuel College de Cambrigde), Estados Unidos (desde 1947 en Mount Holyoke, Universidad de California y otras) y México desde 1954. Además del extrañamiento, otro de los temas más destacados en Luis Cernuda es la figura del poeta como hombre divino, en la más pura tradición del romanticismo, un ser marginado y solitario que trae la voz de la divinidad. Elevado el poeta, se aleja del contacto con los demás para dejar entre los hombres su don sobrenatural, su voz horaciana con la que expresa lo que otros no podrían: favete linguis, dice Horacio, el sacerdote de las musas (musarum sacerdos) va a hablar. En este sentido, la función del poeta en Cernuda entronca, como decíamos, con los románticos, sobre todo con poetas alemanes como Novalis o Heine. Entre los españoles, quizá sea lo más parecido el genio de Bécquer. La figura del poeta es una obsesión desde Hölderlin, a quien tradujo Cernuda. Así se refleja en un poema suyo que bien puede ponerse en relación con la función del poeta en Cernuda. Se trata de "Dichterberuf" ("El oficio de poeta") y en él se describe la llegada del dios Dioniso, joven y vigoroso mensajero de la divinidad, viene como el poeta a despertar a los durmientes: Und du, des Tages Engel! Erweckst sie nicht die jetzt noch schlafen? "Y tú, ángel del día, no vas a despertar a los que aún duermen?" Pero para Cernuda, que no sólo se empapó de los clásicos españoles y europeos, sino de la Antigüedad grecolatina (leyó a los presocráticos a través del libro de Burnett Early Greek Philosophy), el poeta ha de expresar ante todo la mayor y más trágica paradoja que se guarda en el pecho del hombre, la contraposición entre la realidad y el deseo, una antítesis desdichada que marcará su concepción de la poesía hasta el punto de que, desde 1936, La realidad y el deseo servirá de título a toda su poesía hasta el momento. Refiere Francisco Arias Solis que la perfección es el signo que preside la obra del gran poeta de la soledad, hasta el punto de que, de humanismo contenido, sugiere haya sido trabajada por algún elemento: aire, sutil fuego. Su lucha íntima entre la realidad y el deseo se le transparentaba en medio de un becquerianismo que le trasminaba desde su niñez sevillana y del que nunca él renegó. Y como dijo el poeta sevillano: "Tú, verdad solitaria, / transparente pasión, mi soledad de siempre, / eres inmenso abrazo; / el sol, el mar, / la oscuridad, la estepa, / el hombre y su deseo, / la airada muchedumbre, / ¿qué son sino tú misma? / Por ti, mi soledad, los busqué un día; / en ti, mi soledad, los amo ahora"…" Es extracto y compendio de otras reseñas: http://portal.artelatino.com/francisco-arias-solis/luis-cernuda-por-francisco-arias-solis-0 http://www.cuadernoscervantes.com/enportada_39.html http://www.ucm.es/info/especulo/numero8/cernuda.html http://www.cdlmadrid.org/cdl/archivospdf/Ponencias/Generacion27(IX).pdf http://www.cdlmadrid.org/cdl/archivospdf/Ponencias/Generacion27(IX).pdf http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Cernuda

2 comentarios:

  1. Estimados comapdres; habéis hecho un magnífico trabajo de recopilación de un buen puñado de obras maestras de la literatura de todos los tiempos a una velocidad de vértigo. La elección has sido casi siempre magnífica y la selección de enlaces maravillosa. Muchísimas gracias además por mencionar a mis Perros de la lluvia en varias ocasiones o a mí como colaborador indirecto en esta tarea.
    Lo único que quiero comentaros es que mi seudónimo internauta es Jimarino, y no J.L.Marino.
    Un abrazo muy fuerte, y espero seguiros gustoso en vuestra próxima temporada.
    Un abrazo.

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