miércoles, 20 de mayo de 2009

James Salter: La última noche.

"... El norteamericano James Salter (1925) es famoso por su escritura despojada, hecha de palabras certeras y silencios elocuentes. Su incuestionable prestigio, cimentado a lo largo de casi cincuenta años con tan sólo siete libros publicados, se vio reforzado, si cabe, con la aparición de La última noche en abril de 2005. La última noche contiene diez relatos magistrales, en los que, a partir del retrato íntimo de las relaciones entre hombres y mujeres, salen a la luz los temas favoritos del autor: el amor, el desengaño, el deseo, la traición, la soledad. En el cuento que da título al libro, y que Frank Conroy ha defi nido como «una indiscutible obra maestra», una mujer enferma de cáncer terminal pide a su marido y a una amiga que la ayuden a adelantar su muerte, con resultados inesperados para los tres. Maestro del estilo, admirado por escritores como John Irving, Richard Ford o Susan Sontag, Salter describe la intimidad con una prosa casi pictórica, en un juego de luces y sombras sin aparente solución. En todos sus personajes, el recuerdo de la felicidad y del éxtasis convive con los efectos devastadores de la traición, llevándonos finalmente a reflexionar sobre si cambiamos con el paso del tiempo o estamos condenados a repetir los mismos errores; o dicho de otro modo, si existe alguna relación entre quienes fuimos en nuestra juventud y las personas en que nos convertimos en la madurez. No todos los escritores pueden presumir de una vida llena de acción y emociones fuertes; pero pocos habrían sido capaces de sacar provecho de ella como lo ha sabido hacer James Salter, sin jactancia y con pasmosa eficacia. Novelas como Juego y distracción o Años luz y libros de relatos como Anochecer se nutren de jirones de recuerdos y se hallan poblados de personajes apenas entrevistos y con más zonas de sombra que destellos; tal vez porque, como dice el propio Salter, escribir de alguien con detalle es destruirlo, agotarlo. Continuación natural ya desde su título de Anochecer (su único otro libro de relatos, editado en Estados Unidos en 1988), podría afirmarse que el tema más o menos común que relaciona a los diez cuentos de La última noche es la súbita revelación de un secreto, la dolorosa admisión de una oportunidad perdida o de un súbito giro hacia el camino equivocado, la iluminación de una zona más o menos oscura que, una vez alumbrada, aunque sea a la luz de una cerilla, ya nunca volverá a ser igual. Lo de Salter –tal vez junto con Norman Mailer, luego del reciente fallecimiento de William Styron, el último exponente de un “modelo” de escritor Made in USA vitalista, bon-vivant, curtido por la experiencia pero sin perder nunca la elegancia– es algo raro, impreciso, y que pareciera empezar y terminar en sí mismo. La suya es una delicadeza ruda que también se encuentra en los libros inspirados en sus misiones como soldado volador en la guerra de Corea (Piloto de caza, de 1956, The Arm of Flesh, de 1961 reescrito como Cassada en el 2001 y la auto-antología Gods of Tin, 2004) y, de una manera todavía más admirable y misteriosa en las novelas “civiles” que pueden ocuparse tanto de la poco confiable mirada del testigo más o menos cercano que teoriza sobre el amor de una pareja de desconocidos (la magistral Juego y distracción, de 1967), el inexorable fin de un matrimonio (Años luz, de 1975) o los ascensos casi existencialistas de dos escaladores de montañas (En solitario, de 1979) . Los diez relatos que componen La última noche exploran los rituales de la decepción que se instalan con el tiempo en cualquier familia americana . James Salter opta por un estilo narrativo que emparenta perfectamente con la tradición oral, al leerlo experimentamos la sensación de estar conversando. Salter utiliza una técnica que podría denominarse “muñecas rusas”, ya que lleva al lector de un sitio a otro, saltando de escena en escena y desplazándonos en el tiempo de una forma a primera vista inapreciable, apenas con un solo comentario, con una frase de cuatro palabras Estos cuentos sobre el tema del amor (y sus ramificaciones o aledaños) son muy bellos, muy sabios y muy serenos.Es sorprendente la templanza del estilo de Salter, que es capaz de plasmar por escrito situaciones cargadas de emoción y transmitir esas fluctuaciones al lector con una viveza impresionante, pero sin recurrir a alharacas estilísticas, tan sólo con una prosa sencilla, tenue, sutil... " Es extracto y compendio de otras reseñas: http://elsindromechejov.blogspot.com/2007/03/la-ltima-noche-james-salter.html http://www.letraslibres.com/index.php?art=11868&rev=2 http://www.solodelibros.es/26/03/2007/la-ultima-noche-james-salter/ http://www.eldesvandeloslibros.net/2009/01/la-ltima-noche-james-salter.html http://www.letraslibres.com/index.php?art=9076 http://www.elojocritico.net/index.php?option=com_content&task=view&id=272&Itemid=59 http://en.wikipedia.org/wiki/James_Salter

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