miércoles, 22 de julio de 2009

Geoffry Chaucer: Los Cuentos de Canterbury

“… Geoffry Chaucer (1342?-1400) escribió Los Cuentos de Canterbury entre finales del siglo XIV y principios del XV. Se trata de la primera obra escrita en inglés, ya que hasta entonces sólo se escribía en latín o francés, lenguas que sólo eran accesibles para la gente que tuviera una cierta formación cultural. Los cuentos recuperan viejas leyendas e historias populares cargados de enseñanzas que forman un conjunto cohesionado a través de un hilo conductor, a la manera de las narraciones del Decamerón o Las mil y una noches. Los Cuentos de Canterbury es una colección de historias cuyo trasfondo lo constituye una peregrinación a la catedral de Canterbury, donde se encuentra la tumba de santo Tomás Becket. El poeta se une a un grupo de peregrinos, vívidamente descritos en el prólogo general, que se alojan en la Tabard Inn (Southwark) para viajar después a Canterbury. Entre ellos hay todo tipo de personajes de muy distinta extracción social, desde un caballero hasta un humilde labrador, y componen un microcosmos de la sociedad inglesa del siglo XIV. El anfitrión propone que, para matar el tiempo, los peregrinos cuenten historias, de modo que cada uno de los aproximadamente 30 personajes (no se llega a conocer con exactitud el número) contará cuatro cuentos. Esta estructura posibilitó al autor el utilizar distintos géneros literarios: vidas de santos, cuentos alegóricos y romances corteses, o mezclas de ellos. El poeta escribió en realidad sólo la cuarta parte de los cuentos que planeó en un principio, aunque la muestra recoge ya casi todos los géneros de la cuentística medieval. La parte que logró completar se compone de unos 18.000 versos, separados en grupos de uno o más cuentos por breves notas introductorias. Entre ellos se encuentran ejemplos de casi todas las historias medievales, aunque la genialidad del autor consistió, sobre todo, en la trama de unión que creó entre los cuentos y la historia. La técnica utilizada por el escritor revela la posibilidad de encuadrarlo dentro de la novela marco: la peregrinación es el motivo central, cada personaje relata su historia y dentro de ella, los personajes de la narración marcan un punto de vista. La interrupción de la narración consigue llevar lo narrado al tiempo presente, para que alguien emita opiniones y luego volver al punto de partida. De esta manera, existe una idea básica: contar una historia, que están puestos en boca de los narradores identificados en el prólogo y un trasfondo viajero: la peregrinación a Canterbury, con posibilidad de ser interpretado dentro de un nivel general: La vida humana es peregrinaje, Canterbury: la meta, el cielo. La técnica utilizada no es novedosa. Se la puede hallar en distintas obras como El Panchatantra o Las mil y una noches, también en el conjunto de cuentos más famosos El Decamerón de Bocaccio. En Los Cuentos de Canterbury, los personajes están presentes en forma permanente; son descriptos en el prólogo general y también en los lukis o enlaces entre cuento y cuento. Estos enlaces narrativos, aparte de ensartar los cuentos con una secuencia determinada, constituyen el puente para dar una unidad a la obra dentro de la diversidad. Si bien es cierto que cada cuento tiene cierta autonomía, el motivo central conforma el todo literario. Esta ruptura aparente se recompone al establecerse la relación narrador-cuento, o bien, las irrupciones que el propio Chaucer incorpora con su solapada presencia. En estos complementos o extrapolaciones del prólogo general, otros personajes intervienen emitiendo su opinión, o bien, se producen distintas disputas: el administrador se pelea con el molinero borracho; el anfitrión bromea con Chaucer y el monje; el caballero pacifica la discusión entre el Bulero y el anfitrión, etc. En definitiva: estos enlaces proporcionan una pincelada de los retratos de sus personajes y una cohesión interna e intensidad dramática.La escritura de los cuentos tiene un encuadre único: la reunión en la posada de "El Tabardo de Soutwark", cuyos peregrinos se reúnen para visitar la tumba de Tomas Beckett en Canterbury. Los veinticuatro cuentos se dividen en diez secciones, y cada sección se subdivide en los prólogos, cuentos respectivos y, en su caso, un epílogo. Aunque denote cierto desorden, estéticamente es aceptable. Chaucer va describiendo a los personajes y luego se llega a un acuerdo que permita hacer más llevadera las molestias del viaje. Por ello, cada uno deberá contar dos cuentos de ida y dos de vuelta. De haberse cumplido con lo pactado, la obra hubiese tenido más de cien cuentos; pero el autor pudo terminar sólo veinte y dejar cuatro inconclusos.La diversidad geográfica que se establece entre los peregrinos marca el rol que cumple cada uno en la sociedad, y se puede obtener un cuadro de la época con las distintas clases sociales bien diferenciadas. Muy pocos son los personajes con nombre propio. Por ejemplo: Osvaldo, el administrador; Don Piers, el monje, etc. Más bien, Chaucer estuvo interesado en esbozar un tipo standard de status social sin preocuparse por describir la personalidad de un individuo. Por ejemplo: el molinero, el tintorero, el Bulero, etc. Entre las historias se encuentran ejemplos de casi todas las historias medievales, aunque la genialidad del autor consistió, sobre todo, en la trama de unión que creó entre los cuentos y la historia. Así, después del relato cortés y filosófico sobre un amor noble que cuenta el Caballero, el molinero relata una deliciosa y picante historia de seducción dedicada al escudero. Éste contraataca con un cuento sobre la seducción y el engaño de la mujer y la hija de un molinero. De este modo, los cuentos van descubriendo las personalidades, disputas y diferentes opiniones de quienes los cuenta. Los prólogos y los cuentos de la comadre de Bath y del Bulero constituyen los puntos álgidos de toda la producción literaria de Chaucer. La comadre, una firme defensora de su género frente al tradicional antifeminismo de la Iglesia, inicia una serie de cuentos sobre el sexo, el matrimonio y la nobleza (gentilesse). El Bulero, en cambio, ofrece una escalofriante demostración de cómo la elocuencia en el púlpito convierte la esperanza en la salvación, en un perverso juego de excesos de confianza. Aunque, a su modo, el autor satiriza los abusos de la Iglesia, también incluye una serie de cuentos didácticos y religiosos, y concluye con el sermón del clérigo sobre el valor de la penitencia. En todos los casos, intervendrá como anfitrión el posadero, quien emitirá su juicio en relación con lo que escucha; no referirá ningún cuento, sino que ejercerá su papel de modo contundente o arbitrario, interrumpiendo al orador cuando sea necesario, en caso de que la narración sea triste, o bien aplaudirá a rabiar y aprobará elogiando el cuento cuando resulte conveniente. Su intervención estará marcando el rigor y la verosimilitud que realzan el realismo en esta peregrinación. Chaucer extendió enormemente el prestigio del inglés como lengua literaria. En el renacimiento fue considerado como el Homero inglés y Edmund Spenser le alabó como su maestro, además muchas de las obras de William Shakespeare muestran la asimilación por parte del gran autor teatral del lado más cómico de las obras de Chaucerbra desempeñó un papel crucial en la fijación de la gramática y la lengua inglesas. Chaucer se revela como gran artista y profundo psicólogo, capaz de imprimir gran vivacidad a la narración y impregnarla de un humor malicioso y profundamente humano. El hilo conductor de la obra es la peregrinación de una serie de personajes, procedentes de todos los estamentos sociales, a la catedral de Canterbury, donde se encuentra la tumba de santo Tomás Becket. En el conjunto de estos relatos se advierte la misma ambigüedad en la relación con la Iglesia y la religión que marca otras obras del poeta: los poemas satíricos y picantes alternan con los de temática piadosa, aunque los primeros son mucho más numerosos. Sin embargo, la obra termina con una confesión en la que el autor se retracta de los cuentos menos edificantes, así como de obras anteriores suyas, como Troilo y Crésida. El reconocimiento de Chaucer creció notablemente durante el Renacimiento, si bien su posición fundacional en la literatura inglesa no ha dejado de reconocerse con posterioridad…” Es extracto y compendio de otras reseñas: http://www.monografias.com/trabajos14/canterbury/canterbury.shtml http://silviusky5.wordpress.com/2009/06/16/los-cuentos-de-canterbury/ http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1578 http://es.geocities.com/biblio_e_chaucer/chaucer.html http://www.sepeap.org/archivos/libros/literatura/Chaucer,%20Geoffrey%20-%20Cuentos%20de%20Canterbury.pdf http://www.papelenblanco.com/relatos/un-relato-a-la-semana-el-cuento-del-bulero-de-geoffrey-chaucer http://es.wikipedia.org/wiki/Los_cuentos_de_Canterbury

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