martes, 24 de febrero de 2009

Marguerite Yourcenar: Memorias de Adriano (la poesía de la historia)

"... Memorias de Adriano (en francés: Mémoires d'Hadrien) es una novela de la escritora belga Marguerite Yourcenar que describe la vida y la muerte del emperador romano Adriano. El libro fue publicado en Francia en 1951, y fue un éxito inmediato, con una gran alabanza de la crítica. El verdadero Adriano escribió una autobiografía, pero se ha perdido. El libro tiene la forma de una epístola al primo de Adriano y su eventual sucesor "Marco" (Marco Aurelio). El emperador medita acerca de sus triunfos militares, el amor en la poesía y la música, y su pasión por su amante Antínoo, todo de una manera no inconsistente con la "melancolía del mundo antiguo" a la que aludió Gustave Flaubert. Yourcenar anotó en su postscritptum "Carnet de note" a la edición original que escogió parcialmente a Adriano como personaje central de la novela pues vivió en un periodo de tiempo en el que no se creía en los dioses romanos, y en que el cristianismo todavía no se había establecido. Esto le intrigó por sus obvios paralelos con su propio mundo de la postguerra europea. Escrita tras la meticulosa investigación que toda novela histórica merece, Memorias de Adriano es una profunda reflexión sobre la vida y el destino del ser humano, además de una autobiografía novelada del emperador romano, bajo la forma de cartas escritas por éste a su sobrino. Cuando Marguerite Yorcenar gestaba la novela, se topó como ella misma explica, con una frase de Flaubert que la impresionó y le iluminó: "Cuando los dioses ya no existían y Cristo no había aparecido aún, hubo un momento único, desde Cicerón hasta Marco Aurelio, en que solo estuvo el hombre". El libro es el autorretrato de un hombre sabio que al final de su existencia y ante la inminencia de su muerte que asume con serenidad, rememora su vida. Es la historia de un emperador romano culto y sensible, libre y solitario, que intentó hacer un mundo mejor. Y a través de esa biografía, la escritora parece intentar hallar en la antiguedad clásica las claves de las tragedias contemporáneas. Sueña, a través de él, con un hombre de Estado ideal, capaz de estabilizar la tierra, y construir su felicidad como una obra maestra. Con él comparte Marguerite una sabiduría inspirada de las doctrinas orientales que consiste en prepararse para la muerte con "los ojos abiertos". En Memorias de Adriano queda de manifiesto el estilo literario de Marguerite Yourcenar: Una prosa de sublime aliento poético puesta al servicio del conocimiento de las civilizaciones antiguas y de la historia, y su afán por comprender las motivaciones humanas. Como novela histórica Memorias de Adriano contaba con antecedentes en las letras galas: Le lion devenu vieux, de Jean Schlumberger publicada eu 1928 o Le livre de raison d'un roi fou, 1947, de A. Fraiquenau. Yourcenar imagina al emperador Adriano, viejo y enfermo, escribiendo sus memorias para Marco Aurelio, quien después sería emperador filósofo, entonces joven heredero del Imperio. La historia real de Adriano, romano nacido en España que acertó a dar a Roma medio siglo de paz e imponer precisas medidas económicas, culto y viajero, lúcido y fiero, apasionado por los ritos extranjeros y sobre todo por Antínoo, el esclavo que muere joven y a quien el emperador diviniza, parece reconstruirse a través de la erudición que se respira en la novela. Margarita Yourcenar ha querido que dos apéndices acompañaran al relato propiamente novelesco. El primero, titulado "Cuadernos de notas a las Memorias deAdríano" (14), está constituido por una serie de pequeños fragmentos relatados en primera persona, en los que se cuentan numerosos pormenores referentes a la elaboración de la novela. El segundo, con el título de "Nota", es efectivamente una nota explicativa de las fuentes de la narración. Hay que advertir que es al testimonio de un clásico francés, Racine, al que la autora invoca para explicar al lector que las modificaciones respecto a las fuentes de personajes o circunstancias históricas que el texto presenta siguen ya un hábito emprendido por el clásico Racine, el de aclarar la historicidad o ahistoricidad de los personajes. La "Nota" en primer término, aclara las modificaciones de los "actores" de la narración, señalando lo que son fuentes históricas y lo que se debe a la invención. Inmediatamente, sin embargo, va a detenerse y relatar las fuentes escritas utilizadas. Las dos principales son la del historiador griego Dion Casio, que en su Historia Romana dedica unas cuantas páginas al emperador, solo cuarenta años después de su muerte, y la del cronista latino Espartiano, uno de los redactores de la Historia Augusta, que escribió un poco más de un siglo después su Vita Hadriani, uno de los mejores textos de la colección, y su Vita Aelii Caesaris, obra de menos envergadura, que presenta una imagen superficial del hijo adoptivo del emperador. Además de estas fuentes primordiales, se ha servido M. Yourcenar de un cierto número de obras auténticas: correspondencia administrativa, fragmentos de discursos, datos en inscripciones, decisiones legales transmitidas por jurisconsultos, poemas mencionados por los autores del tiempo, como el ilustre, "Animula, vagula, blandula", cartas, aunque algunas de ellas sean de una discutible autenticidad. También ha recurrido a las menciones que de Adriano o de su entorno hacen los escritores que se refieren a este período. Así, recuerda los datos que proporcionan Ateneo, Aulo Gelio y Filóstrato sobre los sofistas y los poetas de la corte imperial. Para la descripción del dolor de Adriano por la muerte de Antínoo, M. Yourcenar declara haberse inspirado en los historiadores que se acaban de citar, pero también en ciertos pasajes de los Padres de la Iglesia, que lo reprobaban, ciertamente, pero que a la vez ofrecían puntos de vista humanos. El Panegírico de Roma, del sofista Elio Antístenes, dice haberle servido para el bosquejo del Estado ideal que el emperador describe en sus memorias. Para los pasajes de la novela que se refieren a la guerra de Palestina se ha servido de un libro enormemente utilizado en la Edad Media y en el Humanismo, la Historia Eclesiástica, de Eusebio de Cesarea, más de algunos datos, de carácter legendario, leídos en el Talmud. Los museos, los datos proporcionados por los arqueólogos le han servido, así como los estudios de historiadores posteriores. A este respecto cita especialmente los capítulos que León Homo, en su obra sobre El alto Imperio Romano, dedica al emperador. Todo este saber que por "Cuadernos de notas" conocemos, un saber apasionado, lo va a poner al servicio de un significado, el que dio origen a la escritura de la novela, y que es, además, el que contiene el mensaje mas profundo en relación con lo que Margarita Yourcenar entiende por "espíritu europeo" encarnado en la época a la que alude y en el emperador protagonista de la historia." Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan: http://www.elmundo.es/esfera/ficha.html?27/esf924253094 http://www.leergratis.com/libros/memorias-de-adriano-marguerite-yourcenar.html

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