miércoles, 24 de junio de 2009

Jaroslav Hasek:Las aventuras del buen soldado Svejk

"...Publicado en 1911 en Praga, Las aventuras del buen soldado Svejk anticipa desde sus primeras páginas la experiencia bélica de su autor Jaroslav Hasek (1883-1923), y constituye el alegato antibelicista más profundo y lleno de humor que ha producido la literatura universal. Su protagonista, Schwejk, con astuto desamparo y ladina sandez, libra su guerra privada contra la maquinaria militar como un Sancho Panza de la Primera Guerra Mundial, y empleando la estupidez como refinamiento se tranforma en un estratega capaz de desarmar a quien sea. En una serie de divertidos episodios y en el trato con sus multiples y siempre limitados superiores, cumple su deber de obediencia de tal manera que todas las órdenes llevan al absurdo y deja en rídiculo a las autoridades. Los lectores contemporáneos del soldado Schwejk pudieron disfrutar de la enorme carga política que rezuma la obra. Los mandos del ejército austriaco son mostrados como maniáticos, borrachos, indolentes, incapaces o, simplemente, locos; su organización militar es caótica y nada consigue resultar como se planea: los transportes militares se extravían, la intendencia es corrupta, la formación de los oficiales es nula, el sistema de claves es risible y las altas instancias son incapaces de situar la línea del frente en un mapa. Todo ello es descrito por Hašek bañado por una ironía tal que, en lugar de rebosar crueldad y ánimo de revancha, destila comicidad. Para los lectores no checos, y para los que no conocieron los sufrimientos de la Primera Guerra Mundial, el soldado Schwejk se ha presentado como una inolvidable sátira antimilitarista, meritoria cuanto que, en todo el libro, sus protagonistas no se enfrentan con ningún soldado enemigo.Sin embargo, el auténtico valor que hace que esta novela sea perdurable y que su lectura resulte provechosa, al margen de las concretas circunstancias históricas que la engendraron, es la fuerza de su protagonista. Fiel a una tradición literaria que se remonta a Cervantes y a Rabelais, Hašek hace avanzar toda la obra por la mera fuerza de su protagonista que va saltando de desastre en desastre sobre un fondo rico en detalles, personajes secundarios, reflexiones, etc. La obra carece de un plan predeterminado, es pura invención. Al igual que en las obras de los autores clásicos citados y sus coetáneos, el humor es la piedra fundamental, un humor ácido que muchas veces se asienta en el surrealismo. Las borracheras son pantagruélicas, las bofetadas dignas de gigantes, la locura de algunos oficiales, propia de un caballero andante. Hašek no busca describir la realidad, pero quiere que el lector la descubra sutilmente a través de sus palabras. Discernir las grandes verdades que esconde el discurso del estúpido Schwejk es una tarea que se impone del mismo modo en que un lector del Quijote se pregunta a menudo quién es el loco. Hasek fue algo así como el reverso burlón de Kafka. Tenían la misma edad, vivían en Praga y eran escritores, pero quizá habría sido difícil encontrar dos almas más opuestas. Mientras el autor de La metamorfosis era casi un eremita de la escritura, aficionado a recluirse en soledad, el excesivo Jaroslav Hasek (1883-1923), orondo, marrullero y de talante indomable, prefería el bullicio de las tabernas. Su obra magna, la novela Las aventuras del buen soldado Svejk (Galaxia Gutenberg), acaba de ser vertida por primera vez al español directamente del checo por la traductora Monika Zgustova (Praga, 1949), en un volumen acompañado con las ilustraciones de la edición original (1923), de Josef Lada. Ambos recelaban profundamente de ese Estado moderno hiperburocratizado que se encarnaba en el Imperio austrohúngaro, un inestable mosaico multinacional que se extendía desde el Adriático hasta las actuales República Checa, al norte, y Ucrania, al este. Los dos autores estaban convencidos de que ante aquella administración elefantiásica el individuo quedaba reducido a poca cosa. Fueron de los primeros en verlo con tanta claridad, pero su enfoque fue dispar. Mientras Kafka le dio forma de pesadilla, como en la novela El castillo o el cuento Ante la ley, el incorregible Hasek prefirió reírse de todo aquello. Su mayor creación, el soldado Svejk, es un ingenuo charlatán que se alista al ejército para combatir en la Primera Guerra Mundial como si se tratara de una reyerta de bar entre autriacos, serbios y turcos. Novela inacabada, la enfermedad obligó a Hasek a dictar los últimos capítulos, prácticamente desde su lecho de muerte. Falleció de tuberculosis a los 39 años, en 1923, la misma enfermedad que se llevó a su conciudadano Kafka un año después..." Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan: http://www.literalia.es/modules.php?name=News&file=article&sid=831&mode=thread&order=0&thold=0 http://fabiangradolph.blogspot.com/2009/05/las-aventuras-del-buen-soldado-svejk.htmlhttp://www.elpais.com/articulo/cultura/Svejk/reverso/charlatan/Kafka/elpepucul/20081223elpepucul_2/Teshttp://personales.ya.com/mic-culturilla/libros/schwejk.htm http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/25/cultura/1227625384.html http://es.wikipedia.org/wiki/Jaroslav_Hasek http://www.espacioluke.com/2002/Mayo2002/quinta.html

1 comentario:

  1. y como se puede descargar para no dejarme la retina en la pantalla?

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