martes, 27 de enero de 2009

Wilhem Jensen: Gradiva una fantasía pompeyana (el psicoanálisis en la literatura)

" ...En el trabajo titulado El delirio y los sueños en la 'Gradiva' de Jensen (1907) Freud hace un hermoso psicoanálisis aplicado a la novela Gradiva una fantasía pompeyana publicada cuatro años antes por el escritor aleman Wilhem Jensen (1837-1911). La novela nos presenta a un joven arqueólogo, que se enamora de un bajo relieve que representa a una joven griega de andar peculiar. El bajo relieve que provocó el amor del protagonista de esta novela puede verse en el Museo del Vaticano, donde Freud lo descubrió en una de sus visitas a Roma. El mismo Freud colocó una réplica de la 'Gradiva' en su propio consultorio. Durante el estudio de la novela, Freud hace un paralelismo entre el sepultamiento del bajo relieve luego de la catástrofe de Pompeya y la represión del protagonista de sus propios recuerdos infantiles, que lo llevan a desarrollar un delirio, que es estudiado desde sus orígenes hasta su desarrollo y disolución. El texto de Freud se tradujo al francés en 1931 e inmediatamente atrajo el interés de los surrealistas; de Breton, Ernst o André Masson. Pero fue Dalí quien se apropió más personalmente del mito, haciendo de Gradiva uno de los avatares de su eterno femenino, identificado con Gala. Igual que la muchacha de la novela había “despertado” a Norbert realizando sus sueños, Gala encarnaba las fantasías eróticas de Dalí. Cuando los surrealistas abrieron su propia galería en 1937 (rue de Seine), dirigida por Breton, la llamaron "Gradiva" y las siluetas de las figuras femenina y masculina sobre las puertas de cristal fueron diseñadas por Marcel Duchamp. El cartel que anunciaba su apertura decía: "Gradiva. Este nombre, tomado de la maravillosa obra de Jensen, significa sobre todo "La que avanza" ¿Quién puede ser "la que avanza" sino la belleza del mañana (...)". El "avance" de Gradiva era una metáfora del arte "avanzado", pero tambien de la noción que tenían los surrealistas de la mujer como musa del artista. Esta joven, que avanza con ese paso peculiar dejando el pie posterior en posición casi vertical, es la primera inspiración de Jensen para su novela. Y le da el nombre de Gradiva. Este nombre sería una especie de neologismo latino que, según Jensen querría decir algo así como “la que hermosamente avanza”. El nombre vendría del verbo latino gradior (avanzar) y del sustantivo gradus , que quiere decir avance o paso adelante y del que deriva la palabra “progreso”. Es el femenino de gradivus, uno de los nombres de Marte, el dios de la guerra, que también se ha traducido como “del andar resplandeciente” tal vez por el brillo del escudo. El protagonista de la novela es un joven arquéologo, Norbert Hanold que en su desvarío piensa que Gradiva es una pompeyana de familia noble y que ha muerto en la erupción del Vesubio. Y con esa obsesión viaja a Pompeya para visitar la ciudad. El sueño y la realidad se cruzan cuando Norbert cree encontrarse con Gradiva andando entre las ruinas de Pompeya. La supuesta alucinación es en realidad Zoe una antigua compañera de juego de infancia que se encarga de deshacer la ilusión. El trabajo de Freud en su texto consiste en el análisis de los tres sueños de Norbert explicando la forma en que Zoe Bertgang, vuelve a recuperar a Norbert para la realidad y descodifica el delirio. La transformación que se opera en Hanold es el resurgimiento de su erotismo reprimido. " Esta recensión es compedio y extracto de otras reseñas que se relacionan en los vínculos que siguen: http://lagradiva.blogspot.com/2006/06/la-gradiva-y-freud.html http://mercedesgarciabravo.blogspot.com/2007/06/gradiva-la-que-avanza.html http://xoroi.com/gradivagraziella.rtf http://en.wikipedia.org/wiki/Gradiva

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