viernes, 9 de octubre de 2009

Ludovico Ariosto: Orlando furioso.


"... Orlando furioso de Ludovico Ariosto ( 1474- 1533), es una obra singular, universalmente reconocida como una de las cumbre de la literatura europea. Con ella, las lenguas modernas logran al fin producir una poesía épica culta a la altura de las más admiradas de la Antigüedad Clásica; y la octava real se constituye definitivamente en las lenguas romances como la sucesora del hexámetro latino. Tal es la perfección formal que alcanza la octava del Ariosto, que suelen referirse a ella los críticos como octava de oro.

En el Quijote, ya sea en el de Cervantes o en el apócrifo de Avellaneda, es a menudo o citado o imitado o fuente de inspiración para alguna de las aventuras: es obra elogiosamente citada en el escrutinio (I,6); don Quijote cree ser don Reinaldos de Montalbán poco después (I,7), más adelante confunde una bacía de barbero con el yelmo de Mambrino, esto es, el que cubría la cabeza de don Reinaldos (I,21); la furia de Orlando es recordada por don Quijote en su penitencia en Sierra Morena (I,25). Tampoco es desdeñable la influencia en la Auracana de Ercilla. Michel de Montaigne señalaba en uno de los Ensayos que la lectura de los antiguos es el estudio más sabio y el mejor examen del alma. Al respecto, pocos poemas rastrean con tanta hondura nuestro pasado reciente como el Orlando furioso de Ludovico Ariosto extensa composición que vio la luz en 1516, cuando la individualidad era ya una irreparable escisión de voluntades. Estamos, pues, ante una de las epopeyas capitales de la Modernidad, ante un laberinto que muestra, en sus posibles salidas, los distintos rostros del hombre, su discordia. Los protagonistas, Orlando o Angélica, Rugero o Bradamante, encarnan lo que la vida tiene de ruptura. Su itinerario interior conoce la vanidad, la locura, el dolor, el tedio, cualquier estado o dirección moral que fluctúa en el torvo paisaje del Orlando, un fresco en el que renace la melancolía que dio Jacopo Pontormo a sus figuras.
Ariosto comenzó su obra maestra, el poema épico Orlando furioso, diciendo: “Le donne, i cavalier, l’arme, gli, amori, / Le cortesie, l’audaci imprese io canto...” Con esto dio idea bastante clara de lo que iba a ser su obra, viniendo aquella completada por la afirmación de que diría de Orlando cosas nunca dichas en prosa o en verso, entre ellas que “enloqueció de amor, un hombre como él, tenido siempre por tan cuerdo”. Basta seguir leyendo el primer canto para comprender pronto, por los hechos y por el estilo malicioso, que se trata de un poema heroico de carácter burlesco. Este poema que comenzó en 1506 y publicó en 1516; la corrección definitiva no se concluyó hasta 1532. El poema, formado por cuarenta y seis cantos compuestos en ágiles octavas, no es una obra independiente: se presenta como continuación de Orlando enamorado de Mateo Boyardo, con la misma forma externa e idénticos personajes dotados de los mismos caracteres y está considerado una de las obras maestras del Renacimiento. Narra el amor del paladín Orlando por la pagana Angélica, en el marco de las guerras entre Carlomagno y los musulmanes. Orlando pierde la razón al enterarse de que Angélica quiere a Medoro, joven pagano a quien ha cuidado; pero recobra la razón, que Astolfo le trae de la Luna (el fragmento del viaje a la luna es inolvidable). En este tema se injerta la historia de Rogerio y Bradamanta; además, otras veinte novelas, episodios, cuentos, sabiamente entretejidos en el curso de este amplio poema (cuenta más de treinta y ocho mil versos). Todo se vuelve paladines que llevan a cabo proezas sobrehumanas, nigromantes, castillos encantados, hipogrifos, continuos viajes por tierra, por mar y por los aires, de Francia al África y al Asia: es una verdadera comedia de magia. Orlando furioso, célebre desde el punto en que apareció, ha hecho populares a Bradamanta, virgen guerrera imitada en la Camila de Virgilio, a la maga Alcina, la discordia de Agramante, a los guerreros paganos Rodomonte y Sacripante. Una imaginación inagotable, un notable poder de inventiva, un raro talento de narrador, ingenio, un estilo exquisito, animan y sostienen esta maraña de historias inverosímiles de proezas y de amor. Orlando furioso, considerado uno de los mejores poemas épicos de todos los tiempos, sigue siendo una de las obras del Renacimiento que mejor han conservado su encanto a través de los siglos. Ariosto no se distinguió únicamente por su gran poema Orlando furioso, sino que es autor de una colección de elegías, cinco comedias (La Cassaria, 1508; El nigromante, 1520), poemas en latín ( Carmina 1494-1503), las Rimas (1494-1516), que comprenden varios madrigales, canciones y sonetos, y siete Sátiras (1517-1525), que constituyen un magnífico documento autobiográfico y social, en las que se pintó admirablemente a sí mismo como hombre amante de la medianía horaciana..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:
http://www.lukor.com/literatura/05033008.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Orlando_furioso
http://pe.kalipedia.com/literatura-universal/tema/literatura-renacentista/orlando-furioso.html?x=20070418klplylliu_70.Kes&ap=4
http://mundohistoria.portalmundos.com/ludovico-ariosto-y-orlando-furioso-maxima-expresion-literaria-del-renacimiento/

No hay comentarios:

Publicar un comentario