lunes, 27 de abril de 2009

John le Carré: El Espía que Surgió del Frío (la novela de espionaje)

“… Dentro de la novela de espías (que algunos consideran un subgénero de la novela policiaca y otros, más puristas, escinden completamente de él) destaca con luz propia la figura de John le Carré, seudónimo tras el que se oculta el inglés David Cornwell (1931). El Espía que Surgió del Frío (The Spy that Came in from the Cold), cuyo éxito sería fulgurante y a la que de hecho, Graham Green consideraría como la mejor novela de espías jamás escrita. En novelas posteriores Le Carré conseguirá superar a su primer éxito en aspectos tanto temáticos y estilísticos como de desarrollo de personajes, pero el delicado y preciso engarce que es la estructura de la historia, la dosificación perfectamente medida de los acontecimientos, el armazón argumental, trazado casi como si se tratase de un mecanismo de relojería, permanece sin superar tanto dentro de la propia obra de Le Carré como del género en general. El Espía que Surgió del Frío es una novela en la que nada es lo que parece y en la que, hasta la última página, el lector ignora (aunque cree saberlo) qué es lo que está ocurriendo. Es, en cierta manera, una partida de ajedrez en la que uno de los dos oponentes (Gran Bretaña) no tiene el menor escrúpulo en sacrificar sus mejores piezas con tal de capturar al rey enemigo del otro bando (Alemania Oriental). Alec Leamas, el espía al que hace referencia el título de la novela, es durante todo el desarrollo de esta un peón que cree estar haciendo un juego para descubrir, solo al final, que sus jefes están jugando otro bien distinto. La desesperación de Leamas, su fracaso (pese al éxito de su misión) son compartidos por el lector quien, al cerrar la novela se encuentra con una sensación de desamparo y un amargo regusto en la boca. Le Carré, profundo conocedor del mundo del espionaje -fue agente secreto antes que escritor, es autor de una copiosa obra narrativa que destaca por su calidad. El espía que surgió del frío comienza en la frontera de las dos Alemanias en plena Guerra Fría. El relato encierra toda la esencia del género y, en opinión del escritor Juan Bonilla, supuso para la novela de espionaje político lo que El halcón maltés para la de detectives: la obra, por sí sola, colocaba a todo un género un par de peldaños más arriba. El espía que surgió del frío comienza al galope en plena frontera de las dos Alemanias y en plena Guerra Fría. Su protagonista principal, el espía Leamas, un hombre que sabe que no sirve para el trabajo burocrático y teme ser devuelto a Londres después de 10 años de servicio en Berlín -de 1951 a 1961-, y que lo encierren en una oficina de los servicios secretos, es requerido, después de la muerte a tiros de un compañero, para un trabajo sucio, de esos que no deben ser relacionados con el Foreign Office. Por ello, Leamas ha de abandonar los servicios secretos, labrarse una pésima reputación, causar problemas, ser un hombre a la deriva, destruirse aparentemente. En realidad la parte central de la obra de Le Carré, la más apasionante, supone el triunfo del escritor sobre la tentación de sus días de juventud. Es apasionante, a la luz de estas declaraciones, seguir en la obra de Le Carré la forma en que supera y sublima sus dudas. Su primera novela de espionaje, «Llamada para el muerto» (1961), la publica con el seudónimo que le hará famoso porque estaba en activo como funcionario. En ella hace su primera aparición George Smiley enfrentado con los servicios secretos de la República Democrática de Alemania. Dos años después, con el muro de Berlín ya construido, aparece deslumbrante «El espía que surgió del frío», que acerca a Le Carré a la altura de Green o de Conrad. Aquí todos son malos, y no hay más reglas que el cinismo y la crueldad. Alec Leamas muerto al pie del muro explica la obra posterior del escritor, su pasión por defender a los débiles y sus denuncias de los abusos del poder. El desenmascaramiento del topo y la victoria moral sobre Karla, el genio del espionaje del otro lado de la línea, consiguiendo su deserción, es un ajuste de cuentas de Le Carré, transmutado en Smiley, sobre el traidor Kim Philby y los hombres sin rostro, como Markus Wolf, el jefe de la Stasi, que quieren destruir un mundo, el llamado mundo libre, en el que el novelista, sin embargo, cree poco. Muchos años después, hundido el imperio soviético, Le Carré carga en «Amigos absolutos» contra la degeneración de las viejas ideologías que destruyen a los idealistas que un día utilizaron. Ahora, a los setenta y ocho años, el escritor ha publicado su nueva y quizá última novela, «El hombre más buscado». Un refugiado musulmán en Hamburgo, medio ruso medio checheno, bastardo de un jefe militar del Ejército rojo y de una adolescente chechena violada, vigilado por los servicios secretos alemán, inglés y norteamericano. Es como una nueva guerra fría, la del fundamentalismo islámico contra Occidente, que inauguró el nuevo siglo con la destrucción de las torres gemelas y llevó la masacre a Madrid y a Londres. Terrorismo e independentismo alimentan los conflictos de nuestro tiempo. La guerra de Irak dio luz verde nuevamente a las acciones encubiertas o clandestinas, de los servicios secretos, a los que George Bush entregó un cheque en blanco para abusar de los detenidos. La Carré corona su obra con ira y lucidez, y con ternura para todos los idealistas sacrificados.” Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan: http://www.escritoenelagua.com/2007/01/26/john-le-carre-el-poeta-de-la-guerra-fria/ http://www.elmundo.es/elmundolibro/2002/10/29/anticuario/1035837650.html http://www.abc.es/20090410/opinion-firmas/carre-20090410.html http://www.literalia.es/article316.html http://www.elmundo.es/papel/2003/06/10/cultura/1413325.html http://es.wikipedia.org/wiki/David_John_Moore_Cornwell

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