sábado, 31 de enero de 2009

1280 Almas de Jim Thompson: Reseña de Francisco Granados

1280 ALMAS de Jim Thompson: Francisco Granados. Nick Corey, sheriff de Potts County, cuenta en primera persona sus andanzas. Lleva todo el peso de la acción: al principio parece un tipo simpático y bonancible, vago y comilón, pero en pocas páginas va a destaparse como un peligroso criminal, mentiroso y cínico, lo suficientemente listo para manipular a las personas de su entorno, de tal forma que siempre lograr salir indemne de sus crímenes, los suyos y los provocados por situaciones planeadas por él. De este modo, a base de intuición y suerte, logra solventar los problemas provocados por su peculiar manera de cumplir con su trabajo, por la inminencia de las elecciones locales y sus aventuras extra conyugales. Novela negra sin adornos, lejos de toda ambición de estilo, contada con la más virtuosa concisión (eso que ya casi no se estila, la vulgar eficacia). 1280 almas alude al número de habitantes de la pequeña población de Pottsville, un villorrio anclado en la América profunda. Más que realismo, es descarnamiento. Bien pudo haberse titulado 1280 desalmados. La novela contiene irónicos análisis sociológicos: "A veces creo que quizá ésta es la causa de que no progresemos tanto como en otras partes de la nación. La gente pierde tantas horas de trabajo linchando a los demás y gasta tanto dinero en sogas, gasolina, emborracharse por anticipado y otros menesteres necesarios, que queda muy poco para fines prácticos." Afinados pareceres políticos: A una imprecación hecha al sheriff por parte de su esposa: "¡So imbécil, gilipollas, vago! ¡Tú no haces nada!" nuestro héroe le responde, acertadamente: "Bueno, en eso consiste mi deber. En no hacer nada. Por eso me votan los electores."Y, cómo no, certeros dictámenes económicos: "Los únicos que podrían contradecirme eran unos cuantos vagos. Pero como no tenían un clavo, supuse que no habían pagado sus impuestos, de modo que lo que pensaran carecía de importancia". El suspense se encuentra en todo momento ligado a la conducta del protagonista, entre esquizoide e ingeniosa, y en saber en que consistirá lo próximo que nos tiene preparado o cómo logrará escapar con las manos completamente limpias de sangre de un nuevo crimen. El asesino no se encuentra al otro lado de la ley: Es la Ley. Por eso, el sheriff te revuelve las tripas y a la vez te atrae, te hipnotiza como una serpiente. Reúne todo lo malvado de un ser humano, envuelto en una capa de ignorancia e ingenuidad, pero él mismo se sabe una víbora camuflada. Aunque a lo largo de la narración sospecha si no serán todos como él y lo único que los diferencia es que Nick actúa con coherencia. El paisaje no cuenta. La acción y los diálogos describen la realidad, son el mundo, somos nosotros, en 1280 almas.

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