viernes, 29 de enero de 2010

Eugène Ionesco: La cantante calva.

Eugène Ionesco (Rumania, 1909 - Francia, 1994), dramaturgo francés de padre rumano y madre francesa que, tras pasar su infancia en Francia, vivió luego varios años en Bucarest, antes de instalarse definitivamente en París en 1938. Inició su trabajo escritural con La cantante calva (1948), obra en un acto definida por el mismo autor como anticomedia y caracterizada por el absurdo, sobre todo en el aspecto verbal: su comicidad, fundada más en el sin sentido que en el significado, será una constante en el teatro de Ionesco. Ionesco muestra la sociedad humana como privada de realidad y representa sus aspectos fenoménicos sólo para poner en evidencia la nada subyacente y la imposibilidad del hombre de comunicarse. El y Samuel Beckett son los grandes representantes del llamado teatro del absurdo. Su interpretación del malestar, las dudas y la desesperación del hombre contemporáneo, se hacen patentes en la ya citada La cantante calva (1948), La lección (1950), Las sillas (1952), Víctimas del deber (1953), El nuevo inquilino (1956), El asesino sin paga (1957), El rinoceronte (1959), El rey se muere (1962); y El hambre y la sed (1964), entre otros; también es autor de la novela El solitario (1974). Fue nombrado Miembro de la Academia Francesa en 1970.
La cantante calva se estrenó por primera vez el 11 de mayo de 1950 en el Théâtre des Noctambules, en 1950. La obra, en ese momento, había despertado la ira de los críticos. Porque era uma obra demasiada extraña, demasiado experimental, donde primaba el non-sense, los juegos de palabras, el escenario totalmente despojado, la ironía constante sobre el teatro tradicional que hasta ese entonces seguía representándose, y sobretodo, los protagonistas parecían ser autómatas, no sólo por sus diálogos sino también por la mímica mecánica y desnaturalizada que le ofrecían a los espectadores.
La cantante calva nos relata la historia de dos matrimonios ingleses totalmente iguales. Los Martin y los Smith. En realidad, se podría ver un sólo matrimonio, duplicado en el otro. Porque ambos actúan de la misma forma. Así aparece la señora Martin hablando sin pausa mientras su marido lee el diario sin ni siquiera mosquearse para tan sólo emitir un chasquido de hastío cada 20 segundos. En esa primera parte se cifra todo el sentido de la obra, que va criticar duramente la repetición y el sin sentido de la vida cotidiana del orden burgués. Los protagonistas nunca se miran a los ojos, exageración de la visión pesimista de Ionesco sobre la incomunicación que existe entre las personas. De este modo, si los Smith ni siquiera se miran a los ojos, los Martin no parecen una pareja, ya que directamente no recuerdan si se conocen o no, o si han estado juntos la noche anterior. En la obra también aparece la empleada de los Smith, que a veces corta el hilo narrativo a su antojo, desactivando el artificio teatral. Y un bombero, el personaje más idealista y con cierta esperanza dentro de todo ese escepticismo que rodea la obra.
Ionesco fue uno de los dramaturgos más singulares e innovadores del siglo XX, de un humor mordaz y agudo, que consiguió trasladar al medio escénico las técnicas expresivas procedentes del surrealismo. En el teatro del Absurdo el pesimismo es uno de los elementos esenciales, ayudando a poner de manifiesto la pequeñez de la existencia humana en un mundo impredecible y la imposibilidad de verdadera comunicación entre las personas.Mediante el uso de técnicas dramatúrgicas revolucionarias para la época, Ionesco entreteje diálogos que aparentan carecer de sentido, genera ambientes sofocantes para los personajes y el público, propone situaciones que semejan situaciones cotidianas pero que se desarrollan sin sentido lógico, buscando resaltar el extrañamiento y la alienación de los seres humanos.
El propio Ionescu nos cuenta como fue el proceso de creación de la obra: :"...En 1948, antes de escribir mi primera pieza: La cantante calva, no quería covertirme en un autor teatral. Ambicionaba simplemente aprender inglés. ... He aquí lo que me sucedió: para aprender inglés compré, pues, hace nueve o diez años, un manual de conversación franco-inglesa, al uso de los principiantes. Me puse a trabajar. Copié concienzudamente las frases extraídas de mi manual para aprenderlas de memoria. Releyéndolas atentamente, no aprendí inglés pero sí, en cambio, verdades sorprendentes: que hay siete días en la semana, por ejemplo, lo que, por otra parte, sabía; o bien, que abajo está el piso, arriba el techo, lo que sabía igualmente, quizá, pero en lo cual nunca había reflexionado seriamente o que había olvidado, y que me parecía de pronto tan asombroso como indiscutiblemente cierto. Tengo sin duda bastante espíritu filosófico como para darme cuenta que lo que transcribía a mi cuaderno no eran simples frases inglesas en su traducción inglesa sino verdades fundamentales, comprobaciones profundas... A partir de la tercera lección aparecían dos personajes que nunca supe si eran reales o inventados: el señor y la señora Smith, una pareja de ingleses. Ante mi gran asombro, la señora Smith informaba a su marido que tenían varios hijos, que vivían en los alrededores de Londres, que su apellido era Smith, que el señor Smith era empleado de oficina, que tenían una sirvienta, Mary, también inglesa, que tenían, desde hace veinte años, unos amigos llamados Martin, que su casa era un palacio, pues "la casa de un inglés es un verdadero palacio". ...Me permito señalar el carácter indudable, perfectamente axiomático, de las afirmaciones de la señora Smith, así como la manera típicamente cartesiana de razonar del autor de mi manual de inglés, pues, lo que era notable, era la progresión superiormente metódica de la búsqueda de la verdad. En la quincuagésima lección llegaban los Martin; la conversación se entablaba entre los cuatro y, sobre los axiomas elementales se edificaban las verdades más complejas: "el campo es más tranquilo que una ciudad populosa", afirmaban unos; "sí, pero en la ciudad la población es más densa, hay muchos negocios", replicaban los otros, lo que es igualmente cierto y prueba, además, que verdades antagónicas pueden coexistir perfectamente. Tuve entonces una revelación. Ya no se trataba para mí de perfeccionar mi conocimiento de la lengua inglesa.... Mi ambición era mucho mayor: comunicar a mis contemporáneos las verdades esenciales reveladas por el manual de conversación franco-inglesa. Por otra parte, los diálogos de los Smith y de los Martin eran propiamente teatro, ya que teatro es diálogo. Lo que tenía que hacer, pues, era una pieza de teatro. Escribí así La cantante calva, que es por consiguiente una obra teatral específicamente didáctica. ...Siendo auténticamente didáctica, mi pieza no debía ser sobre todo original ¡ni ilustrar mi talento!... La afirmación -tan categórica como sólida: los siete días de la semana son lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo- se deterioró, y el señor Smith, mi héroe, enseñaba que la semana se componía de tres días que eran martes, jueves y martes. Mis personajes, mis buenos burgueses, los Martin, sufrieron un ataque de amnesia: aunque viéndose, hablándose todos los días, no se reconocieron. Otras cosas alarmantes se produjeron: los Smith nos informaban de la muerte de un tal Bobby Watson, imposible de identificar, pues nos informaban asimismo que las tres cuartas partes de los habitantes de la ciudad, hombres, mujeres, niños, gatos, ideólogos, se llamaban Bobby Watson. Un quinto personaje, inesperado, surgía por último para agravar la inquietud de los pacíficos matrimonios: el capitán de bomberos que contaba historias en las cuales parecía tratarse de un toro joven que hubiera dado a luz una enorme ternera, de una rata que hubiera nacido de una montaña; luego el bombero se marchaba para no perderse un incendio, previsto desde hacía tres días, anotado en su libreta, que debía producirse del otro lado de la ciudad, mientras los Smith y los Martin proseguían su conversación. ¡Ay! las verdades elementales y sensatas que ellos enunciaban a continuación unas de otras, se habían vuelto descabelladas, el lenguaje se había desarticulado, los personajes se habían descompuesto; la palabra, absurda, se había vaciado de su contenido y todo acababa en una pelea cuyos motivos era imposible conocer, pues mis héroes se enrostraban no ya réplicas, ni siquiera fragmentos de proposiciones, ni palabras, sino sílabas, o consonantes, ¡o vocales!... Para mí, se trataba de una suerte de desmoronamiento de la realidad. Las palabras se habían convertido en cáscaras sonoras, desprovistas de sentido; también los personajes, desde luego, se habían vaciado de su psicología y el mundo se me aparecía bajo una luz insólita, quizá su verdadera luz, más allá de las interpretaciones y de una causalidad arbitraria.
El texto de La cantante calva o del manual para aprender inglés (o ruso o portugués), compuesto de expresiones hechas, de los clisés más gastados, me revelaba, por eso mismo, los automatismos del lenguaje, del comportamiento de la gente, "el hablar para no decir nada", el hablar porque no hay nada personal que decir, una ausencia de vida interior, la mecánica de lo cotidiano, el hombre inmerso en su medio social sin diferenciarse de él. Los Smith, los Martin no saben ya hablar porque ya no saben pensar, no saben ya pensar porque ya no saben conmoverse, ya no tienen pasiones, no saben ya ser, pueden "transformarse" en cualquier persona, en cualquier cosa, pues al no ser ya no son sino los otros, el mundo de lo impersonal, son intercambiables: se puede poner a Martin en lugar de Smith y viceversa, que no nos daremos cuenta. El personaje trágico no cambia, no se quiebra; es él, es real. Los personajes cómicos son personas que no existen..."
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas:
http://www.terrunoespressivo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=36%3Ala-cantante-calva&catid=9%3Atemporada-2008&Itemid=20&showall=1
http://www.revistasiamesa.com.ar/2009/05/la-cantante-calva-de-eugene-ionesco.html
http://muchoteatro-lmmr.blogspot.com/2008/03/la-cantante-calva-eugene-ionesco.html
http://www.lamaquinadeltiempo.com/algode/ionesco01.htm
http://www.ciberniz.com/ionesco.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/La_cantante_calva

jueves, 28 de enero de 2010

George Orwell: 1984


"...1984 es el título de una novela de ciencia ficción de carácter político, escrita por George Orwell en los años 50. La novela es un crítica ardua y analítica de los regímenes totalitarios (especialmente los socialistas) mediante un personaje gris e intrascendente, Winston Smith , empleado gubernamental, en el Londres de un virtual 1984 abatido por las constantes guerras entre las tres superpotencias Eurasia , Asia Oriental y Oceanía, donde imperan, respectivamente, el neobolchevismo, la "adoración de la muerte" y el Ingsoc, acrónimo anglo para socialismo inglés. El Gran Hermano , el Big Brother, suple a todo personaje político, él es el comandante en jefe, el guardián de la sociedad y el juez supremo. Él es la encarnación de los ideales del Partido, el Partido ubicuo y todopoderoso que vigila sin descanso, a través de cámaras de televisión que lo ven todo, en todas partes. Ni siquiera la familia está por encima de su presencia. Irónicamente, Orwell insinúa la posibilidad de que ya ni siquiera sea una persona real, sino un mero icono propagandístico. Tras años trabajando para el Ministerio de la Verdad (encargado de establecer qué es la Verdad y qué no), Winston se vuelve consciente de que los pequeños retoques de la historia en los que consiste su trabajo son sólo una parte de la gran farsa en la que se basa su gobierno, y encuentra el amor de una joven rebelde, como él, encarnando así una resistencia de dos contra una sociedad que se vigila a sí misma.
A través de una historia intrincada y una narrativa aguzada, Orwell relata al lector la historia a la vez trágica y emancipadora de Winston Smith y Julia, tratando de derrocar un sistema donde la intimidad y el libre pensamiento no existen, ni siquiera se conocen.
Publicada el 8 de junio de 1949. la novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el principio de que lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.
Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana. El término orwelliano se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela. La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes libros del siglo XX.
Se la considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las antiutopías de principios del siglo XX (también clasificadas como ciencia ficción distópica). Durante los años de entreguerras se producen tres obras fundamentales en la llamada literatura distópica, tres obras que a su manera influyen en el 1984 de George Orwell y que constituyen advertencias muy serias, aún no igualadas desde los punto de vista literario y admonitorio, de cuán terrible podrá llegar a ser el futuro si el poder recae en unas manos dispuestas a partes iguales a coartar los derechos del individuo y a manipular su percepción de la realidad hasta el punto de que, aun padeciendo una horrible represión, se crean en posesión del mayor grado de libertad nunca visto. Estas obras son Nosotros de Yevgueni Zamiatin (1921), Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932) y La guerra de las salamandras de Karel Capek (1936). También se ha señalado la influencia de la novela El cero y el infinito, de Arthur Koestler (1941, una de las novelas más dolorosas que leerse puedan, e inspiradora directa de la tercera parte de 1984. .."
Es extracto y compendio de otras reseñas:
http://www.joanducros.net/corpus/Georges%20Orwell.html
http://www.bibliopolis.org/articulo/1984.htm
http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Orwell/GeorgeOrwell_1984_Parte01.htm
http://www.inep.org/content/view/1334/72/
http://es.wikipedia.org/wiki/1984_(novela)

lunes, 25 de enero de 2010

Pierre Michon: Cuerpos del rey. ( Una recomendación de Jimarino).


"... Durante mucho tiempo, Pierre Michon se definió como "el escritor que no escribe" por estar deslumbrado por el esplendor de la escritura, paralizado por el miedo de no poder igualar nunca la perfección de las obras que tanto admiraba. Hasta que llegó el milagro de Vidas minúsculas, que publicó en 1984, a los 39 años. Michon ya se reconoce en esas páginas por su lenguaje luminoso de frases ceñidas y densas que devuelven la vida, arrancada a su insignificancia. La literatura de Pierre Michon adquiere un sello de identidad muy particular, afianzado en libros sucesivos como Rimbaud el hijo, Señores y sirvientes y Cuerpos del rey. El señuelo de todos ellos será el del biógrafo biografiado a través de la reconstrucción de vidas ajenas. De perfil similar a Claudio Magris o W.G. Sebald, pero con una textura poética de raigambre más barroca, fusiona biografía íntima e historia, pero una historia anónima evocada desde la perspectiva de su presente.
   Michon asume con Rimbaud, su poeta icono, que la existencia sólo se justifica como materia artística. Considera que la auténtica virtud del hombre de letras es la eterna reactivación de la literatura y la importancia de la emoción poética imprimir cadencia a la lengua. Si en Señores y sirvientes reúne cinco textos dedicados a otros tantos pintores en los que crea una atmósfera en la que juguetean lo acontecido y lo no acontecido, en Cuerpos del rey elabora una ficción más conforme con lo que considera verdadero para trazar en diversos textos el perfil más humano de los escritores que han sido fundamentales en su formación literaria, como es el caso de Beckett, Flaubert, Balzac, Villon, Victor Hugo y, sobre todo, Faulkner, además del escritor suizo apenas conocido Charles-Albert Cingria.
 El hilo conductor que ensarta los diferentes textos, recopilados de otros libros anteriores aparecidos originalmente en las Editions Verdier, es el concepto medieval de la figura del rey desdoblada en dos cuerpos, el terreno, mortal y funcional, y el eterno y dinástico que su reinado entroniza y consagra. Aplicado a sus escritores más admirados, Michon bucea en el hombre probable que se esconde tras la máscara del texto que lo ha entronizado y consagrado, “y al que arbitrariamente llamamos Shakespeare, Joyce, Beckett [...], pero se trata del mismo cuerpo inmortal ataviado con pasajeros andrajos; y hay otro cuerpo mortal, funcional, relativo, el andrajo, que se encamina a la carroña; que se llama, y nada más se llama, Dante y lleva un gorrito que le baja hacia la nariz chata; o nada más se llama Joyce, y entonces tiene anillos y mirada miope y pasmada; o nada más se llama Shakespeare, y es un rentista bonachón y robusto con gorguera isabelina; o se llama nada más, y carcelariamente, Samuel Beckett”. En el caso de este último y de Faulkner, Michon estudia sus posturas fotográficas en sendos retratos para intentar captar ese algo que en su cuerpo denote la diferencia, la huella de su poder literario. Pero todos los autores a los que se acerca, y por eso lo hace, alcanzan “lo Sublime”, sus novelas engloban el mundo a través de las palabras. Michon, como ya ha dicho Jacinta Cremades, se interroga a partir de sus lecturas sobre esa presencia repentina de la literatura, que convierte en “rey” a un escritor.
 No parece, pues, que Pierre Michon sea un novelista puro, sino un narrador sólo, pero por encima de todo, original, supremo y fabuloso, que mezcla la literatura con todo lo demás, con la pintura, con la escritura, con la cultura en general, multiplicando así lo que más aprecia, la literatura propiamente dicha, en una serie de tropos, de metáforas, de cascadas de imágenes que la reflejan y espejean de manera deslumbrante. Michon ha reunido cinco textos primero, basados en otras tantas imágenes de escritores, que le fascinan, sobre todo basados en otras tantas fotografías de escritores, introducidos por una de Samuel Beckett, en la que descubre el "cuerpo de rey", la metonimia que todo gran creador integra entre la soberanía del que reina y la miserable realidad humana de la verdad.
  Jimarino en su magnífico blog Los Perros de la lluvia nos descubría este escritor. En su amplia y significativa reseña-relato nos dice: "... La pregunta de Michon siempre fue la misma. ¿Por qué escribimos? ¿Qué razón nos impulsa a desear llenar la hoja en blanco con la ficción de la literatura, con la síntaxis y el ritmo de la prosa? ¿Qué nos empuja a batallar con la palabra y su sentido, a ahondar en nosotros para hallar el eco de un sentimiento convertido en verbo, en enunciación, en pregunta?. El elefante blanco de Michon, como el de Faulkner u Onetti, es sinceramente a mi juicio el único sendero posible de la literatura en nuestro mundo, aunque suponga la extinción de la misma, el silencio eterno de todos, que se conviertan en Bartlebys convencidos aferrados al preferiría no hacerlo. Michon ya sabía en 1984, cuando escribió sus Vidas minúsculas, que la batalla estaba perdida, pero lo sabía con la nobleza de esos pocos aristócratas que intuyeron un buen día la llegada de la Revolución francesa y la guillotina. Michon decidió apostar por la mitología invernal a la que pertenecía, esa soledad del macizo, de su región despoblada, por la permanencia, aunque fuera improbable o minúscula, de una literatura resistente, que al ser releída no pudiera ser arrastrada por el lenguaje periodístico, por la corrección de los tiempos, por la vanidad del mundo extasiado por sus más simples y anodinos puntos de fuga. Delleuze o Foucault no sabrían situar a Michon y a sus fanáticos lectores en algunos de sus brillantes esquemas. Producto de la tradición cultural burguesa, heredero de la novela, Michon hace años que alcanzó otro lugar, distinto, inclasificable, de una rara erudición, de una sabiduría extraña, tan antigua como novedosa, con más valor si cabe teniendo en cuenta que el producto cultural no deja de ser desde hace varias décadas una imitación continua, una repetición constante de lo mismo, un reduccionismo incesante..." "... Da la sensación cuando es leído de ser duro y rocoso como una piedra, hecho para perdurar en su exactitud. Sólo con Cuerpos del rey fascinaría a cualquier lector situado en el mapa adecuado de la historia de las letras. Sólo con Vidas minúsculas podría derrotar el escepticismo, recordar el sentido de desvelamiento e iluminación que siempre albergó en su seno esta vieja y anegada tradición artística. Sus campos son claros, sus afirmaciones giran en torno a lo fundamental; la tradición cultural que nos alberga, la poesía como elemento del lenguaje capaz de renombrar las cosas desde su origen, la novela como artefacto poderoso de enunciación -nombrar y a su vez reinventar-, la pintura y la música como artes de la esencia, del color, el trazo, la figura, el silencio y la emoción. Es como si no pudiera escribir de otra cosa que no fuera la esencia de su propia identidad y su lengua, identidad y lengua que abarcan los siglos y los hombres que lo preceden, la metáfora de la Historia y sus leyendas, la enfermedad de la literatura que posee y alimenta el diálogo de los tiempos, su propia vida hecha de ancestros anónimos rescatados por el intento de la escritura, el lamento de esta Europa cultural venida del Imperio Romano y el cristianismo que llega exhausta hasta nuestro siglo, la rara expresión de lo humano retenido como una voluta de humo en un vaso, única posibilidad de aferrar por un instante fragmentos de todas esas vidas perdidas..."

Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que relaciono:
http://jimarino.com/
http://www.letraslibres.com/index.php?art=11588
http://www.elpais.com/articulo/narrativa/metonimias/Pierre/Michon/elpepuculbab/20060513elpbabnar_9/Tes
http://www.diplomatie.gouv.fr/es/francia_3160/cultura-y-medios-comunicacion_3174/cultura_3244/letras_3245/escritores-hoy_1693/pierre-michon-o-escritura-como-liberacion_4172.html

viernes, 22 de enero de 2010

Ramón J. Sender: Requiem por un campesino español. (Mosén Millán)


"... Ramón J. Sender (1902-1980) es uno de los escritores más fecundos de las letras hispanas de todos los tiempos, diestro en todos los géneros literarios: el ensayo, el cuento, el teatro, la poesía, el artículo periodístico y, sobre todo, en la novela –realista, histórica, autobiográfica o simbólica-. Creador de una obra desigual por su volumen y variedad, llena de fuerza y de rebeldía; una obra comprometida desde el comienzo, que en sus umbrales fue de corte realista y en su final alegórica y simbólica. Vivió los tiempos de la literatura regeneracionista y de los grandes poetas de “la generación del 27”, de los narradores sociales de preguerra y de las tendencias literarias de la postguerra española, aunque nuca estuvo definitivamente adscrito a ningún movimiento. Su amplia obra está constituida fundamentalmente por novelas. Ya antes de la guerra había obtenido el Premio Nacional de Literatura con ‘Mister Witt en el cantón’ (1935), pero la mayoría de ellas pertenecen a la etapa del exilio: ‘Epitalamio del Prieto Trinidad’, estremecedor relato de un levantamiento de presos en un penal del Caribe; ‘La aventura equinoccial de Lope de Aguirre’, novela histórica sobre aquel conquistador; ‘Crónica del alba’, serie de narraciones autobiográficas; y, sobre todo, su obra maestra, ‘Requiem por un campesino español’, titulada originariamente ‘Mosén Millán’..
   Requiem por un campesino español’, publicada en México, en 1953, nos traslada a las realidades y cambios acontecidos en las zonas rurales de España durante los convulsos años que se sucedieron con la II República y la Guerra Civil. Y lo hace poniendo como punto de partida la misa en memoria de Paco el del Molino, uno de los tantos héroes anónimos que perdieron la vida durante dicho conflicto, un año déspues de su muerte. Durante los instantes previos el párroco Mosén Millán hace memoria de la vida de Paco, desde que era apenas un crio que ayudaba en misa hasta el momento de su muerte a manos de los falangistas, pasando por su boda o por el momento en que se convirtió en uno de los cabecillas que se revelaron contra el sistema establecido .
En el protagonista de esta novela corta (Paco, el del Molino), emerge a la superficie ese héroe trágico que es modelo de autenticidad y pureza, acogido —custodiado— en la memoria popular como protagonista de un romance y eje de la conciencia de quienes lo asesinaron. Claro que, a la hora de plasmar la perspectiva de vencedores y vencidos, Sender evita la inmediatez sensible, y obliga a su narrador a mirar cada cosa desde una distancia prudente, contaminada en los intersticios de memoria y sentimiento. No en vano, esta representación de la vida rural (casi etnográfica en su escrutinio) responde a un plan admirable: mostrar cómo luchan los lugareños con el recuerdo de un hombre digno, un hombre que es la perfecta antítesis de sus adversarios, nada hospitalarios para esa clase de ideas que tienen que ver con la libertad individual.
Siguiendo una táctica que no elude las referencias religiosas (la traición de Judas sobrevuela el texto), Sender modela su historia con sencillez estructural, y esa economía narrativa viene a contrastar con la frondosa riqueza de un relato que, sin mencionar la guerra civil, es uno de sus más acabados reflejos. Lo confirma Patricia McDermott en esta admirable definición que tomamos de «Réquiem por un campesino español: summa narrativa de Ramón J. Sender». A su juicio, éste «es un cantar a la inversa la leyenda de la historia de la España de los vencedores para vindicar la intrahistoria de los vencidos. La summa histórica de la España castrense desde las guerras púnicas hasta la nueva cruzada se condensa en los nombres de los pudientes Valeriano, Gumersindo y Cástulo y del cura mosén Millán, con su siniestra reminiscencia del general Millán Astray —“¡Muera la inteligencia!”— en su enfrentamiento en 1936 con Unamuno —“Venceréis pero no convenceréis”—; mientras el nombre familiar de Paco refleja la condición de la España colonial y de una España ilustrada que pudo ser —Cabarrús y Goya— y un cristianismo primitivo que opta por los pobres —san Francisco de Asís— en oposición a los valores nacional-católicos del caudillismo triunfante» (en Ara Torralba y Gil Encabo, eds., El lugar de Sender, p. 379).
Un ejemplo de esta sugestión, resumen de dos Españas en pugna, es el modo en que Mosén Millán rememora la vida de Paco. Fragmentariamente, como si hubiera algo en la esencia del pasado que su conciencia suprimiese, el sacerdote construye la imagen de aquél a quien delató con fatales consecuencias. Poco a poco, el lector advierte la grave responsabilidad del cura, al tiempo que descubre el frondoso recuerdo de Paco en nuevos matices y tonos, escuchando a los demás personajes (La Jerónima, Águeda, el padre de Paco, el monaguillo y los tres asistentes al réquiem, don Valeriano, don Gumersindo y don Cástulo). En definitiva, queda de manifiesto que la tersura narrativa encubre complejidad, fragmentación, ambigüedad; acciones disolventes de la memoria que, por paradoja, sirven para desatar los nudos de un crimen esencial para entender la deriva de esa comunidad.
Es verdad que la figura de Paco se mantiene enhiesta entre el dolor y la ruina. Incluso a nivel simbólico, su caballo perfecciona la evocación de la tragedia frente a los poderosos. Pero es Mosén Millán el personaje que se agiganta en el centro de ese microcosmos, no sólo por la magnitud de su imprudencia sino por su cometido en el teatro sagrado que ha de señalar esa culpa de una vez por todas: la misa de réquiem. Una ceremonia estremecedora, en cuya formulación se pone de manifiesto la miseria de una España culpable y dividida..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:
http://www.swarthmore.edu/Humanities/mguardi1/espanol_11/sender.htm
http://www.lenguayliteratura.org/ltr/index.php?option=com_content&view=article&id=614:ramon-j-sender-novelas-historicas&catid=102&Itemid=100005
http://cvc.cervantes.es/actcult/sender/obra/requiem.htm
http://www.librosgratis.org/requiem-por-un-campesino-espanol-de-ramon-j-sender.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Mosén_Millán
http://historiasparaeltiempoyladistancia.wordpress.com/2009/01/25/requiem-por-un-campesino-espanol-ramon-j-sender/

lunes, 18 de enero de 2010

Boris Savinkov: El caballo amarillo. Diario de un terrorista ruso.



“… No es habitual que un asesino publique una obra desgranando la comisión de un atentado, en este caso contra el gobernador de Moscú, el Gran Duque Sergei Alexandrovich , Hijo del zar Alejandro II. ‘El caballo amarillo. Diario de un terrorista ruso’ es una novela del ruso Boris Savinkov, con toques autobiográficos y escrita en forma de diario. El libro narra los intentos de asesinar el gobernador general de Moscú por parte de una célula terrorista encabezada por George, personaje que se incluye en la larga lista de antihéroes rusos, formada por nombres tan ilustres como el Raskolnikov de ‘Crimen y castigo’ o el Eugene Oneguin, el héroe de nuestro tiempo de Lérmontov. El título de la novela remite al Apocalipsis (“y miré, y vi un caballo amarillo; y el que cabalgaba sobre él se llamaba Muerte; y el Hades le seguía muy cerca). Sin embargo, a quién más se parece George, por más que cite el libro del Apocalipsis, no es ningún antihéroe ruso, sino ‘El extranjero’ de Albert Camus
 El caballo amarillo es un retrato nihilista de un psicópata, que encuentra en el asesinato su conexión con la realidad. La calidad literaria de la obra es indudable; desde el perfilado de los personajes, henchidos de vida en apenas unas pinceladas, al decorado, igualmente pintado con sutileza, pero especialmente el ritmo, que no se ve estorbado siquiera por la presencia apabullante de San Juan, tanto del Evangelio como del Apocalipsis que aportan una textura mítica al relato. Confusos y atormentados, los personajes de El caballo amarillo parecen prefigurar el movimiento existencialista que se subrayaría tras la Segunda Guerra Mundial. No en vano, el propio Albert Camus recreó en su obra teatral Los justos (1949) este episodio, oponiendo la fiereza indiferente y nihilista de Stepan Fedorov a la búsqueda de sentido de Ivan Kalyayev (Vania, en la obra de Savinkov).
 Impedimenta reedita, traducido por primera vez del ruso, El caballo amarillo. Diario de un terrorista ruso, una suerte de memorias disfrazadas de novela escritas por el asesino revolucionario Boris Savinkov en 1917, durante su exilio en París. Allí, Apollinaire se refería a él como “notre ami l’assassin”, y es que, ante todo, Savinkov fue eso, un asesino, que narra en esta breve novela, estructurada con la apariencia de un diario, por un lado los preparativos para el asesinato del gobernador general de Moscú, el Gran Duque Sergei Alexandrovich –magnicidio acaecido el 4 de febrero de 1905, en la novela el 18 de agosto–, y por otro el “amor” adúltero del protagonista por Yelena. Un jugoso prólogo de James Womack, traductor junto a Marian Womack de la novela, sirve para ahondar en las claves de la vida de este terrorista (“un burgués con una bomba en el bolsillo”, como lo definió Lenin), que, tras ser condenado a diez años de prisión, murió en misteriosas circunstancias tras caer por una ventana del presidio de la Lubianka, en Moscú.
 Durante la I Guerra Mundial, el servicio secreto británico envió a Rusia al famoso novelista inglés Somerset Maugham para contactar con Savinkov. A propósito de los actos terroristas efectuados por este y adaptados en El Caballo amarillo, su colega le preguntó si no había necesitado valor para llevar a cabo aquellas ejecuciones, y Savinkov le contestó con frialdad: - Ninguno, créame usted. Es un oficio como otro cualquiera. Se acostumbra uno. Savinkov es uno de los responsables del aura de romanticismo que durante el siglo veinte envolvió al terrorismo. .."
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:
http://www.elconfidencial.com/libros/caballo-amarillo-boris-savinkov-impedimenta-20091112.html
http://www.elplacerdelalectura.com/2009/11/el-caballo-amarillo-boris-savinkok.html
http://www.planetasapiens.com/?p=2452
http://bugseatbooks.blogspot.com/2009/11/el-caballo-amarillo-diario-de-un.html
http://www.fundanin.org/nin16.htm




lunes, 11 de enero de 2010

Gunter Grass: El tambor de hojalata



"... En 1959 se publicó El tambor de hojalata, la primera (e insuperada hasta el momento por el propio autor) novela del alemán Gunter Grass. Una extraña novela de aprendizaje, inspirada en la picaresca española según ha reconocido muchas veces Grass, quien en 1999 ganó el Premio Nobel. Cincuenta años después de la aparición de la novela original, llega a las librerías un nuevo tambor en español, salido esta vez de la mano de Miguel Sáenz. Junto con El gato y el ratón (1961) y Años de perro (1963), El tambor de hojalata forma la Trilogía de Danzig y probablemente es para la literatura alemana de la segunda mitad del XX lo que fue La montaña mágica en la primera mitad.
 La publicación de El tambor de hojalata colocó a Günter Grass en la primera fila de la gran literatura mundial. Para algunos expertos alemanes, esa obra representa «el renacimento de la novela alemana del siglo XX» .Seis años después de la publicación de El tambor de hojalata, Grass obtuvo el Premio Büchner, el más importante de las letras alemanas. Cuarenta años después de que saliese el libro recibiría, en el mismo año, el Premio Nobel y el Príncipe de Asturias de las Letras. La versión cinematográfica de la obra, realizada por Volker Schlöndorf, obtuvo el Oscar de Hollywwod.
 El tambor de hojalata funde presente y pasado, narración y reflexión, realismo y fantasía, primera y tercera personas, en una novela autobiográfica escrita desde una perspectiva inédita: la del narrador-protagonista Oskar Matzerath ingresado en un cedntro psiquiatrico. El día de su tercer cumpleaños es un fecha determinante en la vida de Oscar, el pequeño que no quería crecer. No sólo es el día en que toma la decisión de dejar crecer, sino que recibe su primer tambor de hojalata, objeto que habrá de convertirse en compañero inseparable para el resto de sus días. La crítica mordaz, la ironía despiadada, el espectacular sentido del humor y la libertad creadora con que Günter Grass construye esta obra maestra convierten a El tambor de hojalata en uno de los títulos más destacados de la historia de la literatura. Algunos autores comparan la trascendencia y la importancia de Matzerath con Alonso Quijano, de Miguel de Cervantes.El tiempo le ha otorgado la facilidad de las obras maestras, la indiscutible afirmación de su propio genio, la talla enorme de su desmesurada inventiva, la clara penetración de su crítica cruel, casi masoquista ( de alemán sobre Alemania). La historia de Óscar, el pequeño que no quería crecer, es uno de los símbolos literarios más entrañables de nuestro tiempo. El tambor de hojalata es, sin ninguna exageración, uno de los libros que el siglo XX dejará en la Historia de la Literatura. .
  Con El tambor de hojalata, dice Sáenz, nació la nueva novela germana: "El Grupo 47 demostró que se podía seguir escribiendo en alemán después de Auschwitz. No tanto por el hecho de que la lengua hubiera sido o no corrompida por los nazis, sino porque su fuerza literaria es enorme". El mismo Grass, que siempre ha reconocido la influencia de la picaresca española en su obra más famosa, explicó en su discurso de Estocolmo que había tratado de sacar el idioma alemán del "paso militar": "Para nosotros, niños escaldados, de lo que se trataba era de renegar de las magnitudes absolutas, el blanco o el negro ideológicos. Nuestros padrinos eran la duda y el escepticismo". ¿Su mejor arma? Un tambor de hojalata en manos de un niño chillón..."

Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:
http://www.libroalibro.org/hogar/2009/11/cincuenta-anos-de-el-tambor-de-hojalata/
http://www.elpais.com/articulo/cultura/tambor/hojalata/redobla/nueva/traduccion/espanola/elpepicul/20091215elpepicul_3/Tes
http://encuentrosconlasletras.blogspot.com/2009/11/el-tambor-de-hojalata.html
http://www.lecturalia.com/libro/8902/el-tambor-de-hojalata
http://notasmoleskine.blogspot.com/2009/12/cincuentenario-de-el-tambor-de-hojalata.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Günter_Grass

martes, 5 de enero de 2010

Arthur Koestler: Diálogos con la muerte (Un testamento español)


"... Las tropas franquistas detuvieron a Koestler en 1937, cuando estaba en Málaga como corresponsal extranjero para cubrir la guerra civil, y fue condenado a muerte por espionaje. Arthur Koestler esperó durante tres meses su ejecución en la cárcel de Sevilla. Un testamento español relata en forma de diario carcelario esa espera, esa meditación sobre la vida y la muerte. Las circunstancias en las que esas páginas se publicaron obligaron en aquella época a Koestler a silenciar ciertos hechos esenciales, en particular su pertenencia al partido comunista, sus nexos con el Komintern y sus relaciones con los republicanos españoles. En 1966, el autor decidió corregir sus memorias y presentar al lector una versión completa de los acontecimientos rebautizada como Diálogo con la muerte. Testimonio ejemplar de las dolorosas reflexiones de un condenado a muerte en las cárceles franquistas, Diálogo con la muerte es el relato intensísimo, en su verdadero contexto, de esos días aciagos.
Arthur Koestler (Budapest, 5 de septiembre de 1905 - Londres, 3 de marzo de 1983), fue un novelista, ensayista, historiador, periodista, activista político y filósofo social húngaro de origen judío. Durante los años veinte y treinta trabajó como corresponsal extranjero para diversos periódicos europeos. Se afilió al Partido Comunista en 1931 pero lo abandonó profundamente desilusionado en 1937. Participó en la II Guerra Mundial con el Ejército británico y más tarde se convirtió en ciudadano británico.
  Podemos dividir la obra de Koestler en dos bloques muy diferenciados. El primero, caracterizado por su lucha contra el totalitarismo, del que dan fe obras como Dialogue with death -1942- o Darkness at noon -1940. Después de una vida errante de exiliado en Viena, Palestina, Francia y la URSS, donde pasó por diversos campos de internamiento, se instala definitivamente en Gran Bretaña . Este periplo inicial fue impulsado por su profesión de periodista científico y corresponsal de guerra, así como su afiliación a organizaciones sionistas. Una ulterior visita a la URSS le convertirá en un renegado que, al igual que Orwell, luchará contra el totalitarismo en que se había transformado el régimen estalinista. La segunda parte de su obra, que podríamos fechar desde 1955, anclada en la tranquilidad de su vida inglesa, está dedicada a la divulgación científica con temas tan dispares como la sátira de los congresos científicos, las coincidencias, la evolución de los conceptos del universo a través de la obra de Kepler, la mística hindú  o el zen.  Defensor de la eutanasia y enfermo de leucemia y Parkinson, se quitó la vida junto a su mujer en 1983.
  Diálogo con la muerte  es un libro autobiográfico, dividido en dos partes muy diferentes. La primera es el relato de lo que vive en la Guerra Civil mientras permanece en el lado leal, fundamentalmente en Valencia y en Málaga, durante los primeros meses de 1937. La segunda parte es el relato de su encarcelamiento en Málaga y en Sevilla, tras ser apresado por el bando franquista. La primera parte, bastante breve, es una demoledora descripción de la situación en la zona leal y de la actitud de desidia y apatía de las tropas que estaban bajo mando republicano y la constatación de que los sublevados contaban con ayuda exterior: alemana, italiana y marroquí. La segunda parte, bastante más extensa, es una crítica feroz de la brutal represión franquista durante la Guerra Civil.
  Arthur Koestler no huyó de Málaga cuando las tropas rebeldes entraron en la ciudad, aunque pudo hacerlo, y fue apresado y trasladado a la cárcel de Sevilla, una prisión modelo realizada por la República. Durante dos meses vivió atemorizado por una ejecución que inevitablemente tenía que llegar, pero que finalmente no se produjo debido a un intercambio de prisioneros entre filas que le salvó la vida. El "diálogo" de Arthur Koestler con la muerte no es metafísico, aunque en ocasiones se acerca: y su suicidio, que quizá explique retroactivamente parte de su vida, demostraría esa condición. Diálogo con la muerte es un reflejo emocionante de la vida penosa de los presos, que todavía tienen fuerzas para cantar, para jugar al fútbol, para dejarse seducir por la propaganda que se cuela por las rendijas de los muros o para leer Guerra y paz. La camaradería de Arthur Koestler con sus compañeros es, pese a las circunstancias, una evidencia del amor y de la esperanza. Arthur Koestler tuvo la suerte de ser liberado y esa suerte hizo que se convirtiera poco más tarde en un defensor de la libertad..."
Esta reseña es compendio y extracto de otras que se relacionan:
http://aguasdeceniza.blogspot.com/2008/10/el-hngaro-arthur-koestler-fue-todo-un.html
http://www.letraslibres.com/index.php?art=9897&rev=2
http://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Koestler
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1896
http://elcafedeocata.blogspot.com/2007/09/el-suicidio-de-arthur-koestler.html
http://www.lacentral.com/recorridos?idr=358
http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2010/742/1262473211.html
http://www.elpais.com/articulo/portada/hombre/siglo/elpepuculbab/20100102elpbabpor_5/Tes
http://www.letraslibres.com/index.php?art=12986

domingo, 3 de enero de 2010

Ezra Loomis Pound: Los Cantos.

“… Ezra Loomis Pound (1885-1972) fue un poeta, ensayista, músico y crítico cultural estadounidense que predicó el rescate de la poesía antigua para ponerla al servicio de una concepción moderna, conceptual y al mismo tiempo fragmentaria. Su obra monumental, los Cantos, o Cantares, le llevó gran parte de su vida. Pound escribió ensayos literarios fundamentales, El ABC de la lectura (1934), El arte de la poesía (1945) y Guía de la cultura (1952). Fue además descubridor de las partituras perdidas de Vivaldi,  admirador de Confucio cuya obra completa tradujo del chino al inglés. Editó las obras de T. S. Eliot, William Butler Yeats, James Joyce y otros escritores vanguardistas que escribían en Inglaterra. Fue de los primeros en reconocer y estudiar la poesía de Robert Frost y de D. H. Lawrence. También difundió las teorías del movimiento literario que se conocería como imaginismo. En 1920, se trasladó a París, donde se convirtió en líder del círculo literario de exiliados estadounidenses, entre los que se encontraban Gertrude Stein y Ernest Hemingway.
En 1924 se estableció en Rapallo (Italia), donde continuó trabajando en 'Los cantos', obra comenzada en 1915. La primera edición inglesa completa de todos los fragmentos que se fueron publicando se lanzó en 1970. Pound se inspiró en la filosofía de Confucio, la mitología clásica, las teorías económicas y otras fuentes aparentemente dispares, en su esfuerzo por interpretar la historia de la cultura. La poesía de Pound cita y hace referencias a Homero, Confucio y Dante; aborda las mitologías y teorías económicas, así como muchos hechos históricos, e incluye palabras en griego y latín e ideogramas chinos, en un descomunal intento de construir una visión caleidoscópica de la historia y la cultura. Fue uno de los primeros poetas en emplear con éxito el verso libre en composiciones extensas. Hay críticos que consideran que casi cualquier poeta experimental inglés de comienzos de siglo está en deuda con Pound.
Una encuesta de la revista especializada Das Gedicht (El Poema) decidió que el poeta norteamericano Erza Pound (1885-1972) es el más importante del siglo XX. Pound vuelve a ser redimido por el mundo literario de la mácula que enturbió su nombre: a fines de la Segunda Guerra, el ejército estadounidense lo tuvo en una jaula al aire libre en una prisión de Pisa. Lo juzgaron luego por alta traición en Washington y lo encerraron en un hospital psiquiátrico durante 12 años. Pound había realizado trasmisiones desde Radio Roma, durante la guerra, atacando a su país y enalteciendo, por acción u omisión a Mussolini, bajo el amparo -decía él- del derecho constitucional a criticar los actos de gobierno Fue un maestro cuya poesía, a la vez precisa y torrentosa, funciona como una recopilación de experiencias literarias de todas las épocas, sin ninguna ligazón de tiempo o espacio, según la vio el Premio Nobel italiano Eugenio Montale.
 De educación presbiteriana, Pound evoluciona hacia un escepticismo trufado de paganismo, peleado, especialmente a partir de los años veinte, con el catolicismo y el judaísmo. Como Hemingway, Joyce, Eliot y algunos otros, fue un americano que buscó y se buscó en Europa, pero no en Francia, Inglaterra o España sino en Italia, una Italia musoliniana y trovadoresca en la que pergeñó una épica antinarrativa, un paraíso y un inferno de la modernidad que tituló The Cantos, compuesto por 117 fragmentos de gran extensión, usando un sistema verbal de elisión y síntesis extremas. Ezra Pound fue el más americano de los poetas del siglo XX. Sólo Walt Whitman ("We have one sap and one root", dijo de él en un poema de Personae) tiene en buena medida el mismo perfil. Antes que Borges, dijo esta frase humilde en la que se expresa el orgullo de un verdadero lector: "Es de enorme importancia que se escriba gran poesía, pero no importa en absoluto quién la escriba"..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:
http://jimarino.com/2009/08/25/ezra-pound-un-poeta-del-siglo-xx/
http://www.letraslibres.com/index.php?art=8507