jueves, 25 de junio de 2009

Juan Ramón Jiménez: Platero y yo

"... La obra poética de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) es muy numerosa, con libros que a lo largo de su vida, en un afán constante de superación, fue repudiando o de los que salvaba algún poema, casi siempre retocado en sus sucesivas selecciones. Las principales son “Poesías escogidas” (1917), “Segunda antología poética” (1922), “Canción” (1936) y “Tercera antología” (1957). Pero la que debemos destacar por su influencia y ternura es sin duda, “Platero y yo”(elegía andaluza), más conocido de forma abreviada como Platero y yo, es una narración lírica que recrea la vida y muerte del burro Platero, dedicada «a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del Sol que me mandaba moras y claveles» y formada por breves capítulos. Este fragmento es el comienzo del libro, que los estudiantes aprenden de memoria:Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
En 1914, la editorial La Lectura, de Madrid, publicó una selección de 63 capítulos, hecha por el autor, en su colección Biblioteca Juventud. La edición completa se publicó edn 1917, compuesta por 138 capítulos. Acerca de la existencia de Platero, que Juan Ramón considera auténtica dice: “Platero Es el nombre general de una clase de burro, burro color de plata, como los mohínos son oscuros y los canos, blancos. En realidad mi Platero no es un burro, sino varios, una síntesis de burros en uno solo.”La figura de Platero, un burro color de plata, síntesis de todos los que le marcaron en la infancia, se convirtió en la ayuda y pretexto de su creador para confiar sus más íntimas emociones.En ese pequeño universo total, Juan Ramón Jiménez se proyecta en Platero, quien se va transformando hasta adquirir al final una espiritualidad completa. El lirismo de la obra no se limita a la visión del mundo interior de su autor. Traspasa la naturaleza, se fija en la sociedad y denuncia sus defectos y, sobre todo, constituye un ejemplo práctico de pedagogía y moral humanos. Por todas estas razones no es de extrañar que “Platero y yo” se haya convertido en la obra más difundida del autor galordonado con el premio nobel de literatura en 1956. Aparentemente el libro está constituido por breves estampas que entre sí no guardan un orden temático y responden a las impresiones, sensaciones y recuerdos de Moguer en su etapa infantil. En este sentido aparece como un diario en donde se detallan los aspectos más interesantes de la realidad moguereña, del pensamiento y del sentimiento del autor. Sin embargo, ni es un diario ni un libro autobiográfico, sino una selección de historias tomadas de un mismo ambiente real y escogidas entre los múltiples recuerdos del pasado. Su estructura responde a un esquema circular, cerrado. Comienza en una primavera y termina en la misma estación, de modo que en el ciclo completo de un año se desarrolla la vida de Platero. Su principio y fin aparece unido a la “mariposa”, símbolo del alma ya desde la antigüedad clásica, y por tanto, de la riqueza espiritual, y la “sangre” señal de dolor humano. Entre estos dos extremos, totalmente conectados en la poesía juanramoniana, se encuentran las vivencias de Platero. “Platero y yo” el libro más bello de la narrativa lírica contemporánea. Resulta clave y centro de la poesía de Juan Ramón Jiménez. Con razón nos aseguró que no era un libro para niños. Es eso y mucho más: poesía, novela, fábula, relato y retrato de gente y paisajes de su Moguer blanco y marinero. Platero y yo ha sido víctima de su éxito popular. El propio Juan Ramón protestaba en vida contra tanta lectura superficial aferrada al sentimentalismo fácil de la anécdota. Richard Cardwell, uno de los primeros especialistas en el gran andaluz universal, autor de una obra decisiva sobre la formación modernista de Juan Ramón Jiménez, explica en la Introducción cuál ha sido la intención básica de aquél y el objetivo que perseguía: la propagación de los grandes ideales de la pedagogía cultural del krausismo. La prosecución de esta guía, sin disminuir el encanto, amplía el interés de la lectura. Porque a la vez que se señalan todos los recursos del arte literario, se nos descubren las verdaderas raíces de la universalidad de un libro tan conmovedor y, en apariencia, tan sencillo.

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