lunes, 28 de marzo de 2011

Patrick Modiano: En el café de la juventud perdida.

"... Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945). Está considerado uno de los mejores escritores franceses vivos, ha recibido el Premio Goncourt por La calle de las tiendas oscuras y el Premio de la Fundación Pierre de Mónaco por el conjunto de su obra. El café de la juventud perdida, declarada por Lire la mejor novela francesa de 2007, es una novela sencilla que cuenta la historia de una joven, Louki, a través de cuatro puntos de vista distintos. Un joven estudiante que guarda la memoria de los habituales del café en una libreta (una Moleskine) donde anota las entradas y las salidas y los rasgos básicos de los clientes; un detective al que el marido abandonado por Louki le encarga encontrarla y que al final opta por el silencio; la propia Louki, vagabunda, desarraigada, habitante de las zonas neutras de la ciudad, en continua insatisfacción y quizás huyendo de todo y sobre todo de ella misma; y finalmente, un joven escritor, compañero de la Louki de la última etapa, que tratará de salvarla de sus propias tristezas. Y en el centro de la historia, uno de esos viejos cafés de París, Le Condé, en la zona de l'Odeón, por los Jardines de Luxemburgo, en los que la gente se sienta a hablar, a leer, simplemente a estar, a ver lo que pasa cuando no pasa nada.
   Modiano describe con melancolía y nostalgia una historia triste, la historia de una joven cuya personalidad ya queda reflejada magistralmente en esa primera frase: "Des deux entrées du café, elle empruntait toujours la plus étroite, celle qu'on appelait la porte de l'ombre." (De las dos entradas del café, siempre prefería la más estrecha, la que llamaban la puerta de la sombra.). Refleja esa voluntad de pasar desapercibida, de no protagonizar la historia. Y de huir o esconderse. De mantenerse en una zona neutra de la realidad. Y el París en el que Modiano sitúa la historia, en coherencia con el personaje, no es el de las grandes avenidas y las zonas monumentales, sino precisamente el de esa zonas oscuras, sin apenas referencias, que componen la mayor parte de nuestras ciudades.
   El título de la novela, que también es ya en sí un gran hallazgo, es un homenaje a una frase de Guy Debord, revolucionario, filósofo y escritor francés, y uno de los padres del situacionismo: "À la moitié du chemin de la vraie vie, nous étions environnés d'une sombre mélancolie, qu'ont exprimée tant de mots railleurs et tristes, dans le café de la jeunesse perdue." Es un libro cargado de nostalgia y con una dosis cierta dosis de poesía, nos acerca a la juventud de sus personajes y nos enfrenta a nuestra propia juventud. Modiano recrea alrededor de la fascinante y conmovedora figura de Louki el París de su juventud, al mismo tiempo que construye una hermosísima novela sobre el poder de la memoria y la búsqueda de la identidad.
   En el café Condé se reúnen poetas malditos, futuros situacionistas, y estudiantes fascinados por la bohemia parisina. Todos los personajes, todas las historias, confluyen en la enigmática Louki. Cuatro hombres nos cuentan sus encuentros y desencuentros con la hija de una trabajadora del Moulin-Rouge. Algunos la buscan, otros la aman, y para casi todos ellos la chica encarna el inalcanzable objeto del deseo.  Modiano entreteje el destino en claroscuro de unos personajes cuyas existencias son irremediablemente atraídas hacia la extraordinaria figura de Louki, cet obscur objet du désir capaz de revolucionar la identidad de quienes lo buscan sin poder alcanzarlo. Modiano apuesta por una estructura poliédrica para componer el cuarteto de cuerda de una época difunta. Y lo hace a través de las voces de varios personajes masculinos que visitan el café Condé. Esos monólogos reflejan admirablemente tanto la psicología e inquietudes del narrador de turno ( el estudiante, el detective, el escritor frustrado…) como de su objeto de estudio: la muchacha misteriosa que acude al local. En un alarde de virtuosismo, Modiano incluye el monólogo, inesperado y trepidante, de Louki, la observada, y nos alumbra las sombras de una vida que guarda ciertas similitudes con la del propio autor: fractura familiar, desarraigo, huida perpetua… "
Es compendio y extracto de otras reseñas:

miércoles, 2 de marzo de 2011

Harper Lee: Matar un ruiseñor.


“… Existen novelas que, por haber sido llevadas al cine con bastante éxito, desaparecen con el tiempo de las estanterías de obras imprescindibles. El mundo editorial las camufla como novelas de quiosco y las termina arrinconando en ediciones de bolsillo. Pero Matar a un ruiseñor” de Harper Lee sigue ocupando un lugar central en la cultura estadounidense.
   La muerte del ruiseñor adopta el nombre por la muerte de la inocencia de la pequeña narradora y protagonista de la trama. Harper Lee nos regaló esa fábula sobre el bien y el mal, que existen en el mismo pueblo y en la misma persona. Pero sobre todo nos regaló, inspirado en su propio padre, a uno de los mayores héroes cinematográficos de la historia: Atticus Finch, un abogado que defiende en el sur a un hombre negro acusado injustamente de violar a una mujer blanca durante los años treinta.
   La única novela de Harper Lee, publicada en1960 y llevada al cine por Robert Mulligan en 1962, tiene eso que Charles Kiselyak, al hacer un documental sobre el filme, llamó «Una simetría turbadora». Es decir, que el núcleo de la novela es «tanto un estilo de vida como el paso de la inocencia a la experiencia y después la vuelta a la inocencia», lo que evoca a William Blake y su poema «El tigre».
        Lee cuenta la historia de Atticus Finch, abogado de la ciudad sureña de Maycomb. Hombre de bien, correcto con todos sus vecinos e de inquebrantables principios morales. Tiene dos hijos, el mayor es Jem, y la pequeña se llama Jean Louise, pero todos le dicen Scout. Ella es el alter ego de Harper Lee y quien nos cuenta la historia de su infancia y el caso más importante que llevó su padre durante aquellos años. El libro nos cuenta las peripecias de los dos niños, junto con su amigo de los veranos, el intrigante Dill, sobrino de una de las vecinas y personaje que está inspirado en Truman Capote. Las distintas travesuras de este trío de chavales pasan más allá de la novela de aventuras para dejarnos un mapa claro de los conflictos sociales, económicos y políticos que se respiraban en cualquier pueblo o ciudad durante la gran depresión.
       Dentro de su trabajo de abogado, Atticus se encontrará ante la oportunidad de defender a un hombre de color, un negro al que un hombre blanco acusa de haber violado y golpeado a su hija. Harper Lee es capaz de reflejar la tensión social que termina por revestir el pueblo en la cara de todos los personajes. El racismo latente de una sociedad, que aún no había sabido ver a los hijos de los antiguos esclavos como hombres libres e iguales a ellos, marca las relaciones de todo el vecindario y modifica las percepciones de Scout y de su hermano.
       Esta gran novela —To Kill a Hockingbird en el original—, le sirvió a Harper Lee para ganar el Premio Pulitzer en 1961. La novela, es la única obra de su autora. Haper Lee pertenecía al círculo de Truman Capote y, como otros grandes escritores, optó por desaparecer de la vida pública tras el éxito de Matar a un ruiseñor. Sin entrevistas ni nuevos textos de ella, la obra se ha convertido en una de las obras más significativas de la literatura norteamericana..."
       Es extracto y compendio de otras reseñas mejores: