martes, 9 de septiembre de 2008

Muriel Barbery: La elegancia del erizo. Reseña de Javier Cercas Rueda

La decena de familias ricas que viven en el nº 7 de la calle Grenelle de París piensan que Renée es una portera más. Eso es lo que ella pretende y no deja traslucir en sus palabras y actos visibles nada que lo desmienta. En la realidad es una autodidacta con muchas lecturas encima y con gustos culturales bien cultivados. Sólo un nuevo inquilino japonés sabrá traspasar la protección que Renée ha creado en torno a si. Paloma tiene doce años, vive en ese edificio y también tiene un secreto: es superinteligente.La niña va suicidarse en unos meses tras prender fuego a su casa y vamos conociendo un diario donde recoge sus ideas y sus reflexiones sobre la vida. En capítulos alternos, Renée va contando cómo ha llegado a ser como es. A partir de un momento, la novela se centra en el presente, en la relación que establecen las dos protagonistas hasta el desenlace final.La idea es original pero la novela resulta artificiosa y desesperanzada. La imagen de la portera con un cazo en la mano removiendo un guiso y con un tomo de Husserl en la otra resultaría simpática si no fuera inverosímil. Renée es un personaje difícil de creer, por muy de acuerdo que se esté en que no hay que dejarse guiar por las apariencias para juzgar a las personas. La inteligencia de Paloma parece residir en su escepticismo cínico y existencialista. Resulta desde el primer momento una listilla sabihonda que desprecia y critica cuanto la rodea, especialmente a su familia. La gran aportación de su testamento intelectual es que “la vida no tiene sentido”. Todo lo demás son corolarios. La autora quiere denunciar el elitismo cultural francés y ha relacionado para ello a dos solitarios difíciles de digerir para el lector.Esta supuesta “revelación literaria” francesa (Bayeux, 1969) resulta pesada y de poco interés. El estilo es sobrecargado y a veces farragoso (a la altura de la gran sabiduría de las protagonistas). Su éxito (más de 800.000 ejemplares vendidos) parece debido a una tarea paciente y eficaz de encuentros múltiples con lectores. El marketing directo se demuestra más útil para vender que la literatura. Y es más fácil de hacer. Reseña de Javier Cercas Rueda.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por tu atinado comentario que he convertido en entrada del blog. Un saludo.

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