lunes, 16 de noviembre de 2009

Natsume Sōseki: Yo, el gato.


"... Natsume Sōseki (1867 - 1916) es el seudónimo literario de Natsume Kinnosuke (en japonés, Natsume Kin'nosuke 夏目 漱石 ), novelista japonés, profesor de literatura inglesa y escritor de haikus y poesía china . El descubrimiento de Natsume Soseki en España ha sido tardío, pero fulminante. Hasta hace diez años, era el menos conocido de los maestros de la novela japonesa moderna, pero la obra de Murakami ha rescatado del olvido buena parte de su obra.
Su primera novela, Yo, el gato (Trotta, 1999). Publicada en 1905 y escrita bajo el influjo del Tristram Shandy de Laurence Sterne (Natsume Soseki había pasado tres años malviviendo y bienleyendo en Londres), tiene como protagonista a un gato que cuenta la vida de su dueño, pusilánime profesor de Secundaria. Más que un gato, es un súper-gato que ha leído a Nietzsche y venga con su mordacidad las desgracias de su amo. En esta novela, ya están los ingredientes del mejor Soseki: la risa como liberación, la piedad con lo pequeño, pero sin cursilería, la sátira de los intelectuales europeizados, el colegio como infierno y una peculiar oposición entre el campo y la ciudad, que debe tanto al Japón de la época Meiji (años de apertura a Occidente) como al propio Soseki, hijo de un samurái venido a menos. A la hipocresía de la capital, le opone Soseki la provincia hermosa... pero hostil y pueblerina. Un gato sin nombre, narrador y protagonista, se convierte en observador y crítico de la sociedad japonesa de su tiempo. El perspicaz y sabihondo felino se interna en los escondidos recovecos de la sociedad para escudriñar conductas, escuchar conversaciones y presenciar hechos que le dan pie para sentar cátedra de filósofo. En realidad, al confiar al gato el papel de inquisidor y fustigador de los entuertos humanos, lo que el autor intenta es pasar por el tamiz modas, costumbres y formas de pensar importadas de occidente. Bajo la implacable férula de un gato que se presenta con un yo mayestático y petulante, la novela suscita, además de sonrisas, inquietud en torno al eterno conflicto entre la horma cultural indígena y el modelo de civilización traído del exterior. La obra viene a resultar útil para comprender al pueblo japonés, siempre atento al progreso moderno y, al mismo tiempo, respetuoso con su patrimonio ancestral, que, a veces, se nos antoja misterioso, enigmático. Sin pretenderlo, el gato sin nombre acaso ayude también a superar barreras y enigmas culturales.
Esta novela se empezó a escribir en 1905 y se publicó por capítulos hasta su finalización, el año siguiente en la revista literaria Hototogitsu. El autor, Söseki Natsume era profesor en el departamento de Literatura Inglesa de la Universidad Imperial. Nos encontramos así ante un hombre conocedor de la literatura occidental y de sus grandes obras, no se trata de alguien recluido y centrado simplemente en la cultura japonesa. Söseki se situa en una posición ambigua, ya que conoce ambas culturas (vivió varios años en Inglaterra) puede ser crítico con ambas. Admira la cultura occidental tanto como respeta la cultura y la producción propias de Japón, y es consciente de los peligros que pueden surgir del intento ciego de la sociedad japonesa de occidentalizarse.
Los mismos temas tocan sus dos siguientes novelas aparecidas en 1906: la divertidísima Almohada de hierbas (Kaicron, 2007), burla de los poetas del haiku, y la más popular, Botchan (Impedimenta, 2008), una especie de Lazarillo en japonés. Este joven profesor enviado a una recóndita provincia para educar a los salvajes, será uno de los modelos literarios más influyentes de la literatura, el cine y el manga japonés, y Soseki lo perfeccionará en el resto de sus novelas. Como en La puerta (Miragüano, 1991), donde este "bufón sufridor" tomará el hábito de un aprendiz de monje que no consigue iluminarse. Y por supuesto en una de sus obras maestras, Sanshiro (Impedimenta, 2009). Publicada en 1908, Sanshiro es una novela de formación a la europea, con una extensión que permite a Natsume Soseki recuperar la inventiva de Yo, el gato, sus enredos y digresiones. Pero también algunos ingredientes (la nostálgica descripción del Tokio universitario, del lumpen artístico y los amores ruinosos) anticipan la amargura de Kokoro (Gredos, 2009), escrita en 1914 y considerada su obra capital. Cuestión de gustos. En Sanshiro, la risa aún nos ayuda a pasar el mal trago.
Aurelio Asiain en Letras Libres reseña que es difícil no admirar las minuciosas virtudes y la vasta influencia de una obra que se construyó contra las convenciones del gusto de su época. Natsume Sôseki fue más que un novelista. Fue en primer término un poeta, regular en japonés y –dicen– excepcional en chino, y un crítico, autor de una Teoría literaria revolucionaria, la primera en Japón en preguntarse por la naturaleza de la literatura. Fue un prosista portentoso, capaz de la elegancia clásica como del coloquialismo dialectal y que mudó de estilo en cada libro. Fue un narrador atento a la forma del relato más que a su trama, pero que creía en la naturaleza moral de la literatura y en su misión civilizadora. Fue un intelectual público y una figura moral, que combatió tanto el patrioterismo estatal y popular como la fascinación de su época ante Occidente y promulgó lo que podríamos llamar un individualismo liberal. Fue, pues, un escritor múltiple y un hombre con un destino cabal. Pero lo fue con distancia y escepticismo...."
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:
http://www.publico.es/culturas/214956/guia/rapida/hablar/soseki
http://www.lecturalia.com/libro/22333/yo-el-gato

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