viernes, 29 de enero de 2010

Eugène Ionesco: La cantante calva.

Eugène Ionesco (Rumania, 1909 - Francia, 1994), dramaturgo francés de padre rumano y madre francesa que, tras pasar su infancia en Francia, vivió luego varios años en Bucarest, antes de instalarse definitivamente en París en 1938. Inició su trabajo escritural con La cantante calva (1948), obra en un acto definida por el mismo autor como anticomedia y caracterizada por el absurdo, sobre todo en el aspecto verbal: su comicidad, fundada más en el sin sentido que en el significado, será una constante en el teatro de Ionesco. Ionesco muestra la sociedad humana como privada de realidad y representa sus aspectos fenoménicos sólo para poner en evidencia la nada subyacente y la imposibilidad del hombre de comunicarse. El y Samuel Beckett son los grandes representantes del llamado teatro del absurdo. Su interpretación del malestar, las dudas y la desesperación del hombre contemporáneo, se hacen patentes en la ya citada La cantante calva (1948), La lección (1950), Las sillas (1952), Víctimas del deber (1953), El nuevo inquilino (1956), El asesino sin paga (1957), El rinoceronte (1959), El rey se muere (1962); y El hambre y la sed (1964), entre otros; también es autor de la novela El solitario (1974). Fue nombrado Miembro de la Academia Francesa en 1970.
La cantante calva se estrenó por primera vez el 11 de mayo de 1950 en el Théâtre des Noctambules, en 1950. La obra, en ese momento, había despertado la ira de los críticos. Porque era uma obra demasiada extraña, demasiado experimental, donde primaba el non-sense, los juegos de palabras, el escenario totalmente despojado, la ironía constante sobre el teatro tradicional que hasta ese entonces seguía representándose, y sobretodo, los protagonistas parecían ser autómatas, no sólo por sus diálogos sino también por la mímica mecánica y desnaturalizada que le ofrecían a los espectadores.
La cantante calva nos relata la historia de dos matrimonios ingleses totalmente iguales. Los Martin y los Smith. En realidad, se podría ver un sólo matrimonio, duplicado en el otro. Porque ambos actúan de la misma forma. Así aparece la señora Martin hablando sin pausa mientras su marido lee el diario sin ni siquiera mosquearse para tan sólo emitir un chasquido de hastío cada 20 segundos. En esa primera parte se cifra todo el sentido de la obra, que va criticar duramente la repetición y el sin sentido de la vida cotidiana del orden burgués. Los protagonistas nunca se miran a los ojos, exageración de la visión pesimista de Ionesco sobre la incomunicación que existe entre las personas. De este modo, si los Smith ni siquiera se miran a los ojos, los Martin no parecen una pareja, ya que directamente no recuerdan si se conocen o no, o si han estado juntos la noche anterior. En la obra también aparece la empleada de los Smith, que a veces corta el hilo narrativo a su antojo, desactivando el artificio teatral. Y un bombero, el personaje más idealista y con cierta esperanza dentro de todo ese escepticismo que rodea la obra.
Ionesco fue uno de los dramaturgos más singulares e innovadores del siglo XX, de un humor mordaz y agudo, que consiguió trasladar al medio escénico las técnicas expresivas procedentes del surrealismo. En el teatro del Absurdo el pesimismo es uno de los elementos esenciales, ayudando a poner de manifiesto la pequeñez de la existencia humana en un mundo impredecible y la imposibilidad de verdadera comunicación entre las personas.Mediante el uso de técnicas dramatúrgicas revolucionarias para la época, Ionesco entreteje diálogos que aparentan carecer de sentido, genera ambientes sofocantes para los personajes y el público, propone situaciones que semejan situaciones cotidianas pero que se desarrollan sin sentido lógico, buscando resaltar el extrañamiento y la alienación de los seres humanos.
El propio Ionescu nos cuenta como fue el proceso de creación de la obra: :"...En 1948, antes de escribir mi primera pieza: La cantante calva, no quería covertirme en un autor teatral. Ambicionaba simplemente aprender inglés. ... He aquí lo que me sucedió: para aprender inglés compré, pues, hace nueve o diez años, un manual de conversación franco-inglesa, al uso de los principiantes. Me puse a trabajar. Copié concienzudamente las frases extraídas de mi manual para aprenderlas de memoria. Releyéndolas atentamente, no aprendí inglés pero sí, en cambio, verdades sorprendentes: que hay siete días en la semana, por ejemplo, lo que, por otra parte, sabía; o bien, que abajo está el piso, arriba el techo, lo que sabía igualmente, quizá, pero en lo cual nunca había reflexionado seriamente o que había olvidado, y que me parecía de pronto tan asombroso como indiscutiblemente cierto. Tengo sin duda bastante espíritu filosófico como para darme cuenta que lo que transcribía a mi cuaderno no eran simples frases inglesas en su traducción inglesa sino verdades fundamentales, comprobaciones profundas... A partir de la tercera lección aparecían dos personajes que nunca supe si eran reales o inventados: el señor y la señora Smith, una pareja de ingleses. Ante mi gran asombro, la señora Smith informaba a su marido que tenían varios hijos, que vivían en los alrededores de Londres, que su apellido era Smith, que el señor Smith era empleado de oficina, que tenían una sirvienta, Mary, también inglesa, que tenían, desde hace veinte años, unos amigos llamados Martin, que su casa era un palacio, pues "la casa de un inglés es un verdadero palacio". ...Me permito señalar el carácter indudable, perfectamente axiomático, de las afirmaciones de la señora Smith, así como la manera típicamente cartesiana de razonar del autor de mi manual de inglés, pues, lo que era notable, era la progresión superiormente metódica de la búsqueda de la verdad. En la quincuagésima lección llegaban los Martin; la conversación se entablaba entre los cuatro y, sobre los axiomas elementales se edificaban las verdades más complejas: "el campo es más tranquilo que una ciudad populosa", afirmaban unos; "sí, pero en la ciudad la población es más densa, hay muchos negocios", replicaban los otros, lo que es igualmente cierto y prueba, además, que verdades antagónicas pueden coexistir perfectamente. Tuve entonces una revelación. Ya no se trataba para mí de perfeccionar mi conocimiento de la lengua inglesa.... Mi ambición era mucho mayor: comunicar a mis contemporáneos las verdades esenciales reveladas por el manual de conversación franco-inglesa. Por otra parte, los diálogos de los Smith y de los Martin eran propiamente teatro, ya que teatro es diálogo. Lo que tenía que hacer, pues, era una pieza de teatro. Escribí así La cantante calva, que es por consiguiente una obra teatral específicamente didáctica. ...Siendo auténticamente didáctica, mi pieza no debía ser sobre todo original ¡ni ilustrar mi talento!... La afirmación -tan categórica como sólida: los siete días de la semana son lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo- se deterioró, y el señor Smith, mi héroe, enseñaba que la semana se componía de tres días que eran martes, jueves y martes. Mis personajes, mis buenos burgueses, los Martin, sufrieron un ataque de amnesia: aunque viéndose, hablándose todos los días, no se reconocieron. Otras cosas alarmantes se produjeron: los Smith nos informaban de la muerte de un tal Bobby Watson, imposible de identificar, pues nos informaban asimismo que las tres cuartas partes de los habitantes de la ciudad, hombres, mujeres, niños, gatos, ideólogos, se llamaban Bobby Watson. Un quinto personaje, inesperado, surgía por último para agravar la inquietud de los pacíficos matrimonios: el capitán de bomberos que contaba historias en las cuales parecía tratarse de un toro joven que hubiera dado a luz una enorme ternera, de una rata que hubiera nacido de una montaña; luego el bombero se marchaba para no perderse un incendio, previsto desde hacía tres días, anotado en su libreta, que debía producirse del otro lado de la ciudad, mientras los Smith y los Martin proseguían su conversación. ¡Ay! las verdades elementales y sensatas que ellos enunciaban a continuación unas de otras, se habían vuelto descabelladas, el lenguaje se había desarticulado, los personajes se habían descompuesto; la palabra, absurda, se había vaciado de su contenido y todo acababa en una pelea cuyos motivos era imposible conocer, pues mis héroes se enrostraban no ya réplicas, ni siquiera fragmentos de proposiciones, ni palabras, sino sílabas, o consonantes, ¡o vocales!... Para mí, se trataba de una suerte de desmoronamiento de la realidad. Las palabras se habían convertido en cáscaras sonoras, desprovistas de sentido; también los personajes, desde luego, se habían vaciado de su psicología y el mundo se me aparecía bajo una luz insólita, quizá su verdadera luz, más allá de las interpretaciones y de una causalidad arbitraria.
El texto de La cantante calva o del manual para aprender inglés (o ruso o portugués), compuesto de expresiones hechas, de los clisés más gastados, me revelaba, por eso mismo, los automatismos del lenguaje, del comportamiento de la gente, "el hablar para no decir nada", el hablar porque no hay nada personal que decir, una ausencia de vida interior, la mecánica de lo cotidiano, el hombre inmerso en su medio social sin diferenciarse de él. Los Smith, los Martin no saben ya hablar porque ya no saben pensar, no saben ya pensar porque ya no saben conmoverse, ya no tienen pasiones, no saben ya ser, pueden "transformarse" en cualquier persona, en cualquier cosa, pues al no ser ya no son sino los otros, el mundo de lo impersonal, son intercambiables: se puede poner a Martin en lugar de Smith y viceversa, que no nos daremos cuenta. El personaje trágico no cambia, no se quiebra; es él, es real. Los personajes cómicos son personas que no existen..."
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas:
http://www.terrunoespressivo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=36%3Ala-cantante-calva&catid=9%3Atemporada-2008&Itemid=20&showall=1
http://www.revistasiamesa.com.ar/2009/05/la-cantante-calva-de-eugene-ionesco.html
http://muchoteatro-lmmr.blogspot.com/2008/03/la-cantante-calva-eugene-ionesco.html
http://www.lamaquinadeltiempo.com/algode/ionesco01.htm
http://www.ciberniz.com/ionesco.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/La_cantante_calva

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