miércoles, 28 de enero de 2009

Marta Navarro: Ocho islas y un invierno.

“A lo lejos el taxidermista de emociones
Nos espera con su afilada lengua,
Con su ceniza europea,
Con su piel de frontera insomne”
(Marta Navarro)
El editor Francisco Aranguren ha publicado el poemario de Marta Navarro Ocho Islas y un invierno en la editorial El Desembarco. El libro fue presentado ya en Zaragoza, y ahora se dispone su presentación en Sevilla el día cinco de febrero a las 20 horas en la Carbonería. La escritora Luisa Miñana en la presentación del poemario señaló. " su cercanía a la tradición simbolista, tanto literaria como pictórica. Por ejemplo en el uso puro de los colores, a manchas: el azul, la menta verde. En el uso de esos colores como metáfora simbólica. Metáfora que se construye a base de sinestesias, propias del lenguaje simbolista: “la paz que se viste de menta”, leemos, por ejemplo. Esta cercanía a la tradición simbolista no es sólo formal. La poesía simbolista busca vestir a la idea de una forma sensible, posee intenciones metafísicas, además intenta utilizar el lenguaje literario como instrumento cognoscitivo, por lo cual se encuentra impregnada de misterio y misticismo. Y en estos dos últimos conceptos creo- dice Miñana- que se encuentra el punto de conexión de la poética de Marta Navarro con la tradición simbolista. Y entiéndase esta actitud y comprensión mística de la realidad no como un “siroco lírico”, no. Entiéndase como una mirada y una voluntad decididamente solidaria con toda manifestación de vida." En cuanto al titulo del poemario Ocho Islas y un invierno Miñana reseñó como: " en la costa nordeste de Sicilia el archipiélago de las Eolias lo forman siete pequeñas islas. Siete, que con Sicilia son ocho islas. Ese archipiélago, que no anda lejos de Taormina, la ciudad que Marta ama en Sicilia más que ninguna, tiene forma de “y”, que es el símbolo de la constelación de Orión, que es la constelación del invierno boreal por antonomasia". En el prólogo a “Ocho islas y un invierno Miñana habla de transparencia como: " carácter que se adecua bien al tono poético de Marta Navarro en este libro y en general en su poesía. Y creo que al escribir “transparencia” quería decir nitidez en la emoción. No es lirismo. Es un convencimiento ético-emocional, por el que ningún pensamiento, ninguna actitud, ningún sentimiento existen o se representan aislados. La mirada de la poeta penetra a través de todo ello, en un impulso de continuidad: todo en el mundo participa de un mismo aliento, que debiera ser el del equilibrio, el de la justicia, el de la amistad: es aquello que decía al principio de “ver a través de las palabras”, como propugnaban los simbolistas hace ya tanto tiempo, aunque a mi sus postulados me parecen muy de actualidad. Alguna vez a Marta, en el mundo de los blogs, la han llamado la creadora de atmósferas, y yo estoy de acuerdo. Marta Navarro emplea la palabra como materia plástica". " La poeta de “Ocho islas y un invierno” prefiere las “palabras mudas”, “la clarividencia de las horas invisibles”, las dunas, las caderas del amor, las tardes rojizas de la complicidad. Y también desea una isla con un puerto custodiado por derviches donde refugiarse, como aparece en ese hermoso poema de igual hermoso título: “Pestañas azules”. Para Jose Antonio Labordeta Ocho islas y un invierno es un libro maduro, de poesía perfectamente engarzada y en los movimientos de los versos hay una estructura formal como de homenaje al mar o a la montaña porque los poemas se unen en pequeños formatos para dar paso a los excelentes poemas de buen número de versos, que parecen engancharse a la primera parte del libro. Los pequeños formatos, que son de un hallazgo poético emocionante, comienzan con esos dos versos que dicen: “Porque cada día eres menos tú/ y más tu ausencia”, y terminan con Heridas para dar paso a la parte más ambiciosa de la poética de Marta que encierra textos como Taormina y Los días y la nieve, para terminar con el excelente poema que da título al libro: “Ocho islas para anidar/ en las dunas de tu cuerpo/ y un invierno para volar/ a un espacio paralelo y sin escamas”. "Y ese es uno de los aspectos que más me han gustado de tu libro, dice Labordeta : el encuentro con el amor y el paisaje como salida hacia un horizonte menos amargo como a veces sucede, o nos ha sucedido, en los primeros versos escritos con edades jóvenes." "Acabar la lectura de tu libro produce muchas felicidades y entre ellas, las más importantes son el encuentro con una excelente poeta, que habla de amor y de esperanza, que retrata, cuando tiene que retratar, paisajes emocionantes como el poema dedicado a Taormina o, en pequeñísimo formato, define el agua con estos versos: “La mirada del agua/ esconde ríos/ con cicatrices”.

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