martes, 13 de julio de 2010

Kirmen Uribe: Bilbao-New York-Bilbao.

"... Cuando Liborio Uribe supo que iba a morir, quiso ver por última vez un cuadro de Aurelio Arteta. Toda su vida transcurrió en alta mar, surcó sus aguas a bordo del Dos amigos y, al igual que su hijo José, patrón del Toki Argia, protagonizó historias inolvidables caídas para siempre en el olvido. Años después y frente a ese mismo cuadro, el nieto Kirmen, narrador y poeta, rastrea esos relatos familiares para escribir una novela. Bilbao-New York-Bilbao, ganadora del Premio Nacional de Narrativa 2009, que transcurre durante un vuelo entre el eropuerto de Bilbao y el JFK de Nueva York, y que desgrana la historia de tres generaciones de una misma familia. A través de cartas, diarios, e-mails, poemas y diccionarios, crea un mosaico de recuerdos y narraciones que conforman un homenaje a un mundo prácticamente extinguido, a la vez que un canto a la continuidad de la vida. Con esta novela, Kirmen Uribe debuta de manera deslumbrante en el panorama literario español. Considerado uno de los máximos renovadores de la literatura en lengua vasca, se adentra en las aguas de la autoficción con una escritura rica, compleja y sugerente realmente.
Kirmen Uribe, hasta ahora conocido por su poemario ‘Bitartean heldu eskutik’ (‘Mientras tanto dame la mano’, Visor, 2003), posiblemente la recopilación de poemas en lengua vasca más importante, y tranquila, de los últimos años, se propone contar la historia de dos generaciones de su familia y lo hace a modo de novela en marcha, enseñando al lector los mecanismos de la ficción, exponiendo al aire cómo se construye la novela que tiene entre las manos. Así, notas, e-mails, cartas y entrevistas se entrecruzan en un texto que una y otra vez alude al arte de escribir, a la futura novela que nunca llegaremos a leer.En realidad lo que le interesa a Uribe es prorrogar el ambiente nostálgico de su serie de poemas tejiendo una tela inacabable de anécdotas de tono barojiano que nos llevan a seguir las aventuras pesqueras y vitales de buena parte de su familia, entreveradas con la amistad de los pintores Aurelio Arteta y el arquitecto bilbaíno Ricardo Bastida. El objetivo no es tanto escribir una novela dotada de un argumento fuerte, recrear la vida, como exigía Henry James a la misma, sino reunir fragmentos deshilachados de realidad, darles un barniz de poesía, de realismo-mágico al más puro estilo vasco bebiendo de alguien como Ramiro Pinilla, y echar a andar su artefacto camino de Nueva York bajo el manto del escritor que trata de ordenar su pasado para recrear su presente. ‘Bilbao.-New York-Bilbao’ es una epifanía, un acto de fundación de una narrativa nueva y peculiar, la de Kirmen Uribe.
Se ha descrito la obra en torno a tres elementos técnicos: la autoficción, la historia de la familia, y la pequeña trama de cómo se construye una novela. Desde luego, hay que hablar de la importancia del influjo de Internet en la construcción de la novela: Los fragmentos son los que caben en una pantalla de ordenador, los saltos entre los distintos fragmentos se realizan como si un clic de ratón nos llevara de uno a otro, en un viaje interminable, se cita a menudo wikipedia, como si el narrador estuviera en ese momento de la escritura consultando la web. Ciertamente no hay una intriga central en el texto, porque su eje central reside precisamente en la ausencia de eje. Es una novela sin intriga, sin forma lineal, porque ¿qué existe menos intrigante que la narración de un viaje en avión, donde uno va sentado? Pero la ausencia de movimiento que se cuenta en el nivel de la narración del viaje en avión, se equilibra con el movimiento continuo en el paso de una tesela a otra.
La novela Bilbao-New York-Bilbao comienza con un precioso poema, y se cierra también con un poema lírico; es un magma de voces, cada uno con su entonación distinta, un juego de escrituras diferentes; un fresco donde se reúnen mil pequeñas historias. Pero el ir y venir de historias realiza un conjunto donde el detalle se convierte, por medio del apólogo y de la parábola, en una visión del mundo. De esta forma la autoficción en un viaje de avión a Nueva York de un personaje llamado Kirmen Uribe escrito por Kirmen Uribe, quien realiza un viaje narrativo, para darse cuenta de que alguien de Ondárroa, el arquitecto Bastida, ya estuvo antes ahí; para percatarse de que su abuelo Liborio conoció el infierno en su viaje a la cárcel, para saber que su padre vio en la isla Rockall verdades que la ciencia negaba. Puede que ese viaje en avión cuente cómo se construye una novela, pero es sólo un primer nivel para narrar lo que de verdad importa: el juego entre la técnica y el mensaje en la construcción del misterio de la creación artística en el pasaje sobre el arquitecto Bastida y el pintor Arteta, para dejar claro que lo que de verdad importa es contar historias, en una narración que mezcla de forma admirable ficción y realidad..."
Es extracto y compendio de otras reseñas:

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