lunes, 11 de mayo de 2009

Adolfo Bioy Casares: La invención de Morel (el relato fantástico)

"... La invención de Morel es una novela escrita en 1940 por el argentino Adolfo Bioy Casares. Se trata probablemente de su obra más famosa, constituyendo un ejemplo clásico de la literatura fantástica en idioma español. En el prólogo de la obra, Jorge Luis Borges expresa sobre su trama que no le parece "una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta".La Invención de Morel es el relato de un prófugo, de un hombre que tratando de evadir una condena se condena a una eterna contemplación. La historia cuenta como este narrador, sin nombre, llega a una isla en la que se dice las personas mueren por una misteriosa enfermedad en sólo dos semanas; no obstante aquel es un destino preferible a la (in)justicia humana, con la que tiene pendiente un castigo. Después de unos días comienzan las apariciones, personas salidas de la nada veranean en sus edificios abandonados: el narrador huye, cree que ellos pueden denunciarlo y llevarlo a prisión. A pesar de tratar de alejarse de ellos conoce entre estos "visitantes" a Faustine, una mujer de la que paulatinamente se enamora. Mas no puede entrar en contacto con ella, ni con ninguno de esas personas que más semejan fantasmas. Con el tiempo se da cuenta que ellos no lo ven y se acostumbra a vivir rodeado de sus imágenes, que se repiten de tanto en tanto, que le muestran lo que fue una semana de vacaciones en una isla perdida. También conoce a Morel, el hombre que invitó al grupo, quien ha organizado su estadía, quien ha inventado su inmortalidad: Morel es una especie de inventor que supone que todas las sensaciones pueden ser grabadas y reproducidas, no como imágenes en una pantalla sino como la realidad misma. El verdadero objetivo de Morel era grabar una semana paradisíaca con sus amigos, o mejor con Faustine (ninguno sabía que ellos eran grabados con excepción tal vez de Faustine); de esa manera ganar una inmortalidad que sin embargo acaba con sus vidas. El narrador se acostumbrar a las imágenes, sigue a Faustine día y noche contemplándola, intenta comprender el funcionamiento del invento: al hacerlo queda encerrado en esa ilusión durante horas, presa del pánico; finalmente descubre como funciona el invento y sale. Graba unos segundos para probar, accidentalmente lo hace con su mano; entonces le inunda la sensación que su mano muere, entonces entreve su destino, su deseo: grabarse una semana junto a Faustine, como si se relacionara con ella, como si fueran grandes amigos. Después parece que el narrador muere, víctima de sus anhelos: pero de ello no sabemos más de lo que el relato nos cuenta, que es lo que narrador ha escrito. La gran virtud del libro es la forma en Bioy Casares desarrolla la trama, la descubre paulatinamente para hacer de esta historia increíble algo verosímil y a la vez significantes de deseos y contradicciones humanas; no en vano Borges calificó la trama de este libro como perfecta. La narrativa de Adolfo Bioy Casares, a diferencia de la obra de Borges, parte de la realidad circunstancial. En la antología de cuentos titulada Historias fantásticas (1972), por medio de una narración engañosamente lineal, Bioy Casares explora desde un nuevo punto de vista los temas clásicos de lo fantástico: la dispersión espacio-temporal, la suspensión de la muerte, la materialización del pensamiento, las pesadillas de lo cotidiano, la máquina que modifica la realidad. Otras obras, como La invención de Morel (1940) y Plan de evasión (1945) juegan con esquemas más complejos: se entrecruzan y se contradicen dudosos testimonios de narradores a los que el aislamiento, la desesperación o el amor han llevado al borde de la locura, lo que impide la reconstrucción de la verdad. La invención de Morel es una de las obras cumbres de la narración fantástica en español. En ella aparecen representados los códigos semióticos típicos de la narración fantástica clásica. Este cuento nos habla de un hombre que al huir de la justicia busca refugio en una isla aparentemente desierta de la que dicen: "es el foco de una enfermedad que mata de afuera para dentro. Caen las uñas, el pelo, se mueren la piel y las córneas de los ojos y el cuerpo vive ocho, quince días". El protagonista-narrador ya lleva cien días en la isla cuando empieza su relato. Allí convive con multitud de personas, entre ellas un tal Morel y una tal Faustina, de la que se enamora perdidamente el narrador. El protagonista descubre en un discurso que pronuncia Morel que todos los habitantes de la isla no son más que imágenes en tres dimensiones, que no existen en realidad y que han sido fabricadas por medio de una máquina fabricada por Morel. También descubre que una vez tomadas las imágenes, los cuerpos reales se disuelven y acaban muriendo, tal y como se explica al principio de la narración. Todo el relato se sitúa en un ambiente hiperrealista, en cuanto que el protagonista nos cuenta sus esfuerzos para sobrevivir a un nivel puramente material y abundan detalles de la vida cotidiana. Lo irracional, la presencia de esta gente en la isla, constituye el motor de esta narración fantástica. Podríamos considerar que la máquina de Morel tiene una explicación lógica, basándonos en los progresos de la ciencia y en la posibilidad de grabar y proyectar imágenes en tres dimensiones. Sin embargo, esa máquina no sólo captura la apariencia física, sino también el olor, la voz, etc. Las proyecciones de la invención de Morel son réplicas exactas de los seres humanos, lo cual es más difícil de aceptar. Pero aunque aceptemos la supuesta racionalidad de la máquina, resulta imposible de explicar la transformación física de los sujetos grabados: la invención de Morel transforma al ser humano en una imagen, dejando una cáscara vacía detrás, hecho propiamente sobrenatural. La incertidumbre y el terror están presentes a lo largo de toda la narración: el personaje principal, escondiéndose de los "intrusos", nos habla de su angustia y sobre todo de su imposibilidad de comprender su situación. La invención de Morel representa la lucha de lo racional contra lo irracional y la tensión narrativa está fundamentada en el choque semiótico entre una realidad identificable y un hecho inexplicable, características tipológicas del cuento fantástico.
A caballo entre la novela de aventuras, la novela fantástica y el ensayo-sobre el amor, las fronteras de la realidad y la inmortalidad, la soledad, la incomunicación humana- lo que en apariencia puede ser un argumento de novela de clase B, se convierte, al descubrir sus secretos en algo propio de un genio de la talla de Bioy Casares. No faltan los buenos y originales argumentos en la literatura contemporánea, no faltan las buenas ideas pero el modo de llevarlas a cabo es lo que hace estos argumentos geniales. Si algo destacó siempre la crítica del autor argentino fue la impecable perfección formal de sus textos. Todos ellos se caracterizan por esta ruptura de las fronteras entre la realidad y el sueño tratadas de una forma tan personal e irrepetible como perfeccionistas. Con La invención de Morel alcanza la máxima cota."
Es extracto y compendio de otras reseñas:

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