viernes, 7 de noviembre de 2008

La educación sentimental: Gustav Flaubert

Esta novela ha sido elegida por la mayoría de los tertulianos para la cena del cuatro de diciembre.
Kafka pensaba en La educación sentimental cuando soñaba que seducía a su hipotético auditorio, porque advertía la gracia indecible e inexorable que recorre sus páginas, su pura e inmaterial forma musical. Flaubert aspiraba a escribir, como decía en 1852 a Louise Colet, preciosa confidente literaria y amante demasiado imprudente, "un libro sobre la nada", "un libro sin apoyos exteriores, que se sostuviera solamente por la fuerza intrínseca del estilo, como la tierra se mantiene en el aire sin necesidad de sostén; un libro casi sin sujeto, o al menos cuyo sujeto fuera, si fuese posible, casi invisible". La historia de un ambicioso joven de provincias que se enamora de una mujer casada sirvió a Flaubert para crear uno de los hitos estilísticos de la literatura universal, quizá su obra maestra, sin duda una de las novelas más perdurables de todos los tiempos. En la cubierta del barco que le lleva de París a su ciudad natal, Fréderic Moreau se quedará prendado de la belleza de la señora Arnoux, punto de arranque de las tribulaciones de un joven que sueña con alcanzar fama y fortuna y que, de regreso a París, frecuentará al señor Arnoux para estar cerca de su secreto amor.

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