jueves, 27 de noviembre de 2008

Joanot Martorell: Tirant lo Blanc

Tirant lo Blanc tiende un puente entre la Edad Media y el Renacimiento, pues en sus páginas la tradición caballeresca de la novela de aventuras, con su desmesura anecdótica y lo rudimentario de la construcción, se refina y enriquece con sutilezas formales, humor e ironías que anuncian ya la gran literatura narrativa del Siglo de Oro, y muy especialmente a Cervantes, lector aprovechado de Joanot Martorell, a quien homenajeó en el Quijote salvando a su novela de la quema inquisitorial y llamándola "el mejor libro del mundo". Aunque nacida dentro de la novela de caballerías, Tirant lo Blanc va mucho más lejos que sus congéneres pues el espíritu que la anima, su amplitud de miras y la riqueza de su factura artística le confieren un semblante de modernidad del que carecen las otras, incluso las mejores, como el Amadís de Gaula o Tristán de Leonís. Por eso, la gran novela valenciana, que durante muchos siglos estuvo, por prejuicios absurdos y una política represora contra la lengua en que fue escrita, injustamente arrinconada en bibliotecas y academias, lejos del gran público, ha hecho su reingreso en la vida literaria contemporánea por todo lo alto, conquistando en los últimos treinta años, en su lengua original y en viejas o nuevas traducciones -al castellano, el alemán, el italiano y el francés, entre ellas- no sólo el interés de la crítica universitaria, también el de esos lectores comunes y corrientes que son los que mantienen a los libros vivos, lozanos y cambiantes o, con su indiferencia, los convierten en piezas de museo.

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