jueves, 14 de mayo de 2009

Librería Lello & Irmão en Oporto: Una maravilla

La que está considerada como la librería más bella de Europa, para muchos la más bella del mundo, se ubica en la segunda ciudad más importante de Portugal: Oporto. AddWordWrap("slideText0", 30); Slide 3 El edifício de la llamada Librería Chardron ahora Librería Lello & Irmão está situado en la Rua de las Carmelitas nº 144, en Oporto. AddWordWrap("slideText2", 30); Slide 4 Se inauguró el 13 de Enero de 1906, encomendando este proyecto a Xavier Esteves, un distinguido ingeniero de la época. Es una librería con una larga historia que se remonta a 1869 cuando fue fundada en la Rua dos Clérigos bajo el nombre de Librería Internacional de Ernesto Chardron. A la muerte de este y después de varias negociaciones, es refundada como ” Librería Lello & Irmão” en honor a sus libreros, nombre que permanece hasta hoy . AddWordWrap("slideText3", 30); Slide 7 Espléndida librería Lello & Irmao, neogótica y modernista, es famosa en el mundo entero y uno de los iconos de una ciudad con gran tradición literaria e intelectual. Es también lugar de pereginación habitual para los literatos, y ha sido calificada por muchos como la más bella del mundo. AddWordWrap("slideText6", 30); Slide 8 Una enorme joya arquitectónica es, sin duda, la enorme escalera de madera labrada en el centro del local. AddWordWrap("slideText7", 30); Slide 11 La decoración hecha a base de maderas talladas, filigrana y multitud de detalles dotados del encanto de lo antiguo, consiguen un ambiente de época indiscutible, que enamorará a cualquier amante no sólo de los libros sino también de la historia, el arte o la arquitectura AddWordWrap("slideText10", 30); Slide 18 En el techo una hermosa cúpula de cristal dota de magia a la librería permitiendo la entrada de una deliciosa luz natural perfecta para la lectura. AddWordWrap("slideText17", 30); Slide 23 Como curiosidad fíjate en el parquet de madera del suelo. Está atravesado por una estrecha vía por la que circulaba un vagón que recorría la librería. AddWordWrap("slideText22", 30); Slide 24 En esta fotografía apreciarás perfectamente el suelo de parquet, así como los raíles por los que circulaba el vagón que antiguamente recorría la librería. AddWordWrap("slideText23", 30); Slide 29 Os recomiendo mirar con calma las estanterías repletas de libros que reflejan los colores irisados de las vidrieras de paredes y techos. De hecho, es en esta librería donde se han rodado escenas del tan conocido Harry Potter. Realmente, podéis creerme, estar en ella te transporta a otras épocas pasadas. Música: Fado Carlos Cano & Amalia Rodrigues J.Lorea AddWordWrap("slideText28", 30);

martes, 12 de mayo de 2009

Augusto Roa Bastos: Madame Sui (novela testimonio)

"... Augusto Roa Bastos (1917-2005) es el más importante escritor paraguayo. Se inspiró para la trama de sus obras en los abusos de poder de Stroessner (a quien en sus ensayos llamaba Tiranosaurio). El escritor describió al régimen de Stroessner como "la más larga y oprobiosa dictadura que registra la cronología de los regímenes de fuerza en suelo suramericano". Su regreso definitivo a Paraguay, país que le había arrebatado la nacionalidad, fue en 1996, tras poner fin a 50 años de exilio."Empecé a escribir en el exilio; la única manera de mantener el vínculo con mi país era la literatura. No solo mi vida, sino mi obra está marcada por esa impronta desgarradora del exilio. No me quejo, al contrario. Al exilio le debo infinidad de revelaciones. A pesar de las tristezas que me causó, sin el exilio nunca hubiera sido escritor", dijo en 1995 en Madrid. Publicada en 1996 Madame Sui es una novela anclada en la realidad latrinoamericana. La historia tomada del natural, con personajes reales y auténticos, es menos que un relato y más que una invención", nos advierte Augusto Roa Bastos en las primeras páginas de su novela. Madama Sui vivió en Paraguay, en las décadas del 60 y 70. Denostada o exaltada, como ocurre por lo general con el recuerdo de las personas de naturaleza excéntrica, la imagén de esta muchacha, mezcla de japonesa y criolla, que murió cuando sólo tenía veinte años, perdura hasta hoy en la memoria colectiva. Admiradora de Eva Perón, fue la favorita de un extraño dictador y la víctima propiciatoria de un poder que encontró en la prostitución de la mujer el elemento más eficaz para implantar la corrupción. Pero su metamorfosis de muchacha primitiva, casi salvaje, en femme fatal, en cortesana refinada y culta, no alteró en absoluto su destino. Enamorada de un hombre perseguido por el régimen, Madama Sui encarnó la tensión entre la sensualidad sin freno y el amor más puro. Obra de deslumbrante belleza y profunda sabiduría, esta novela de Roa Bastos se incribe en el mismo ciclo narrativo de Hijo de hombre, Yo el Supremo y Contravida, reafirmando a su autor como uno de los grandes maestros de la narrativa contemporánea y una de las voces más relevantes en el ámbito latinoamericano Madama Sui, joven paraguaya de ascendencia japonesa, fue una de las muchas favoritas del dictador Alfredo Strossner que se fijó en ella cuando consiguió el título de Miss Paraguay. Huérfana desde los trece años, el relato de su vida es también el de "la más larga y cruel dictadura de las que asolaron en este siglo América del Sur".El escritor paraguayo indaga en el misterio de lo femenino, aunque, a simple vista, sólo haya seguido las huellas de Madama Sui, una leyenda en Paraguay, a través de unos 20 cuadernillos biográficos que ésta dejó escritos a su muerte, con apenas 20 años. Se encontró (el trabajo de introspección, de elevación literaria de la historia es increíble) a un ser contradictorio, puro, salvaje, que conservará la inocencia y se mantendrá fiel a su amor, a pesar de participar y conocer a fondo las estrategias de un poder tan terrorífico como el del dictador Alfredo Stroessner, de quien fue amante. En la novela se entremezclan el ya famoso realismo mágico de muchas novelas hispanoamericanas, aunque sin ser un elemento esencial, y la terrible realidad de la dictadura paraguaya. El cuadro es sobrío: torturas, venalidades, atraso, pobreza, corrupción... La inocencia salvaje y el amor extremadamente puro se alzan frente al mal encarnado en el poder absoluto del dictador. En este panorama se desarrolla la vida de Madama Sui, preocupada, como otra Eva Perón, por los más pobres, a los que construye una escuela, y retirada en su lujo de hetaira oficial; íntegra en lo más profundo, no queriendo "ser feliz a cualquier precio, pero menos aún a costa de la felicidad de los demás". La novela funde supuestos testimonios auténticos de su vida y la brillante reconstrucción literaria de Roa Bastos." Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan: http://cuhwww.upr.clu.edu/exegesis/ano9/v26/a25.htm http://www.elaleph.com/libros.cfm?item=6820223&style=libro_usado http://es.wikipedia.org/wiki/Augusto_Roa_Bastos http://www.aceprensa.com/articulos/1996/may/15/madama-sui/ http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1996/05/05/larevista/231910.html http://portal.educ.ar/debates/protagonistas/arte-cultura/augusto-roa-bastos-y-la-literatura-de-america-latina.php http://www.elpais.com/articulo/cultura/Muere/Augusto/Roa/Bastos/azote/poder/elpepicul/20050427elpepicul_2/Tes

lunes, 11 de mayo de 2009

Adolfo Bioy Casares: La invención de Morel (el relato fantástico)

"... La invención de Morel es una novela escrita en 1940 por el argentino Adolfo Bioy Casares. Se trata probablemente de su obra más famosa, constituyendo un ejemplo clásico de la literatura fantástica en idioma español. En el prólogo de la obra, Jorge Luis Borges expresa sobre su trama que no le parece "una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta".La Invención de Morel es el relato de un prófugo, de un hombre que tratando de evadir una condena se condena a una eterna contemplación. La historia cuenta como este narrador, sin nombre, llega a una isla en la que se dice las personas mueren por una misteriosa enfermedad en sólo dos semanas; no obstante aquel es un destino preferible a la (in)justicia humana, con la que tiene pendiente un castigo. Después de unos días comienzan las apariciones, personas salidas de la nada veranean en sus edificios abandonados: el narrador huye, cree que ellos pueden denunciarlo y llevarlo a prisión. A pesar de tratar de alejarse de ellos conoce entre estos "visitantes" a Faustine, una mujer de la que paulatinamente se enamora. Mas no puede entrar en contacto con ella, ni con ninguno de esas personas que más semejan fantasmas. Con el tiempo se da cuenta que ellos no lo ven y se acostumbra a vivir rodeado de sus imágenes, que se repiten de tanto en tanto, que le muestran lo que fue una semana de vacaciones en una isla perdida. También conoce a Morel, el hombre que invitó al grupo, quien ha organizado su estadía, quien ha inventado su inmortalidad: Morel es una especie de inventor que supone que todas las sensaciones pueden ser grabadas y reproducidas, no como imágenes en una pantalla sino como la realidad misma. El verdadero objetivo de Morel era grabar una semana paradisíaca con sus amigos, o mejor con Faustine (ninguno sabía que ellos eran grabados con excepción tal vez de Faustine); de esa manera ganar una inmortalidad que sin embargo acaba con sus vidas. El narrador se acostumbrar a las imágenes, sigue a Faustine día y noche contemplándola, intenta comprender el funcionamiento del invento: al hacerlo queda encerrado en esa ilusión durante horas, presa del pánico; finalmente descubre como funciona el invento y sale. Graba unos segundos para probar, accidentalmente lo hace con su mano; entonces le inunda la sensación que su mano muere, entonces entreve su destino, su deseo: grabarse una semana junto a Faustine, como si se relacionara con ella, como si fueran grandes amigos. Después parece que el narrador muere, víctima de sus anhelos: pero de ello no sabemos más de lo que el relato nos cuenta, que es lo que narrador ha escrito. La gran virtud del libro es la forma en Bioy Casares desarrolla la trama, la descubre paulatinamente para hacer de esta historia increíble algo verosímil y a la vez significantes de deseos y contradicciones humanas; no en vano Borges calificó la trama de este libro como perfecta. La narrativa de Adolfo Bioy Casares, a diferencia de la obra de Borges, parte de la realidad circunstancial. En la antología de cuentos titulada Historias fantásticas (1972), por medio de una narración engañosamente lineal, Bioy Casares explora desde un nuevo punto de vista los temas clásicos de lo fantástico: la dispersión espacio-temporal, la suspensión de la muerte, la materialización del pensamiento, las pesadillas de lo cotidiano, la máquina que modifica la realidad. Otras obras, como La invención de Morel (1940) y Plan de evasión (1945) juegan con esquemas más complejos: se entrecruzan y se contradicen dudosos testimonios de narradores a los que el aislamiento, la desesperación o el amor han llevado al borde de la locura, lo que impide la reconstrucción de la verdad. La invención de Morel es una de las obras cumbres de la narración fantástica en español. En ella aparecen representados los códigos semióticos típicos de la narración fantástica clásica. Este cuento nos habla de un hombre que al huir de la justicia busca refugio en una isla aparentemente desierta de la que dicen: "es el foco de una enfermedad que mata de afuera para dentro. Caen las uñas, el pelo, se mueren la piel y las córneas de los ojos y el cuerpo vive ocho, quince días". El protagonista-narrador ya lleva cien días en la isla cuando empieza su relato. Allí convive con multitud de personas, entre ellas un tal Morel y una tal Faustina, de la que se enamora perdidamente el narrador. El protagonista descubre en un discurso que pronuncia Morel que todos los habitantes de la isla no son más que imágenes en tres dimensiones, que no existen en realidad y que han sido fabricadas por medio de una máquina fabricada por Morel. También descubre que una vez tomadas las imágenes, los cuerpos reales se disuelven y acaban muriendo, tal y como se explica al principio de la narración. Todo el relato se sitúa en un ambiente hiperrealista, en cuanto que el protagonista nos cuenta sus esfuerzos para sobrevivir a un nivel puramente material y abundan detalles de la vida cotidiana. Lo irracional, la presencia de esta gente en la isla, constituye el motor de esta narración fantástica. Podríamos considerar que la máquina de Morel tiene una explicación lógica, basándonos en los progresos de la ciencia y en la posibilidad de grabar y proyectar imágenes en tres dimensiones. Sin embargo, esa máquina no sólo captura la apariencia física, sino también el olor, la voz, etc. Las proyecciones de la invención de Morel son réplicas exactas de los seres humanos, lo cual es más difícil de aceptar. Pero aunque aceptemos la supuesta racionalidad de la máquina, resulta imposible de explicar la transformación física de los sujetos grabados: la invención de Morel transforma al ser humano en una imagen, dejando una cáscara vacía detrás, hecho propiamente sobrenatural. La incertidumbre y el terror están presentes a lo largo de toda la narración: el personaje principal, escondiéndose de los "intrusos", nos habla de su angustia y sobre todo de su imposibilidad de comprender su situación. La invención de Morel representa la lucha de lo racional contra lo irracional y la tensión narrativa está fundamentada en el choque semiótico entre una realidad identificable y un hecho inexplicable, características tipológicas del cuento fantástico.
A caballo entre la novela de aventuras, la novela fantástica y el ensayo-sobre el amor, las fronteras de la realidad y la inmortalidad, la soledad, la incomunicación humana- lo que en apariencia puede ser un argumento de novela de clase B, se convierte, al descubrir sus secretos en algo propio de un genio de la talla de Bioy Casares. No faltan los buenos y originales argumentos en la literatura contemporánea, no faltan las buenas ideas pero el modo de llevarlas a cabo es lo que hace estos argumentos geniales. Si algo destacó siempre la crítica del autor argentino fue la impecable perfección formal de sus textos. Todos ellos se caracterizan por esta ruptura de las fronteras entre la realidad y el sueño tratadas de una forma tan personal e irrepetible como perfeccionistas. Con La invención de Morel alcanza la máxima cota."
Es extracto y compendio de otras reseñas:

domingo, 10 de mayo de 2009

Conde de Lautréamont: Los cantos de Maldoror (el surrealismo en la narrativa)

"... Conde de Lautréamont(1846-1870), seudónimo de Isidore Lucien Ducasse, poeta francés de origen uruguayo considerado precursor del movimiento literario del siglo XX conocido como surrealismo. Enviado por su padre a Francia, estudió en la Escuela Politécnica de París, donde escribió largos cantos en prosa, de los cuales el primero se publicó en 1868. Añadiendo cinco fragmentos, se volvió a publicar en 1890 con el título de Los cantos de Maldoror. Maldoror es una figura demoníaca suprema que aborrece a Dios y a la humanidad, y que se muestra bajo todos los modos del horror y la corrupción. Con un lenguaje impactante y enfebrecido, describe episodios de pesadilla con sepultureros, pederastas, vampiros y criaturas misteriosas encontradas en la playa. La obra contiene una profusión asombrosa de imágenes delirantes, blasfemas, eróticas, grandiosas y horrendas, pero su estilo y lenguaje la convierten en un ejemplo sobresaliente del modo alucinatorio y apocalíptico de escritura que más adelante utilizarían los surrealistas. Los Cantos fueron poco conocidos durante el periodo simbolista de finales del siglo XIX, aun cuando su máximo representante, Remy de Gourmont, llamó la atención sobre su existencia. Según los críticos surrealistas, Lautréamont es el mayor poeta francés, más importante incluso que Arthur Rimbaud, la figura más reverenciada por la escuela simbolista. Es autor también de Poesías (1870), series de versos paradójicos sobre la poesía. Lo grotesco, el espanto y lo ridículo en Los cantos recuerdan a la obra de otro gran antecedente del surrealismo, El Bosco. No por casualidad fue Lautréamont motivo de inspiración para escritores como Alfred Jarry, Louis Aragon, André Breton o Benjamin Péret, y artistas plásticos como René Magritte, Salvador Dalí, Amedeo Modigliani, y Man Ray. Los 6 'Cantos...' (editados por Alianza) conocieron su alumbramiento editorial en 1868, cuando su autor Isidore Ducasse (Lautréamont y su título nobiliario eran sólo pseudónimo) contaba 22 años. Muy poco después, otro joven esteta e inmoralista, Rimbaud, daría a conocer sus 'Iluminaciones' y 'Una temporada en el infierno'. Sobre estas escandalosas e inexplicables prosas poéticas cuelga la misma aureola maldita, la misma apología de la enfermedad y de la disidencia. 'Los cantos de Maldoror' (abreviación de "Mal d'aurore", "Mal de aurora") son un bestiario de 185 animales. Algunos ni existen, y de hecho, las notas del traductor, Ángel Pariente, sirven básicamente de diccionario faunístico. El escenario podría ser un osario, o un légamo anfibio y sin sol, o un infierno estrellado. Impera, imperioso, el espíritu esteticista de la contradicción sin esclusas, del nudo infame que une los excesos en la sombra irracional de los opuestos imposibles. La prosa de Lautréamont es exquisita, cargada de imágenes sugerentes y decadentistas, labrada cada palabra como si de un poema en verso se tratase.Esa belleza venenosa y maligna se personifica en el Maldoror del título, una creación fantástica y onírica, depositaria de toda la crueldad del ser humano y de toda su bondad: narrador a veces, personaje otras, siempre protagonista de las escenas que su descabellado creador teje para ilustrar el absurdo de la existencia humana."

viernes, 8 de mayo de 2009

Joseph Conrad: El corazón de las tinieblas (un descenso a los infiernos del alma humana)

"... Józef Teodor Konrad Korzeniowski, más conocido por el nombre que adoptó al nacionalizarse británico, Joseph Conrad (Berdyczów, actual Ucrania, 3 de diciembre de 1857 – Bishopsbourne, Inglaterra, 3 de agosto de 1924), fue un novelista polaco que adoptó el inglés como lengua literaria.Probablemente el título más célebre de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas es una narración autobiográfica inspirada en los seis meses que el autor pasó en el Congo colonizado (y devastado) por el rey Leopoldo II de Bélgica. A través de un personaje ficticio (el viejo marinero Marlow), Conrad describe una travesía en busca del señor Kurtz, el jefe de una explotación de marfil. El encuentro de ambos confirmará la hipocresía de la propuesta colonialista y pondrá en tela de juicio su carácter de cruzada moral y comercial. Un relato que revela como pocos las aterradoras profundidades de la corruptibilidad humana.Ignacio Arellano reseña que El corazón de la tinieblas, escrito entre 1898 y 1899, no es una novela tan ambiciosa como las monumentales Lord Jim o Nostromo, pero es seguramente una de las más significativas y perfectas de la vasta escritura de Joseph Conrad. En la desembocadura del Támesis, mientras se adensa el crepúsculo, Marlow cuenta a unos compañeros su viaje a África, en busca de Kurtz, agente comercial que está enviando a su compañía ingentes cantidades de marfil. El viaje de Marlow es una odisea: el barco en el que navegan es viejo, el río peligroso, acechado de nativos que atacan en los recodos, el calor insoportable... Marlow avanza obsesionado por Kurtz, del cual se va formando una imagen contradictoria y mitificada. Otros empleados le van describiendo los rasgos y atributos del agente: voz profunda y potentísima, elevada estatura, ojos fulminantes, mente lúcida y voluntad indomable que le permite recolectar más marfil que todos los demas agentes juntos...Por fin lo encontrará enfermo, en una choza cercada de cabezas humanas empaladas, adorado por tribus indígenas a las que subyuga con el terror. El extraordinario personaje que ha ido modelando la imaginación de Marlow se erige ahora en símbolo de la corrupción y la entrega a la barbarie ancestral, impulsado por un ansia ilimitada de poder y riqueza, enfrentado consigo mismo en la soledad y vencido por la influencia de lo salvaje.La novela puede leerse (lo es en parte) como alegato contra la colonización del Congo, pero su reflexión moral va más allá de una situación histórica concreta. Kurtz llega a África iluminado de ideales de progreso. Redacta una guía para orientar el recto diseño del comercio y la tarea civilizadora: «Cada estación de la compañía debería ser como un faro en medio del camino, que iluminara la senda hacia cosas mejores». Sin embargo la luz sucumbe ante las tinieblas: el hombre «civilizado» oculta bajo una frágil superficie bestiales instintos que salen a flote en contacto con ese mundo fuera del tiempo, sumergido en la penumbra de la floresta primitiva. El viaje de Kurtz (que Marlow reproduce) es un viaje a los infiernos, un descenso por el río del olvido. La fuente última de la oscuridad nos es la selva hóstil es otra, es «el mal escondido en las profundas tinieblas del corazón humano». Kurtz no ha sido capaz de mantener la fatigosa disciplina necesaria para conservar su conciencia moral, su entidad humana, y en su búsqueda de la luz ha llegado a un territorio en el que late sin cesar, como los tambores caníbales que baten en la selva, el verdadero corazón de las tinieblas, el oscuro corazón del hombre. Al final del relato, Marlow, ya en Bruselas, va a visitar a la afligida novia de Kurtz. Ella alaba la condición de honorabilidad del muerto, opinión que el capitán no se atreve a contradecir y también le alaba, desfigurando así la verdad de lo que ha sucedido y, por ende, contribuyendo a mantener la mentira colectiva sobre la que yace la dudosa paz de la conciencia social. El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness) es una novela corta pero precisa e implacable es la transposición de toda una tesis antropológica, una que se forma también ante la vista de otro paisaje: el humo artificial que se va despejando para dar paso al espectáculo más atroz, la maldad convertida en materia gaseosa envolviendo a sus visitantes. Punto de conciencia y fatal embriaguez a partes iguales. A cada pasaje en el cual se narra su aventura remontando esa serpiente acuática en el corazón de lo desconocido, la mirada de Conrad se vuelva cada vez más compleja y determinista. Nos presenta un retrato descarnado del colonialismo salvaje pero a la vez se va introduciendo a los espacios menos realistas, abstractos. El pensamiento en constante conflicto y perplejidad se alterna con las descripciones originales de la vida marina y la idea de la aventura para solo trastocarlas, deformarlas. El caso de ese entusiasta viaje de Marlow, es el de una exploración que supera los límites de lo tangible. A cada paso, intriga o extraña circunstancia de la convivencia en ese paraje aterrado por la depredación, Conrad se vuelve más un investigador ontológico. La sola imagen del omnipresente Kurtz (acaso sea lo más genial del libro este personaje-concepto) esta cargada pues de una contradictoria alegoría sobre el hombre moderno atado a su condición carnal y física, a las necesidades básicas y primarias de los salvajes. Acaso este viaje es apenas la mirada temerosa que nos damos frente al espejo de los tiempos. Pocos acercamientos de naturaleza antropológica han sido tan insidiosos como el que plantea en esta confrontación entre Marlow y Kurtz. Aquellos hombre de vida, llamemos normal, se convierten en expresión alegórica de esa sistematización del hombre sofisticado no solo para su vida en sociedad sino para hollar un mundo que lo contempla pasar en muda expectación, tal vez conspirando o sintiéndose derrotado. El terror con el que estos aventureros sacrílegos transitan por esta naturaleza es el de saberse involucrados en un estado de cambio perpetuo hacia esos rincones en tinieblas de donde solo se oye el grito de horror. Tal es la inquietante conclusión con la que Conrad nos dejó hace más de un siglo..."Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:

jueves, 7 de mayo de 2009

Paul Auster: El Libro de las ilusiones.

“…El hombre no tiene una sola y única vida, sino muchas, enlazadas unas con otras, y ésa es la causa de su desgracia". Con esta cita de Chateaubriand se inicia el Libro de las ilusiones del norteamericano Paul Auster (1947). El Libro de las Ilusiones es una novela perfectamente narrada, con una emotividad pasmosa, que sirve de homenaje al cine mudo, al cine en general, a la propia literatura, al amor. Paul Auster es, por excelencia, el escritor del azar y de la contingencia; como no cree en la causalidad, persigue en lo cotidiano las bifurcaciones surgidas por errores o acontecimientos aparentemente anodinos. David Zimmer, un escritor y profesor de literatura de Vermont, ya no es ni la sombra de sí mismo. Se pasa los días bebiendo y cavilando sobre el último instante en que su vida aún podría haber cambiado, el minuto aquel en que su mujer y sus hijos todavía no habían subido al avión que estalló. Hasta que una noche, mirando casi sin ver la televisión, y por primera vez tras seis meses de deambular en el vacío, algo lo hace reír. El causante del ínfimo milagro es Hector Mann, uno de los últimos cómicos del cine mudo. Y David Zimmer descubre que aún no ha tocado fondo, que todavía quiere vivir. Comenzará entonces su investigación para escribir un libro sobre Mann, un joven, brillante, enigmático cómico nacido en Argentina, una de cuyas últimas películas, Don Nadie, cuenta la historia de un hombre a quien un pérfido amigo convence de que beba una poción que lo hace desaparecer. Y anticipa la propia historia del actor, que hace sesenta años se desvaneció sin que jamás se supiera nada más de él, ni apareciera su cadáver. Zimmer consigue acabar su libro y lo publica, y tres meses después recibe una carta de una mujer que afirma ser la esposa de Hector Mann, y lo invita a que vaya a verlos a ella y a su marido a Tierra del Sueño, en Nuevo México. Zimmer le pide pruebas, piensa que puede ser una impostora, o una chiflada. Hasta que una noche, una extraña joven, Alma, llama a su puerta y, amenazándolo con una pistola, lo obliga a acompañarla hasta un rancho en Nuevo Méjico y de allí a una nueva vida Auster vuelve a sacar partido de los pequeños relatos dentro del relato principal. Es una buena forma de mantener en vilo al lector, de que no pierda interés por ninguna de las tramas. Sus finales funcionan entre sí con la precisión de un reloj suizo. A fin de cuentas, todas las historias contenidas en El Libro de las Ilusiones desencadenan en drama, silencios y descalabros. El azar decide, y aquí dispone que la historia se repita una y otra vez. La fuerza argumentativa de las películas de Mann, la condición impredecible de Alma y los derroteros por los que transcurre la vida de David Zimmer son retazos de la misma desgracia. Para armarse de tanto contenido el genio de Auster ha explotado una mina de inspiración -el cine- y lo ha trasladado a un supuesto que se antoja imposible. Ese juego de personas y objetos desaparecidos es un desafío a los conocimientos del lector, pues nadie puede asegurar que algo no existe cuando no se ha visto. Esa incertidumbre es la que salva a la novela de ser una sucesión de desgracias sin esperanza. Auster explota hasta las máximas consecuencias la influencia de la coincidencia en El libro de las ilusiones; aunque se trata de un azar que encaja a la perfección en una narración realista, como ha manifestado el autor en más de una ocasión: "Yo me considero un realista en el sentido más estricto de la palabra. El azar es parte de la realidad; continuamente nos vemos transformados por las fuerzas de la coincidencia". El gran personaje de Paul Auster no tiene rostro ni apariencia, es "lo desconocido" que nos acecha. Su prosa es sencilla pero hipnótica, que atrapa sin remisión al lector gracias a un perfecto dominio de la narración clásica. Auster llegó a afirmar que toda su obra era en realidad el mismo libro, "La historia de mis obsesiones. La saga de las cosas que me perturban. Me guste o no, todos mis libros parecen girar en torno a los mismos interrogantes, a los mismos dilemas humanos. Para mí, escribir no es una cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia". Es extracto y compendio de otras reseñas:

lunes, 4 de mayo de 2009

Virginia Woolf: Las olas (la técnica del fluir de la conciencia)

“… Virginia Woolf ,cuyo nombre completo de soltera era Adeline Virginia Stephen (1882-1941, publicó Las olas en 1931, 10 años antes de su suicidio. En esta novela, al igual que en la inmediatamente anterior, Orlando (1928), y en las posteriores y últimas, Los años (1937) y Entreactos (1941), Virginia llevó a sus últimas consecuencias las técnicas experimentales que ya había utilizado en los tres títulos que la hicieron famosa, El cuarto de Jacob (1922), La señora Dalloway (1925) y Al faro (1927), narraciones que prescindían de la acción y la intriga para centrarse en el inasible flujo de la conciencia y en la temporalidad humana. Woolf construye esta singular novela, considerada por la crítica como la más oscura de las suyas, alternando el relato objetivo e indiferente del transcurso del sol sobre las olas, que repiten incansables su movimiento restallando contra la arena de la playa, con los monólogos cruzados de seis voces, las de Jinny, Rhoda, Susan, Louis, Neville y Bernard, que en definitiva son una sola voz, la de la propia autora, sin duda enriquecida con los ecos de sus amigos reales, que componen versiones distintas de una única experiencia vital e intelectual. Las olas (The Waves), una de sus creaciones literarias más difíciles, y considerada por muchos la mejor. Cuenta la vida de seis amigos, pero a través de los pensamientos de estos. La conexión entre esas seis personas, que se conocen, no se establece mediante el diálogo o las revelaciones del narrador sino a través de los monólogos y las alusiones interiores de cada uno de ellos, presentando su "flujo de conciencia", es decir, el monólogo interior de ideas tal y como aparecen en la mente, rompiendo con el sentido lógico y la linealidad del monólogo tradicional, y creando una sensación de olas que vienen y van, de ahí en título de esta novela. A medida que avanzan las páginas, la conciencia de los personajes evoluciona y se complica. La obra refleja la constante renovación de la existencia. Todo está narrado en un tono sorprendentemente impersonal y poético. Virginia Woolf, fue parte integrante de uno de los más famosos grupos culturales que han existido en este siglo (Bloomsbury), ofreció con Las olas una muestra de lo más depurado de su creación literaria. Utilizando como marco y referencia continua un lejano rumor de olas, Vrginia Woolf establece seis monólogos interiores que van uniéndose, distanciándose y discrepando a lo largo de las páginas de la novela, pero siempre volviendo sobre un centro que les es común y que parte de la infancia de cada uno de los protagonistas.. No estamos ante personajes propiamente dichos, puesto que la novelista prescinde de toda caracterización evitando la falacia de lo personal y proponiendo la visión fragmentada de un mundo sin sujeto. Lo que sí hay es una cierta caracterización lingüística de cada una de las voces, con ideas, frases e imágenes recurrentes, como el «odio y amo» de Jinny, las evocaciones egipcias de Louis, la ansiedad erótica de Rhoda o las referencias a la escritura de Bernard, que hasta cierto punto funciona como hilo conductor de este complejo relato coral. Los seis monologantes comparten a lo largo de sus vidas experiencias tan significativas como la infancia, el amor, la pérdida de las ilusiones juveniles o la muerte de un amigo muy querido. Con frecuencia se refieren a él, que murió de una caída mientras cabalgaba, un séptimo personaje ausente llamado Percival que es un homenaje al hermano de la escritora, Thoby Stephen, fallecido en plena juventud. Las olas es una novela elegíaca presidida por la conciencia de la muerte. Desde que se publicara en 1931, Las olas ha sido considerada una de las obras capitales de la narrativa del siglo XX, tanto por la original e hipnótica belleza de su prosa como por la perfección de su revolucionaria técnica. Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan: http://www.herreros.com.ar/melanco/woolf.htm http://lepisma.bloxus.com/historias/5577 http://es.shvoong.com/books/849657-las-olas/ http://mujeresriot.webcindario.com/Virginia_Woolf.htm http://www.elmundo.es/papel/2002/10/20/cultura/1253458.html http://www.elpais.com/articulo/narrativa/era/Londres/Virginia/elpbabnar/20050305elpbabnar_12/Tes http://www.literaturas.com/v010/sec0309/suplemento/woolf.htm

domingo, 3 de mayo de 2009

Mario Vargas Llosa: Conversación en La Catedral

"... DESDE la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San Martín. Él era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál?". "...El arranque de Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa, es uno de los comienzos más contundentes de la narrativa del llamado boom latinoamericano nos dice Luis Pousa. La frase «¿En qué momento se había jodido el Perú?» se queda pegada a tus neuronas y te persigue, con ligeras paráfrasis, el resto de tu vida. Porque en la sentencia cada uno puede insertar su propio Perú. Cuarta obra del autor peruano Mario Vargas Llosa (1969), reconocida como una de sus mayores obras, junto con La ciudad y los perros, La casa verde y La Guerra del Fin del Mundo. Escrita en París, Lima, Washington, Londres y finalmente en Puerto Rico. Según el mismo Vargas Llosa, ninguna otra novela le ha dado más trabajo, entre revisiones y reescrituras. Asegura que "si tuviera que salvar del fuego una sola de las que he escrito, salvaría ésta". Zavalita y el zambo Ambrosio conversan en «La Catedral». Estamos en Perú, durante el ochenio dictatorial del general Manuel A. Odría. Unas cuantas cervezas y un río de palabras en libertad para responder a la palabra amordazada por la dictadura. Conversación en La Catedral no es, sin embargo, una novela histórica. Sus personajes, las historias que éstos cuentan, los fragmentos que van encajando, conforman la descripción minuciosa de un envilecimiento colectivo, el repaso de todos los caminos que hacen desembocar a un pueblo entero en la frustración. Podría verse el libro como testimonio de un tiempo concreto –lo es–, pero también y sobre todo como la vigorosa narración de unas vidas, de una experiencia en que los protagonistas se consumen. Escrita en 1969, Conversación La Catedral agrupa cuatro libros de estilo diferenciado, en los que se relata la conversación que mantienen Santiago Zavala, Zavalita, y Ambrosio Pardo, , y en la que se analizan las vidas privadas y públicas de unos personajes -algunos que gobiernan el poder, otros que lo envidian o lo apoyan- en un contexto político del Perú que abarca la década de los años cincuenta y que atrapa a los protagonistas en un diabólico laberinto. Santiago y Ambrosio se encuentran por casualidad y durante cuatro horas, en el bar La Catedral, conversan sobre sus vidas y las de algunos personajes públicos en el marco de una época sombría para Perú, la de la dictadura del general Manuel Odría, entre 1948 y 1956. Como ha explicado el autor, de sus diálogos surgen otros que van reconstruyendo la situación de ese país en aquellos ocho años. Jorge Zavaleta reseña que Conversaciones en la Catedral es una proeza de arquitectura narrativa. Al principio, aquella mirada desencajada, triste, “sin amor”, de Santiago Zavala, Zavalita, el protagonista, define el tono general de la obra. Lo que sigue será no sólo un examen de la frustración de un periodista autoexiliado de la acomodada clase media limeña en los años cincuenta, sino también una compleja historia sobre el cáncer moral que atraviesa su patria durante la bárbara dictadura de un general corrupto y desalmado y de sus secuaces. Las cuatro horas del diálogo entre Zavalita y Ambrosio se rigen por una dinámica de círculos concéntricos que, en este caso, dan lugar a una espléndida polifonía de voces y ecos, como siguiendo los dictados teóricos de Bajtin. Así, una vez más —lo había ensayado ya en La ciudad y los perros, La casa verde y la nouvelle Los cachorros—, Vargas Llosa se propone ir en busca de sus propios “demonios. Por una parte, se le ha denominado a Conversación una novela clave para entender ese quiebre moral que surge en el Perú en la década de 1950, y que origina la pregunta perpetua de Zavalita, en qué momento se había jodido este país. En base a ella, y considerándose el protagonista tan “jodido” como su patria, es que el autor estructura una sólida narración que no va a buscar las causas de ese fracaso pero que sí permitirá al lector imaginar cómo un régimen disoluto y arbitrario termina castrando a una generación, postergándola, y dejando sin raíces a un país que, por entonces, quizá aún podía aspirar a la meta del desarrollo económico y social Formalmente, los diálogos de la novela están contenidos en secuencias y escenas, en un esquema directamente deudor del cine, con su multiplicidad de planos y sus montajes alternos, que a veces se aceleran, con reiterados flashbacks y flashforwards, buscando un inevitable impacto. Conversación es un lienzo tan grande y su afán tan totalizante que da cabida a decenas de personajes, entre principales y secundarios. Críticos especialmente norteamericanos y europeos se confesaron sorprendidos, desde la aparición de la novela, por su ambición y resonancia. Asistimos a un mundo confuso, de desvalores y desórdenes, de un laberinto imposible como el que plantea Conversación, donde a veces son tantas las voces y tantos los ecos que el lector tiene necesidad de releer o incluso volver al capítulo anterior. La conclusión a la que arriban críticos y lectores es que ya no sólo se trata de una apuesta por una novela autónoma, que practica y pone en evidencia el infortunio de su protagonista y de su patria. Más allá de todo ello estamos ante una experiencia que juega con técnicas narrativas, puntos de vista, monólogos, diálogos cruzados, distanciados, telescópicos que la sitúan en la vanguardia de la novela moderna." Es compendio y extracto de otras reseñas: http://www.letralia.com/175/articulo07.htm http://www.geocities.com/boomlatino/vobra04.html http://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Vargas_Llosa http://blogs.lavozdegalicia.es/luispousa/2009/03/30/conversacion-en-la-catedral/ http://www.clarin.com/diario/2008/11/05/sociedad/s-01796087.htm

sábado, 2 de mayo de 2009

Laurence Sterne :La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (el recurso a la digresión)

"...Laurence Sterne (1713-1768), irlandés de nacimiento, admirador de Cervantes, Rabelais y Montaigne, pasó de ser un pobre vicario de Yorkshire a convertirse en 1760, con cuarenta y siete años de edad, a raíz de la publicación de su obra maestra, La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, en una de las figuras literarias más famosas y celebradas de toda Europa. Autor poco prolífico debido a sus tardíos inicios y a su delicada salud, constituye sin embargo un vínculo imprescindible entre los grandes satíricos de la literatura universal —precursores de la novela moderna como Cervantes, Rabelais o Swift— y la más arriesgada narrativa del siglo XX, representada entre otros por Joyce, Beckett, o Kundera, descendientes directos y confesos de Sterne. El lector actual que se acerca a la obra más famosa de Sterne descubre con asombro cómo la veta subversiva que alienta la narración desborda los límites de la peripecia para contaminar las mismas convenciones del género. La autorreferencia, la paradoja y el subjetivismo se alían con la explotación de los recursos tipográficos para crear, además, una de las novelas más divertidas de la literatura inglesa. Su título original es La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (The life and opinions of Tristram Shandy, gentleman) y se trata de una novela de Lawrence Sterne publicada en nueve volúmenes, entre 1759 y 1769. Así, importantes acontecimientos del texto quedan separados por años, por el ritmo en que se fueron publicando los volúmenes, por lo que desde su edición el libro revela su naturaleza: más que una voluntad narrativa lo mueve un afán lúdico. Trata acerca de las aventuras de la familia Shandy del título, así como sus amigos más cercanos, aunque hablar de una historia sea un exceso en Tristram Shandy: en realidad la novela es el conjunto de interminables digresiones que se ramifican de una a otra, sin concluir con ninguna de las anécdotas, al menos no de la forma tradicional. Es hilarante como el narrador intenta una y otra vez contar historias, a la manera de la novela tradicional, pero su esfuerzo siempre se trunca por una nueva digresión. Hay numerosos juegos visuales, tipográficos, páginas en blanco, en negro y hasta los diagramas de la narración, que se alejan mucho de la línea recta, por lo que podría pensarse que debido a su renovación Tristram Shandy fue un libro poco leído, una curiosidad para escritores, pero en su momento tuvo gran éxito. Es una novela en gran medida intertextual, y lo es deliberada y declaradamente sobre todo con dos autores a los que Sterne evidentemente reverencia, Cervantes y Rabelais, y a sus más universales novelas, El Quijote y Gargantua y Pantagruel. Sterne amplifica la incorrección de Rabelais, la locura del Quijote y la forma de narrar de Cervantes, logrando una obra terriblemente personal e innovadora que supone un punto de inflexión en la historia de la narrativa. Nos encontramos ante una narración endiabladamente no lineal que al mismo tiempo está estructurada con una lógica interna que le proporciona una continuidad temporal interna. Una de las constantes en toda la novela, la continua mención a Locke , las apelaciones al lector, despiadadas réplicas a los críticos, historias dentro de historias, o narraciones postergadas o interrumpidas constituyen el laberinto shandyano que construyó Sterne para la posteridad. Espíritu original y de criterios abiertos, anticonvencional, irreverente, maestro de la digresión y experimentalista. Sterne se enfrenta a los prejuicios y las opiniones trilladas forzando el lenguaje y las construcciones habituales para desmontar las formas lingüísticas que en cada persona determinan la construcción de una realidad cerrada, incomunicable, y opone a esa cerrazón e incomunicabilidad las armas del juego tipográfico, el sentimentalismo y el humor..."
 Es extracto y compendio de otras reseñas:
 http://ellamentodeportnoy.blogspot.com/ http://perrolobo.wordpress.com/2007/05/21/tristram-shandy/ http://blogs.laverdad.es/franciscoarias/2008/12/27/laurence-sterne-francisco-arias-solis http://es.wikipedia.org/wiki/Laurence_Sterne http://www.emboscados.com/foro/viewtopic.php?TopicID=839

viernes, 1 de mayo de 2009

Vladimir Nabokov : Ada o el ardor ( el texto dentro del texto)

"… Ada o el ardor es una novela de Vladimir Nabokov (1899-1977) publicada en 1969. Posiblemente sea la más importante de sus obras, y desde luego es la que él personalmente prefería. Ada refleja hasta el paroxismo la imaginación desbordada y el estilo rico y exuberante de Nabokov, cargado de figuras literarias, alusiones indirectas, juegos de palabras, y referencias a menudo opacas incluso para el lector más atento. Publicada por Nabokov al cumplir sus setenta años, Ada o el ardor supone el felicísimo apogeo de su larga y brillante carrera literaria. Al mismo tiempo que crónica familiar e historia de amor (incestuoso), Ada es un tratado filosófico sobre la naturaleza del tiempo, una paródica historia del género novelesco, una novela erótica, un canto al placer y una reivindicación del Paraíso entendido como algo que no hay que buscar en el más allá, sino en la Tierra. En este libro preñado de nostalgia hay desde una irónica imitación de las sagas decimonónicas hasta la construcción de un mundo hipotético, Antiterra, en el que Nabokov recrea a su aire las referencias geográficas, históricas, culturales y lingüísticas que siempre le habían apasionado, y en donde proclama la aplastante victoria de la realidad del pasado sobre la dudosa realidad del presente. Más allá, sin embargo, de todos los anacronismos y juegos de palabras destaca la historia de los encuentros y desencuentros entre los principales protagonistas, Van Veen y Ada, los dos hermanos que, creyéndose sólo primos, se enamoran pasionalmente con motivo de su encuentro adolescente en la finca familiar de Ardis (el Jardín del Edén), y que ahora, con motivo del noventa y siete cumpleaños de Van, inmersos en la más placentera nostalgia, contemplan los distintos avatares de su amor convencidos de que la felicidad y el éxtasis más ardoroso están al alcance de la mano de todo aquel que conserve el arte de la memoria. En medio de una tierra imaginaria, mezcla imposible de Europa y América y emulación del Paraíso, los dos hermanos se entregan desde muy jóvenes al descubrimiento del deseo y el sexo. Ambos no evolucionan con los años, lo mismo que la esencia de su relación. Lo que cambia es el mundo exterior, los otros, y Ada y Van deben adaptarse a estos cambios y lo hacen con más o menos acierto: Van abandona el Paraíso, Ada se casa, ambos apartan cuidadosamente de su conciencia el suicidio de Lucette, la hermana pequeña... pero la mirada del Van narrador, que utiliza un magnífico juego estratégico de voces para contar la historia desde el punto de vista más conveniente, está siempre muy por encima de la cotidianeidad y la mera sucesión de acontecimientos. De ahí el romanticismo tan frío de la novela, que es quizá el aspecto más atractivo para el lector, sin olvidar las otras muchas constantes que introduce Nabokov hasta crear la compleja estructura dispuesta en la novela: el erotismo, la crónica familiar, la locura, el mito... todos estos elementos están perfectamente ensamblados a expensas del que, a juicio de Blanca Gago, convierte Ada o el ardor en una obra magistral: el tratamiento del tiempo. La distancia y la imposibilidad por parte del lector de identificarse con los personajes hacen que el sentido del transcurso del tiempo sea más agudo, ya que avanza en consonancia con la historia. Así, percibimos la infancia como un período eterno, colmado de veranos interminables bajo el sol, y luego de repente el paso acelerado de los años que se deshacen en las manos, y el poder evocador y nostálgico de la memoria, y la tiranía caprichosa de los recuerdos que determinan, a nuestro pesar, lo que somos y lo que hacemos... ahí está el verdadero poder de la novela, y la grandeza de Nabokov, a quien muchos deben más de lo que creen Es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan: http://ellamentodeportnoy.blogspot.com/2007/06/ada-o-el-ardor-y-la-dualidad-mtica.html http://palabrablanca.blogspot.com/2006/09/ada-o-el-ardor.html http://es.wikipedia.org/wiki/Vladimir_Nabokov http://www.tematika.com/libros/ficcion_y_literatura--1/novelas--1/general--1/ada_o_el_ardor--80141.htm http://lacomunidad.elpais.com/cmoran24/2007/11/25/nabokov-quien-escriba http://www.elmundo.es/elmundo/2006/12/27/cultura/1167241751.html http://www.aceprensa.com/articulos/1993/nov/03/vladimir-nabokov-maestr-a-sin-alma/