jueves, 24 de junio de 2010

Vicente Aleixandre: Espadas como labios.

"Poema de amor
Te amo, sueño del viento;
confluyes con mis dedos olvidado del norte
en las dulces mañanas del mundo cabeza abajo
cuando es fácil sonreír porque la lluvia es blanda.
En el seno de un río viajar es delicia;
oh peces amigos decidme el secreto de los ojos abiertos,
de las miradas mías que van a dar en la mar,
                            sosteniendo la quilla de los barcos lejanos.
                            Yo os amo, viajadores del mundo, los que dormís sobre el agua
                            hombres que van a América en busca de sus vestidos,
                            los que dejan en la playa su desnudez dolida
                            y sobre las cubiertas del barco atraen el rayo de la luna.
                           Caminar esperando es risueño, es hermoso,
                            la plata y el oro no han cambiado de fondo,
                            botan sobre las ondas sobre el lomo escamado
                            y hacen música o sueño para los pelos más rubios.
                            Por el fondo de un río mi deseo se marcha
                            de los pueblos innúmeros que he tenido en las yemas,
                            esas oscuridades que vestido de negro
                            he dejado ya lejos dibujadas en espalda.
                            La esperanza es la tierra, es la mejilla,
                            es un inmenso párpado donde yo sé que existo.
                            ¿Te acuerdas? Para el mundo he nacido una noche
                            en que era suma y resta la clave de los sueños.
                            Peces árboles piedras corazones medallas
                            sobre vuestras concéntricas ondas, sí, detenidas
                            yo me muevo y, si giro, me busco, oh centro, oh centro,
                            camino, viajadores del mundo, del futuro existente
                            más allá de los mares, en mis pulsos que laten."
                            (Espadas como labios)
"...El sevillano Vicente Aleixandre (1898-1984), Premio Nacional de Literatura en 1934 y Premio Nobel de Literatura en 1977 es uno de los más reconocidos integrantes de la llamada Generación del 27. Su libro "Espadas como labios" (1932) está influenciado por el surrealismo y constituye su obra mas detacada en las letras castellanas. En él puede rastrearse la dificultad de la poesía para dar con la palabra capaz de transmitir la experiencia, pero al mismo tiempo el oficio del vate que no ceja en su intento de lograrlo. La publicación de Espadas como labios supuso para la lírica vanguardista hispánica el alcance de una de sus experimentaciones más radicales y una verdadera ruptura con los modelos de construcción de la subjetividad de la tradición poética española.
Espadas como labios, tercer libro de Aleixandre, aúna en sus páginas los temas eternos de la poesía: la vida, el amor, la muerte. Compuesto por 41 poemas en verso libre, exentos de cualquier regularidad formal (únicamente en el poema "Salón" recurre Aleixandre a cuartetas de heptasílabos con rima asonante en los versos pares). El carácter profundamente humano del libro no es incompatible con su tono surrealista -la lógica intelectual cede ante la expresión irracionalista, que incluso prescinde de la puntuación-, lo que ha llevado a Dámaso Alonso a calificar esta poesía de neorromántica. En Espadas como labios confluyen los rasgos más detacados que van a configurar el inconfundible estilo poético de Aleixandre; entre otros, los siguientes: el uso de la conjunción o con valor identificativo y no disyuntivo; el uso de reiteraciones -que, desde el punto de vista expresivo, intensifican las realidades evocadas-; la continua presencia de imágenes "visionarias" que escapan a la lógica de la conciencia y alcanzan un elevado sentido poético -y que son propias de la técnica surrealista-; "dinamismo expresivo"-según la terminología de Bousoño, autor del libro La poesía de Vicente Aleixandre.
La existencia, con su ir y venir entre la vida, la muerte y el sueño, aparece en este poemario desgajada en cuatro partes que dedica a sendos poetas: Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Luis Cernuda. En cada uno de estos apartados la palabra desatada por Aleixandre encuentra la expresión del mundo interior en lucha por su unificación con el mundo. El hombre cósmico, el ser humano como reunión de fuerzas antagónicas que lo limitan y que a su vez lo conducen a desatarse, resulta en este poemario una expresión totalizante de la realidad. En sí condensa un universo; agua, mar, cielo, montañas sólo cobran sentido en la medida en que éstas resultan expresión de lo humano. Para el poeta el amor resulta una suerte de arjè, un principio que en su caso restaura la perdida unidad del universo: “Por debajo de todas las apariencias sensibles una sola substancia existía, y a esa sustancia unificadora el poeta la llamaba amor”.
El mundo oscuro de Lautréamont y la búsqueda de los recovecos de la personalidad a través del psicoanálisis son factores comunes a los surrealistas y a Aleixandre. Las formas poéticas tradicionales se abandonan en favor de una escritura más libre, que genere un discurso más verdadero, más personal. El poema en prosa permite la yuxtaposición de frases sin necesidad de organización sintáctica; de este modo se consigue evitar la intromisión de la lógica, del racionalismo, en la fluencia poética. Liberada la construcción estrófica y la pauta de la rima asonante, Aleixandre deja en libertad sus fantasmas personales y dialoga con ellos. Se trata de una indagación hacia adentro, de una aventura ontológica..."
Es extracto y compendio de otras reseñas.

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