sábado, 2 de junio de 2018

Áspera seda de la muerte de Francisco Gallardo


Francisco Gallardo (Sevilla, 1958) en su tercera novela Áspera seda de la muerte, retrata con maestría y oficio de buen escribano la Sevilla de principio del siglo XIX después de la invasión napoleónica. Le sirve de pretexto la situación desesperada de una mujer Flora de Letona confinada en un beaterio de la ciudad por haber interpuesto una demanda de divorcio por maltrato a su marido, el teniente ilimitado Juan Ballester El tema de la violencia doméstica desgraciadamente no es actual y Gallardo lo aborda con rigor histórico y con la exquisitez de su prosa precisa y armoniosa. La novela ha sido distinguida con el Premio de novela Ciudad de Badajoz 2017.

“Me estremecía leer la voz escrita de esa mujer, contaba en una entrevista Gallardo. Con su propia letra, en primera persona, se dirigía al Capitán General de las Andalucías, para defenderse. Luego estaban los argumentos escritos por los abogados, a favor y en contra de Flora de Letona. Ha sido muy interesante trabajar con estas fuentes directas. Creo que se nota en el tono, en las voces de la novela, dándole mayor verosimilitud. No es la historia contada a través de terceras personas. Es la voz profunda y dolorida de Flora de Letona que nunca pierde la esperanza de algún día ser libre”.

 Pero esta novela extraordinaria es mucho más que el episodio de una mujer maltratada, ya que sobre el fondo  de este suceso, como si fuera un gran cuadro, nos va descubriendo los retazos de una Sevilla, en la que como decía Chaves, al que cita en el preámbulo, cualquier muerte es un asesinato. El libro es un auténtico homenaje a la ciudad de Sevilla, un tapiz bordado que se va hilvanando con la descripción de una ciudad que parece despertar de una cierta indolencia y que al mismo tiempo arrastra el peso de un pasado esplendoroso. Gallardo nos lleva de la mano por la ciudad de Sevilla y en este paseo, sencillamente son las calles, iglesias y plazas las que evocan, la que toman el papel del narrador para contarnos la historia.

El autor va avanzando y retrocediendo en el desarrollo de la novela a lo largo de nueve capítulos, mediante una prosa sobria con la técnica depurada del estilo libre indirecto en la que el autor se embosca en sus personajes para pasar inadvertido y contarnos en tiempo de presente, como si los lectores fuéramos meros testigos, no sólo la historia individual de la valentía de Flora de Letona sino también para desgranar la historia colectiva de una ciudad.  La Sevilla que nos pinta Gallardo es una ciudad, indolente, humillada por el expolio de los franceses que ha perdido su relevancia frente a Cádiz por la pérdida del Puerto de Indias, en la que hay un rebrote de la fiebre amarilla y una creciente hambruna por el desabastecimiento provocado por la guerra contra los franceses. Una ciudad en la que pugna la tradición más rancia con los nuevos aires que llegan de un liberalismo pujante que acabará siendo derribado por el rey Fernando VII. Estos aires de renovación Gallardo los va apuntando cuando cita a los escritores Moratín, y Blanco White, o a las escritoras españolas Inés Joyes y Josefa Amar, o también cuando recoge proyectos del ilustrado Francisco Saavedra como la Compañía de Navegación del Guadalquivir o el barco de vapor que se pretendía construir en Triana, o expone las ideas avanzadas de doctor Arribas sobre el galvanismo o la fuerza de sanación de la electricidad.

” En la novela, nos cuenta Gallardo, Lord Byron conoció a Arribas cuando estuvo en Sevilla en 1809 y éste le habló sobre asuntos como la electricidad, la búsqueda del microscopio o la búsqueda del alma por disecciones anatómicas, algo que enlaza con el romanticismo». A partir de ahí, Lord Byron pudo hablar con Mary Shelley acerca de estos temas antes de que naciera el mito de Frankenstein en el famoso encuentro de la Villa Diodati de 1816”

El doctor Arribas, uno de esos personajes ejemplares que nos regala Gallardo en su novela, y del que sospecho no es ajeno, en unos de los pasajes nos dice que tiene la imaginación de los escritores. Al fin al cabo esta novela no es sino el impulso de la bendita, fecunda y desbordante imaginación de Francisco Gallardo quien nos deleita después del Rock de la calle Feria y La última noche con otra asombrosa novela.

                                                    José María Sánchez-Ros Gómez
 

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