
Francisco Gallardo (Sevilla,
1958) en su tercera novela Áspera seda de
la muerte, retrata con maestría y oficio de buen escribano la Sevilla de
principio del siglo XIX después de la invasión napoleónica. Le sirve de
pretexto la situación desesperada de una mujer Flora de Letona confinada en un
beaterio de la ciudad por haber interpuesto una demanda de divorcio por
maltrato a su marido, el teniente ilimitado Juan Ballester El tema de la
violencia doméstica desgraciadamente no es actual y Gallardo lo aborda con
rigor histórico y con la exquisitez de su prosa precisa y armoniosa. La novela
ha sido distinguida con el Premio de novela Ciudad de Badajoz 2017.
“Me estremecía leer la voz
escrita de esa mujer, contaba en una entrevista Gallardo. Con su propia letra,
en primera persona, se dirigía al Capitán General de las Andalucías, para
defenderse. Luego estaban los argumentos escritos por los abogados, a favor y
en contra de Flora de Letona. Ha sido muy interesante trabajar con estas
fuentes directas. Creo que se nota en el tono, en las voces de la novela,
dándole mayor verosimilitud. No es la historia contada a través de terceras
personas. Es la voz profunda y dolorida de Flora de Letona que nunca pierde la
esperanza de algún día ser libre”.
Pero esta novela extraordinaria es mucho más
que el episodio de una mujer maltratada, ya que sobre el fondo de este suceso, como
si fuera un gran cuadro, nos va descubriendo los retazos de una Sevilla, en la
que como decía Chaves, al que cita en el preámbulo, cualquier muerte es un
asesinato. El libro es un auténtico homenaje a la ciudad de Sevilla, un tapiz
bordado que se va hilvanando con la descripción de una ciudad que parece
despertar de una cierta indolencia y que al mismo tiempo arrastra el peso de un
pasado esplendoroso. Gallardo nos lleva de la mano por la ciudad de Sevilla y
en este paseo, sencillamente son las calles, iglesias y plazas las que evocan,
la que toman el papel del narrador para contarnos la historia.
El autor va avanzando y
retrocediendo en el desarrollo de la novela a lo largo de nueve capítulos, mediante
una prosa sobria con la técnica depurada del estilo libre indirecto en la que
el autor se embosca en sus personajes para pasar inadvertido y contarnos en
tiempo de presente, como si los lectores fuéramos meros testigos, no sólo la
historia individual de la valentía de Flora de Letona sino también para
desgranar la historia colectiva de una ciudad. La Sevilla que nos pinta Gallardo es una
ciudad, indolente, humillada por el expolio de los franceses que ha perdido su
relevancia frente a Cádiz por la pérdida del Puerto de Indias, en la que hay un
rebrote de la fiebre amarilla y una creciente hambruna por el desabastecimiento
provocado por la guerra contra los franceses. Una ciudad en la que pugna la tradición
más rancia con los nuevos aires que llegan de un liberalismo pujante que
acabará siendo derribado por el rey Fernando VII. Estos aires de renovación
Gallardo los va apuntando cuando cita a los escritores Moratín, y Blanco White,
o a las escritoras españolas Inés Joyes y Josefa Amar, o también cuando recoge
proyectos del ilustrado Francisco Saavedra como la Compañía de Navegación del
Guadalquivir o el barco de vapor que se pretendía construir en Triana, o expone
las ideas avanzadas de doctor Arribas sobre el galvanismo o la fuerza de
sanación de la electricidad.
” En la novela, nos cuenta
Gallardo, Lord Byron conoció a Arribas cuando estuvo en Sevilla en 1809 y éste
le habló sobre asuntos como la electricidad, la búsqueda del microscopio o la
búsqueda del alma por disecciones anatómicas, algo que enlaza con el
romanticismo». A partir de ahí, Lord Byron pudo hablar con Mary Shelley acerca
de estos temas antes de que naciera el mito de Frankenstein en el famoso
encuentro de la Villa Diodati de 1816”
El doctor Arribas, uno de
esos personajes ejemplares que nos regala Gallardo en su novela, y del que
sospecho no es ajeno, en unos de los pasajes nos dice que tiene la imaginación
de los escritores. Al fin al cabo esta novela no es sino el impulso de la bendita,
fecunda y desbordante imaginación de Francisco Gallardo quien nos deleita después
del Rock de la calle Feria y La última noche con otra asombrosa novela.
José María Sánchez-Ros Gómez