sábado, 18 de junio de 2011

El hipertexto: El juego infinito de los espejos.

“… La noción de hipertexto inspiró gran profusión de ensayos desde la década de los ochenta, algunos provenientes de la ingeniería informática y en relación con la revolución cultural originada por la irrupción de las nuevas tecnologías de la información, en cuyo contexto, hipertexto designa al texto electrónico; otras, provenientes de la teoría literaria y los estudios semiológicos, en las que el término comenzó a utilizarse para definir una de las modalidades de producción literaria, cuya acepción, sobre todo en el caso de Gerard Genette, es diferente y designa la relación entre textos literarios.
En un sentido muy simple, un hipertexto es un conjunto de textos unidos por enlaces o links. Según Landow, el hipertexto atomiza al texto de dos modos: por un lado, en relación con la composición, elimina la linealidad de la imprenta, liberando cada párrafo de su colocación dentro de un orden secuencial. Por otro lado, en relación con el modo con que se accede al hipertexto, destruye la idea de un texto unitario y estable, con lo cual, reformula los roles tradicionales del autor y el lector. El hipertexto reclama un lector más activo, un lector que no sólo debe elegir sus recorridos de lectura sino que tiene la oportunidad de leer como si fuera autor. A la lectura lineal que impone el texto impreso se agrega un nuevo hábito de lectura que surge del acceso al hipertexto, una lectura arborescente o en profundidad a partir de hipervínculos.
 En el ámbito de la teoría literaria, el concepto de hipertexto es utilizado en un sentido diferente. Gerard Genette, en su citado ensayo Palimpsestos de 1982, concibe la intertextualidad como la “percepción por parte del lector de relaciones entre una obra y otras que la precedieron o siguieron.”Dentro de ese contexto, hipertexto designa “todo texto derivado de uno anterior por transformación simple.o indirecta”. En este sentido, Ulises de Joyce, por ejemplo, sería un hipertexto de la Odisea de Homero.
 Ted Nelson define a la literatura como “un sistema en evolución de documentos interconectados. En cada literatura en evolución existen continuas interpretaciones y reinterpretaciones. El vínculo entre documentos nos ayuda a seguir las conexiones”. En cierto modo, el hipertexto digital sería un sistema construido a imagen y semejanza del hipertexto literario.
 En el caso de Borges, por ejemplo, las imágenes del laberinto, del espejo o de la biblioteca funcionan como germen de una serie de tramas que rondan la idea de la multiplicación de una infinitud de textos. Borges produce su literatura de modo hipertextual, como “una red potencialmente infinita de conexiones”. Para Borges escribir es releer un texto anterior, es reescribirlo. En la prosa Los cuatro ciclos de El Oro de los tigres afirma que la literatura narra eternamente las mismas cuatro historias: la historia de una guerra inútil: la Ilíada, la historia de un regreso: la Odisea, la historia de una búsqueda condenada al fracaso: la de Jasón y el Vellocino o la de los caballeros de Arturo que buscan el Grial en vano; por último, la historia del sacrificio de un dios: Odín sacrificado a Odín; Cristo, sacrificado por los romanos, El mismo a Sí mismo, reflexiona Borges. El germen de todas las historias reside en esas cuatro historias y la literatura no hace más que re-contarlas, reformularlas, transmutar sus motivos, sus valores, pero, en esencia, siguen siendo las mismas.
El concepto de formación discursiva de Foucault nos abre camino para incorporar la idea de intertextualidad de las obras. Cualquier texto no debe ser pensado como algo terminado en sí mismo, sino que por naturaleza está conectado a otros textos. "Borges formula, desde la narrativa, una de las ideas teóricas vertebrales en los estudios posteriores: la plurisignificación del discurso literario. Lo que hace en su cuento "Pierre Menard, autor del Quijote" no es más que poner en práctica lo que Barthes, más de veinte años después, postulará en su Crítica y Verdad: "Hacer una segunda escritura con la primera escritura de la obra es en efecto abrir el camino a márgenes imprevisibles, suscitar el juego infinito de los espejos"." El hipertexto cumple con las expectativas de la biblioteca universal, hace posible la intertextualidad y cambia dramáticamente la concepción de la obra contemporánea, en la que se transforman los lugares de autor y lector y trastoca la naturaleza de la obra.
Con el arribo de las vanguardias y los análisis formalistas y estructuralistas, se puede asumir que todas las obras son palimpsestos (textos creados sobre la base de otros textos). Para Alazraki, escribir es releer un texto anterior, reescribirlo, superponer un texto nuevo a un texto antiguo, absorber en el hipertexto su modelo o hipotexto. Borges concibe la literatura como un texto cuyas constantes reverberaciones han producido y producirán todos los libros de esa hipotética "biblioteca total". Una obra se debe menos a su autor que a los ecos que esa obra desata en otros autores puesto que cada escritor crea a sus precursores. Un texto, cualquier texto, queda así reducido a su condición de avatar, de forma, o de eco de otro texto (B, 475). Borges propone respecto a la literatura lo que Lavoisier había postulado en el siglo XVIII respecto a la naturaleza: "Nada se crea, todo se transforma," o lo que Henri Cartier-Bresson ha dicho respecto al arte: "No hay nuevas ideas en el mundo. Hay solamente nuevos modos de ordenar las cosas"…”
Esta recensión es extracto y compendio de otras reseñas que se relacionan:

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